Capítulo 14

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Dormí terriblemente, no porque la cama estaba dura o demasiado blanda, sino porque no podía dejar de pensar en sus palabras molestas cuando se fue y me dejó frente a la calle, importándole poco si huía. No lo haría, estoy consiente de que aquí estoy protegida. Y a pesar de que debería estar feliz por que ahora tendré la oportunidad de acercarme a la pareja que acabará por sacarme de aquí.

Aunque dudo que el pálido quiera ayudarme, incluso planea dejar a la chica con la que vive por alguien que ni siquiera conoce. Di unas 20 vueltas en la cama hasta que el sueño me tomó.

Al despertar al día siguiente recordé los sueños que había tenido, sobre persecución, soledad, muerte y sangre. Mucha sangre.

-Hola- me había dado una ducha y cambiado, mi ropa también estaba aquí.

Me hizo una señal con la mano para seguirla hasta el pequeño patio trasero donde estaba una mesa con comida.

-Lo siento, el Segundo duerme hasta tarde, apenas llegó.

-Oh, ya veo.

-Vamos a comer, más tardes podemos pasear, hoy es mi día libre.

-¿No prefieres pasarlo con él?- quise saber, porque hasta donde se no les queda mucho tiempo juntos, o eso creo.

-Ya lo hablamos, decidimos distanciarnos desde ahora- dudó -Es decir, de manera sentimental, aún lo ayudaré en su celo cuando se presente pero debo buscar un lugar para quedarme.

-Esto es injusto. Es tu casa y no veo buena idea que la dejes para que el traiga a alguien más.

-No te mortifiques por esto. Siempre supe que no obtendría más que esto. Estoy bien con eso.

-No lo estás, no me mientas. ¿Cual es la necesidad de ser inmortal si con eso pierdes a quien amas?

-El no me ama Jenny

-Lo hace, se como se ve el amor. El te ama.

-La amará más a ella.

-No si puedes evitarlo.

-¿A que te refieres?

-Que me ayudes a escapar.- dije segura -Muéstrame como irme de aquí y ella no vendrá.- la vi mirar hasta la entrada y bajar la mirada.

Tras mi cuerpo estaba el Segundo del Auspicio acompañado del Primero cual me veía con clara molestia.

-Dulce pequeña- la llamó -Ven aquí. Jenny ya se va.- esta acató la orden del pálido y se perdió luego de regalarme una mirada apenada.

-Camina

-No iré contigo

-Quieres irte ¿no?- su mirada había cambiado a una más severa -Te llevaré- dijo aquello con tal seriedad que me hizo tensar.

Me tomó del brazo y arrastró fuera de la casa a pesar de mis quejas, poco tardamos para adentrarnos al bosque.

-¡Para!- no escuchaba.

-Hey Primero, ¿pero que mierda haces?- un chico pálido cual recuerdo como el lobo blanco de la noche anterior estaba en el bosque.

La mano de este alejó la contraria de mi haciendo que sus garras rompieran mi carne hasta hacerme arder.

-¡Pero mira como la tratas maldición!

Trató de volver a tomarme pero me zafé de su agarre y le propiné un golpe en el rostro, el otro me miró estupefacto. -Oye nena, ve a casa del Segundo.- el de labios gruesos se interpuso entre ambos cuando el otro intentó tomarme nuevamente.

En eso un lobo negro con ojos zafiro fue notado por mí. Me miraba, a mí.

Había otro lobo negro entre ellos, pero no era este. -¿Quien es el?- Dulce dijo que solo los 7 podían convertirse. Ambos miraron en su dirección y noté como quien hasta hace un momento me arrastraba se colocaba frente a mi de manera protectora a la vez que el otro dejaba salir ese pelaje blanco y perseguía al intruso.

...

-¿El séptimo te hizo esto?- El Cuarto limpiaba mi herida en el brazo, hace una media hora el de pelaje blanco había regresado afirmando que el otro había huido de él, ahora estaban todos reunidos en una oficina antigua pero no se me permitió alejarme asegurando que es a mí a quien buscan. Negué, quien lo había hecho era el que debía protegerme según ellos.

Por la puerta entró un castaño con aires de superioridad, traje pulcro y...

Abrí la boca en demasía, era el magnate del momento, un hombre que los últimos 5 años se ha abierto paso en el mundo de la tecnología y ahora parecía bastante familiarizado con esto que nos rodea. Sus ojos verdes se posaron sobre los míos y sonrió en modo de saludo.

-¿Que haces aquí Sexto?- esta vez habló el Tercero.

-Es un caos allá. Los vampíros se están volviendo locos, pasaron al mundo humano a matar a las mujeres.

-Pero ellos no saben quienes...

-A cualquiera que se encuentran- aseguró -Lo atribuyen a un asesino serial. Necesito que tres de ustedes vengan conmigo.

-¿Pretendes que dejemos la manada desprotegida?

-Se quedarán dos.

-Dos que no serán suficientes con el Séptimo del lado de los vampíros. Más aún con Jenny aquí- habló el Quinto. -Iré contigo.

-Les dije hace mucho. Debimos ir al mundo humano y esperar por el Auspicio allá con ellas. Aquí es peligroso.

-¿Pretendías que dejáramos la manada a su suerte?- el Segundo habló por primera vez.

-Ambos sabemos que parte de la manada es la que proteges

-¡¿Que quieres decir con esto?!

-¡QUE NO ERES DIFERENTE AL SÉPTIMO! Que estás con alguien que nada que ver con el Auspicio y que serás el próximo en traicionarnos.- intentó ir contra este pero el Primero se interpuso empujándolo hasta hacerlo caer, varios gruñidos se escucharon luego de eso y mi cabeza comenzó a doler, mi cuerpo a sentirse cansado hasta que perdí el conocimiento.

Otra vez.




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