Capítulo 6

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-¿Qué tenemos?- esa noche había entrado a la clínica con rapidez. No tenía intención de quedarme toda la noche, así que debía hacerlo rápido.

-Parto prematuro Doctor- eso no es fácil, entramos a la sala, había una omega, al lado un beta, su pareja espero, aunque no se veían cómodos con el otro. Por ello el parto se complicó, no parecía tener más de 15. Ninguno de los dos.

...

Había llegado al amanecer, había perdido al cachorro, casi pierdo a la madre también, me sorprendió el hecho de que esta no mostró más que alivio al escuchar la noticia, luego recordé su edad.

Quizás apenas se había presentado y aquel embarazo era producto de una relación sexual no consensuada completamente. Aquello debía investigarse debidamente.

Me di un baño y en lugar de ir a la cabaña fui con Cuarto, solo está en un lugar últimamente, lo encontré en la casa de la manada, lleno de documentos y problemas.

-¿Vienes a ayudar?

-Hay que hacer algo contra lo lobos que tomen a las omegas cuando están en celo sin ellas ser consientes de quienes son.

-¿Que pasó?- negué

-No lo se, pero acabo de perder un cachorro de una omega apenas presentada. El beta tampoco parecía mayor que ella.

-No podemos hacer más que concientizar a los padres para que cuiden a los omegas que están próximos a presentarse.- no pude hacer más que reír con sorna ante ese comentario diplomático.

-¿Tu aquí?- mmm justo lo que necesitaba, si alguien podía resolver esto de la manera correcta sería Primero.

-Quiero medidas para protección de omegas en su primer celo. Quiero castigos por quien los tome en ese momento sin no tener un contrato de acuerdo de celos o relación amorosa.

-Hace años debió hacerse, al menos pagar con cárcel aquello.- lo pensó -Al sabiondo de aquí que haga la ley, yo voy a hacer cumplirla- aquella sonrisa macabra de Primero asusta.

-Haré que en las escuelas me avisen si notan algo extraño con un cachorro y que se les entreguen supresores abortivos sin preguntar, también que sus padres no se enteren de aquello.- informé -No queremos esos lobos no deseados, luego son esos los que delinquen.

-¿Cuando vas a presentarnos a tu mate? Tampoco es como si fuéramos a robártela.

-¿Acaso era necesario a parte de unirme? No sabía.

-Haremos una cena todos juntos en mi cabaña- propuso Primero

-¿Quién va a cocina? ¿La fiera de tu humana?

-Ya no es una fiera, solo le hacía falta que la follara en el celo. Deberías intentarlo, quizás se te quite ese mal humor.

-No, no se me antoja que me folles- salí de la oficina pero alcancé a escuchar la hora de la cena, y mierda que no quería ir, pero lo conozco, se que si no voy es capaz de traer los platos para comerlos en mi casa solo para joder, tirar la puerta también.

-Llegaste

-Llegué- lo hice directamente a la habitación, si con el cansancio que tengo veo a esa indeseada castaña voy a volverme loco. -Dulce- llamé con la mano y se recostó a mi lado. -Hay una cena hoy, quieren verla.

-Ya se habían tardado- también lo creo -Dile que te acompañe.

-Dile tu, me molesta verle la cara, ¿que será hablarle?- lo que me molesta es desearla tanto.

-Segundo

-Voy a dormir, procuren no hacer ruido- apenas diciendo aquello un escándalo se escuchó en la cocina, cosas cayendo. -¿Ves lo que te digo? Solo sirve para colmarme la paciencia.

-Ni siquiera te has preocupado por conocerla. Tu celo está próximo, al menos deberías...

-Dije que voy a dormir- no quiero hablar de esto, mucho menos con Dulce, se que voy a dañarla.

Salió de la habitación pero la duda de que la otra se hubiese lastimado no me dejó dormir, las encontré en la cocina, Dulce recogía los cristales, tenía una pequeña cortada en el dedo así que aproveché para ir por el botiquín.

No dijr algo, solo tomé su dedo y comencé a curarlo, -Hoy hay que ir a una cena, con los otros.

-¿Contigo?

-¿Debo responder eso?- pronuncié con sarcasmo. -Procura ponerte ropa, siempre andas...- ví reír burlona.

-Uso poca ropa por el calor, tu en cambio, sales sin nada, literalmente con la pistolita de agua al aire.

-No sabes callarte

-Que bueno que lo sepas- apreté la venda a propósito y la vi reír. -No hagas eso o acabarás excitándome- enferma

También lo soy yo, porque mierda, aquella coquetería había enviado una punzada de placer directamente a mi hombría. Mis dedos picaron por amasar esos pechos apenas cubiertos y mi polla por buscar refugio en ese coño húmedo.

Sentí su humedad, la olí y me encantó lo bien que olía. La quise probar, quise que mi boca sea llena. -No hagas más desastre.- dije de mala manera y me alejé para dormir al fin.

Mi celo, todo esto es provocado por mi celo al encontrarse tan próximo, una vez supere aquello no sentiré mi cuerpo picar así por ella, estoy seguro de ello.








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