Capítulo 7

113 36 13
                                    


-Mañana te darán el alta- entorné los ojos hacia ella.

-Dulce- me miró con pena.

-Se que no te agrada la idea de todo esto, pero...- negué callándola

Había despertado hace unos cuatro días, solo ella y el médico venían aquí. Aveces escuchaba la voz de el otro tratando de que lo dejen pasar, pero es que... cuando amenacé con irme si él volvía aquí esta le pidió a su alpha que no lo dejara pasar, aún así, mañana debía irme con él. Decían que ya no podía regresar a mi mundo. Que eran como mundos paralelos a los que solo se podía ir una vez, no más. Así que, estaba estancada aquí.

Con solo un escape.

Si el no podía ir por mí nuevamente y el médico sería el próximo en cruzar, entonces... si pasaba con él, sería libre. Para eso debía ganarme la confianza de quien ahora me acompañaba y luego la del médico.

-¿No puedo quedarme contigo?- negó

-Apenas podemos controlarlo cuando viene aquí. Ha roto medio hospital- bufé con cansancio -¿Acaso él...

-¿El que?

-Olvídalo, no podría ser.

-¿Que cosa?

-Su celo, ¿lo tuvo contigo? ¿Por eso lo repeles tanto?- algo entendía de como se regían estos. Y a pesar de que siempre me gustó la fantasía no creí que viviría en un mundo donde verdaderamente existan los vampíros que tanto adoro, aunque según lo que dijeron, ellos son los enemigos.

-No, no lo creo... nosotros tuvimos sexo en un momento de debilidad- me miró curiosa -No se como explicarlo, pero él, su olor era caliente. Lo sentía caliente y su olor me excitaba- su boca formó una O

-Seguro expulsó feromonas para atraerte.

-¿Es un perr- no terminé con mi intento de chiste, la verdad es que lo era. -No quiero que lo haga otra vez. No suelo ser así, tan braga suelta y él andaba desnudo y eso.- la vi reír.

-¿Por qué no lo llamo y le dices tus condiciones para ir con el a su cabaña?

-¿Y si mejor me quedo aquí?- negó mientras reía, debía intentarlo. -Los demás del Auspicio saben que la primera de ustedes está aquí, están ansiosos, casi todos ellos.- decía feliz

-¿Casi?

-El Segundo menor se fue hace años al mundo humano, dijo que quería aprender como era la vida de su pareja antes de conocerla. El Sexto del Auspicio es un romántico- dijo roja prácticamente chillando. -Y el Séptimo, el...- la puerta fue tocada y casi inmediatamente escuché pisadas fuertes fuera.

-Hola- saludó el doctor. -Jenny, él vino a verte, está más calmado que la última vez, lo juro- me regaló un sonrisa e hizo a quien estaba a mi lado suspirar.

-Bien- respondí y esta apretó mi mano antes de salir junto con el otro.

Esperé casi nada cuando entró algo temeroso, la última vez que entró aquí lo hizo en su forma de lobo, gruñía y lanzaba mordidas, acabé lanzándole algo mientras corría al baño buscando alejarme mientras unos empleados lo sacaban. Luego ventilaron el cuarto, dijeron que había dejado su olor como marca de nuevo y que para ellos era insoportable por lo fuerte que había sido.

Recordar esos ojos amarillos tirando a dorado mirándome me hacía tensar aún.

-Tengo reglas- dije a este -Para irme contigo- lo ví reír de manera arrogante

-Lo harás

-Por eso mismo no soporto ver tu cara- dije de mala gana y eso pareció dolerle.

-Las escucho- permanecía de pie

-Habitaciones separadas

-Solo tengo una- dijo como si nada.

-Duerme en el piso o hazte perro

-Aún así me la pones dura- abrí la boca con sorpresa y me pellizqué cuando sentí que reiría.

-No voy- lo reté y lo vi asentir

-Bien, dormiré en la sala- sonreí victoriosa.

-Quiero salir las veces que quiera sin que hagas eso de asecharme- su mirada estaba en mí, fría.

-No sin mi compañía

-Tengo una amiga, quiero visitarla- y era mi vía de escape

-Yo te llevaré- iba a protestar pero gruñó con fuerza y me callé

-Si vuelves a gruñirme me voy

-No puedes- me encogí de hombros y crucé mis manos sobre mi regazo

-Lo intentaré hasta que pueda- lo ví hacer esa mueca que hace cuando gruñe pero nada salió de su boca. -No puedes hacer eso del olor otra vez.

-No se de que hablas- dijo eso pero lo ví reír de manera burlesca.

-Si lo haces te pateo el pito otra vez.

-El margen de dolor de un humano y un lobo es muy distinto.

-¿En qué trabajas?

-Trabajo las tierras- quizás por eso esta tan duro, reprimir las ganas de morder mi labio.

-Bueno, no puedes andar en paños menores y no puedes llevarme mas conejos muertos como si fuera un animal al que cortejas.

-Te alimento

-Aliméntame como a las personas normales, con comida hecha- lo ví sonreír -Mi teléfono, ¿lo tienes?- negó

-Aquí no usamos eso- mi ceño se frunció-Cosas electrónicas y eso.- señalé lo que tenía al alcance, este era un hospital más que equipado. -Solo aquí, para cuidar de la manada.

-A Garret, ¿por qué lo mataste?- cambié drásticamente de tema.

-Me daba dolor de cabeza- entornó los ojos -No lo menciones más

-¿Si lo hago que?- lo reté y lo ví moviéndose con tanta rapidez hacia mi que chillé cuando lo tuve prácticamente arriba mío.

-Haré que grites mi nombre hasta que olvides el suyo- sus ojos brillantes me hicieron tensar.

Sentí como bajó la mirada en torno a mi cuerpo y luego volvió a ver mi rostro, entonces sonrió ladino.




.

Auspicio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora