Capítulo 2

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Abrí los ojos mientras un fuerte dolor hacía presencia. Mi cabeza era lo que más dolía, toqué mi costado por inercia pero aquello no era lo que me incomodaba.

Apenas divisé lo que me rodeaba me puse alerta. Era una habitación bastante amplia, era blanca en su totalidad y tenía algunos cables anclados a mi brazo y cuello.

-Segundo- llevé mi vista al frente.

-¿Donde estamos?- Quinto estaba frente a mí

-Es un hospital, trata de controlar a tu lobo, hay humanos en los pisos de abajo. Le avisaré a Sexto que despertaste.- salió del cuarto luego de eso, había amanecido, mi garganta estaba seca.

Al tomar de la bandeja donde se encontraba el agua encontré la cadena a un lado de la cama. Estaba limpia, ya no olía a ella pero la logré sentir. Ella estaba viva.

No veía mi ropa por ningún lado así que salí sin ella, ambas podían estar en peligro mientras yo dormía.

-Para- la voz del Sexto me hizo girar, caminaba junto al Quinto cuando me encontraba en los pasillos -No pueden andar por ahí desnudos, ya se los he dicho.- reclamó -¿A donde vas a apenas despertar?

-Debo buscarlas, nos perseguían los vampiros.- continué mi camino aun con sus quejas.

-Dije que vas a vestirte e iremos por ella.

-¿Crees que me mandas? Eres el segundo menor.- le informé

-Y el segundo más fuerte, así que ponte la ropa y vamos a buscar tu pareja.

-Dame otra orden y...

-Hey, paren ya chicos. Somos fuego amigo- la voz melosa del tercero me hizo gruñir -Segundo, ponte la ropa, si quieres. Pueden meterte preso de nuevo.

...

-De nuevo- íbamos en un vehículo los tres, los guiaba por su olor. -Dijiste de nuevo.

-Oh, es que hace unas semanas, cuando mataste esos Vampíros, había un cuerpo humano también- asentí -La policía cuidó tu cuarto en el hospital por dos días, pero luego Sexto te sacó de ahí.

-¿Cuánto llevo dormido?- mierda, creí que solo eran unas horas, atribuí el haber sanado tan rápido al haber tenido contacto con mi mate, se supone que eso nos hace más fuertes, pasó con El Primero.

-Un mes

-Casi un mes, 23 días.- respondió quien conducía.

-Perfeccionista- acusó el otro y temí.

Dulce pudo haberse largado, irse lejos de mí. Me llené de incertidumbre.

Mi corazón palpitaba con fuerza y dejé de escuchar lo de mi alrededor. Amaba a Dulce y se que eso no cambiará conozca o no a mi mate. Era mi deber unirme a ella pero aquel sentimiento no cambiaría, estoy seguro de ello.

Pues ambas me preocupan en este momento. Y soy consiente de que una de ellas está a salvo, pero no se sobre la otra y aquello me carcome vivo justo ahora.

Apenas bajé del vehículo las pude oler, a ambas, el olor de Dulce ya no era el mismo, al dejar morir a su loba había cambiado al de un beta, intensificado al ser vampireza. Pero aún así lograba distinguirla entre un mar de personas. Mi corazón dio un vuelco con aquello, ambas estaban bien, escondidas.

Pero si quienes me acompañaban subían no tendría oportunidad de proteger la vida de Dulce.

-Pueden irse, yo subiré.

-Vamos Segundo, queremos conocer a la chica- jugueteó el otro pero aquello me hizo gruñir.

-Largo

-Um, ahora voy a subir- el otro caminó hasta la entrada de aquel hotel. -No permitiré que sigan haciendo destrozos con solo venir aquí. Primero mató a alguien y culpan a su pareja por ello. Tu mataste  al hijo el mafioso más peligroso del país y ahora...

-¿Que es un mafioso?

-Como un bravucón- respondió el otro

-¿Que pretendía el odiota este? La mataría.- el más alto gruñó

-¿Podrían parar? No puedo ser mediador cada cinco segundos.

-Marca el piso.

-Les dije que se pueden ir. ¡No te metas en mis putos asuntos!- grité contra su rostro.

-Bien, nos iremos- dijo severo -Si haces cualquier otra estupidez arréglatelas solo- dijo por último antes de caminar hacia la puerta de salida.

Al verlos salir me adentré por las escaleras, sus olores estaban cada vez más cerca y aquello me generó tranquilidad.

Estaban en el piso 4, la habitación del final del pasillo, nada práctico para huir si venían por ellas, pero no puedo culpar a Dulce, por lo general no sabe de estas cosas.

La puerta estaba sin tranca y aquello me hizo enojar. ¿Esta era su manera de mantenerse a salvo? Porque yo no la veo muy efectiva. Algo que me desconcertó fue el hecho de escuchar a Dulce jadear, gemir.

Mis pies se movieron solos hasta la puerta del final del amplio cuarto de hotel, ella no pudo encontrar a alguien tan rápido. ¿O si?

Me sentí mareado apenas vi la escena, ambas estaban desnudas, ambas. Sobre la cama, tocándose. Besándose, su olor a excitación me golpeó en la cara, no entendía una mierda de lo que pasaba.

Apenas los ojos de Dulce se posaron sobre los míos trató de cubrirse y alejarse de la contraria, pero esa imagen de ella engañándome ya estaba ahí, en mi cabeza.

Caminé lejos de aquello, solo unos pasos que me permitieran pensar, ¿que mierda había pasado? Si bien Dulce es una omega y por lo general estos son sensibles al toque de un alpha o beta, pero ella... ella es una mujer, humana.

Una humana mujer estaba sobre ella con la boca en su intimidad mientras ella sostenía su cabello. Aquella imagen de ella comiéndola de esa manera mientras sus propios dedos estaban dándose placer permanecía fresca en mi cabeza sin poder evitarlo.








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