Capítulo 7

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Ya me había cambiado de ropa, ella aún no salía, veía a Dulce en la cocina empacando comida, la otra no cocina, lo hace Dulce, supongo que es para que llevemos a casa de Primero, ella debió ser quien me acompañara, no la otra.

-Voy a cazar, aprovecharé que no están en guardia. Deberías tratar de no pelearle. Al menos por el tiempo de la cena, podrías levantar sospechas de la relación que tienen.

-No tenemos ninguna.

-No quieres tenerla, ella no la pasó fácil, iban a violarla incluso solo por no querer irse con el.

-¡No debía estar en ese lugar a esas horas en primer lugar!- gruñí, la desvergüenza de la castaña me molesta. -Voy a esperarla afuera.- salí de la cabaña y tomé asiento en la entrada, tenía pequeños escalones. Luego de unos 5 minutos ella pasó por mi lado, ahí estaba ese olor.

Su ciclo de ovulación estaba próximo, era como si mi cuerpo me jugara una mala pasada, mi miembro se sacudió levemente cuando la olí, también cuando vi esas piernas llenas alejarse, frotarse entre ellas, eran blancas y grandes. -¿Vamos?- ese tono que no soporto.

Me puse de pie y caminé hasta la cabaña contigua, no era muy lejos, pero agradezco que esté lo suficientemente alejada como para no escucharse algo o verse de más. Ahora que lo pienso, ambas cocinas tienen las ventanas de frente, voy a cubrir la mía. No quiero ver a Primero coger, que desagradable.

-Espérame al menos- no hice caso, ya habíamos llegado de todas formas. -Oye tu. No me agradas y yo no te agrado, pero al menos trátame como la gente ¿O es que ustedes los perros no saben como?

-No me provoques porque no estoy de humor para ti.

-Mmm- no dijo más

-No menciones el nombre de Dulce.- se rió

-¿Me crees loca?- en efecto -Se el contexto de todo, y el porque me tratas como si fuera una pandemia.- no respondí -Yo tampoco estoy feliz con que un lobo me reclame como suya.

-Pero si de que una vampira lo haga.

-Esos son celos, solo no logró identificar si por ella o por mí- zorra.

-No hables

Toqué la puerta y poco después fue abierta, Quinto estaba aquí. -Mmm- saludé de aquella manera cuando entramos, -Siéntate ahí- señalé -Ella es- me interrumpí,  se me olvidó el puto nombre, el collar -Mayra.

-Hola Mayra, un gusto- estaban todos aquí, incluso Sexto, miraba a Mayra con ojo crítico, acabaremos peleando.

Miré a Tercero, estaba cerca, no mucho pero lo suficiente como para ser mi apoyo, podía con Primero y Cuarto, si este último decidía atacar, cosa que dudo, Quinto quizás solo mire, Sexto es el problema. -Oye humana- aquí vamos -Hueles a..- olfateó -A todo, menos a él- me señaló y reí.

-¿Quieres que la orine?- mis garras ya estaban saliendo, rompiendo mi carne.

-Es solo... es extraño. Mmm, tus cosas de todos modos.

-Exacto, mis cosas- sentencié

-Tranquilo, no es que vaya a matarla- la miró devuelta -Tu y primero actúan como si quisiéramos tocarlas.

-Espera a la tuya, supongo que serás peor.- habló Tercero.

-Procura que tu lobo no la mate- sus ojos se iluminaron en verde y gruñó, desde que mató a sus padres en un arranque de ira no ha vuelto a convertirse, suprime su lobo y eso... eso va a pasarle factura dentro de poco. También sus celos.

-Oye humana. ¿Ya te folló?

-Sexto- advirtió Quinto

-¿Qué dije? Quizás Tercero no es llamado porque el se niega a tomarla, puedes olerla. Ella quiere, más que eso. Hasta parece una omega en celo.

Reaccioné cuando fui empujado lejos, Cuarto y Quinto estaban en medio, Tercero frente a ella. Apenas nos habíamos rozado, ni siquiera lo lastimé, quería hacerlo sangrar.

-Suficiente por hoy- habló Cuarto

-Vayan a casa, yo te informo de la reunión- propuso Tercero

Salí del lugar con ella siguiéndome los talones, mi lobo estaba enojado y presente justo ahora.

Tuve a acuclillarme para evitar que tome el control de mi cuerpo, aquello acabaría en derrame de sangre.

Sentí una puntada de dolor cuando contuve la transformación pero aquello me sacó un gruñido. -Vete.- corrió  lejos hasta llegar a la cabaña pero cuando planeaba alejarme, calmarme, noté una sombra rondar dentro de mi cabaña, no era Dulce, ella saldría a cazar.

Mi transformación fue completa.

Podía observar solamente, mi lobo estaba furioso, con todo y todos, con quien había entrado a mi territorio. -No entré para dañarla- era Séptimo

Volví a mi forma humana -No entras al territorio de un lobo a menos que quieras que te ataque. Quizás el andar con Vampíros te hizo olvidarlo.- lo noté reír

-Lo se, se que una vive aquí. No voy a delatarte, pero recuerda esto. Me debes un favor.

-No te debo nada, si delato tu posición van a matarte antes de dejarte hablar. Sexto lo hará.

-Pruébalo, prueba que no me lleve la vida de la vampíra entre las garras.- se puso de pie -Dile que no corra por nuestros territorios, ya la están rastreando.- me advirtió antes de salir de la cabaña.

-Hey- entré en la habitación encontrándola con un adorno en las manos, en posición de ataque. -Deja eso. Ya se fue.

-Tu sigues aquí- era miedo real lo que había en su mirada, hacia mí.

-No te dañaré.

-Si ibas a hacerlo. Lo ví, vi como me miraste.

-¿Cómo?- me acerqué a ella, no podía contenerme.

-Así- lloriqueó, alejé el objeto de sus manos y la empotré contra la pared.

Abrió la boca para gritar y mi lengua entró en esta. Esos labios gordos eran demasiado dulces, demasiado bueno.

Pegué tanto nuestros cuerpos que chilló dolorida, acabé separándome para dejarla respirar. -Esto no pasó.







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