-¿En serio debes estar aquí dentro? Quiero algo de privacidad- dije, pues este se hallaba observándome todo el tiempo y ahora quería darme una baño y retirarme el puto tampón. -Shu- lo eché y este se movió quedando tras la puerta, la cerré al menos.Luego de estar limpia me sentía mucho mejor, apenas salí lo hallé en el mismo lugar, llevaba unos bóxer puestos. Y me obligué a no mirar de más, siempre era así, los últimos dos días de mi período son un problema para mis hormonas y las ganas son tantas que apenas lo pierdo no puedo resistir a algún toque, muchos de los desplantes de Garret los perdoné por la misma situación. Pero este no es Garret, es aún más peligroso, en todo sentido.
-Quédate así- apenas me había colocado una camiseta, negué. Y con solo tomar mis bragas las intentó arrebatar de mis manos.
-No seas infantil- me quejé -Debiste haber preparado el desayuno, muero de hambre.- lo seguí hasta la cocina y decidí tomar una galleta mientras espero.
-Más tarde tengo reunión con los demás, irás conmigo. No pregunté por si aún lo dudas.
-Mandón de mierda- me quejé por lo bajo, di un mordisco
-Deja eso, luego no comerás.- no lo escuché y continué con lo que masticaba.
-Me aburro mucho aquí ¿Puedes hablar con el fantasmita y decirle que me deje ver a Dulce? Ya no intentaré escapar o le llenaré la cabeza, lo juro.
-No lo haré
-Eres...
-Eso te pasa por impertinente
-¿Impertinente yo? Pero...
-¿Que creías? Lo suyo es lo demasiado complicado para que vengas tu a joderlo más.
-Um, supongo hablas por experiencia.
-Lo tuyo y lo mío no es lo mismo. Solo eres terca, sabes como te sientes cuando estamos juntos- picó fruta con rapidez -Y aún así te haces del rogar, hasta parece que te divierte el juego del gato y el ratón.- más bien el perro y el hueso.
-Lo digo por lo tuyo con el chico- su ceño se frunció -Tuviste que dejarlo por mí, supongo que me guardas rencor por eso.
-Nunca tuve nada con el
-¿Me crees estupida?- lo vi ir al Refrigerador y regresar con jugo -No me llenaré con eso.
-Desayunaremos esto, más tarde almorzaremos pesado.
-No me gusta que midan lo que como- me quejé
-No lo mido, pero no puedo follarte si estas con el estómago tan lleno- y si, me había ahogado. -¿A que te referías con lo del chico? ¿Vino a verte?
-¿Temes que me diga algo?- comía mi pan con mermelada de manera lenta, porque con las galletas había sido suficiente, pero no quería darle la razón.
-No tiene nada que decirte. Pasé mi celo con el, eso no es nada.
-Te lo follaste, ¿eso no es nada para ti?
-El celo es una necesidad básica, el hecho de que el lo atendiera no quiere decir que le deba algo o que sentía algo por el, no fue así.
-¿Te contienes conmigo? En el sexo- aclaré y lo vi reír
-Así que si habló contigo- dejó lo poco que quedaba en su plato.
-Responde
-Lo hago, no aguantarías mi fuerza.- dijo seguro.
-Te crees una especie de semental- mi enojo había regresado y el verlo divertido no hacía más que aumentarlo.
-Estás celosa
-No lo estoy
-No pregunté, lo afirmé- dijo seguro -El hecho de que me contengo contigo es para no dañarte, aún así acabas desmayada cada vez que tenemos sexo, así que no tienes razón para sentirte así. Yo no pregunto nada sobre tus amantes pasados, de todos modos soy mejor que ellos.- aquello me hizo reír de manera burlona, no porque fuera mentira, sino porque su ego lo supera. -¿Porqué no dejas de apretar las piernas y vienes a montarme?- negué.
La verdad es que toda esta conversación había estado empañada de mis deseos por ser tomada por él y justo ahora estaba muy caliente.
-Mira esto- tomó mi mano y la posó sobre su erección ya dura -Siempre que estas cerca me pones así- fui lo suficientemente osada como para palparlo desde dentro de sus bóxers. Moví mi mano de arriba a abajo y me deleité con su cara llena de lujuria.
Sus manos rompieron mi ropa interior mientras me alzaba sobre la mesa de la cocina. Aprovechó aquello para morder mi intimidad mientras sujetaba las piernas, sus manos corrieron mi camiseta hacia arriba para dejar libres mi pechos y apretarlos, -Mételo ya, mételo- estaba tan caliente que podía tener un orgasmo justo así.
-¿Eres mía?- preguntó contra mi boca
-Lo soy, soy tuya- sentí como se deslizó en mi interior y aquello se sintió tan bien que con solo eso tenía. -Tuya- afirmé al verlo tomarme con tantas ganas que me creí morir.
Mis piernas estaban alrededor de sus caderas mientras el frenesí de sus movimientos nos envolvía.
Paseó su lengua por mis labios y aquello fue demasiado para mí, acabé mordiéndolo buscando liberarme. Quería demasiado esto como para ser sano y estaba demasiado mal. -Rómpela- exigí cuando intentó sacar la prenda por mi cabeza, su garra tomo la camiseta y la rasgó. Sus manos apretaron tanto mis piernas que chillé dolorida, pero aquello me encantó -Muérdeme- dije presa del deseo.
Quería ser cogida con rabia, marcada, usada.
-¿Eso quieres? ¿Que te use como la perrita sucia que eres?- aquello fue demasiado para mí, exploté a su alrededor de manera abrupta mientras sentía como se vaciaba sobre mi coño, tan caliente.
¿Como me había enamorado de él? ¿Cuándo?
-Lo sé Cara Mía, yo también- respondió pero yo no había hablado, solo lo pensé -La unión está hecha.- dijo por último antes de volver a mis labios y besarlos con ganas.
.
ESTÁS LEYENDO
Auspicio
WerewolfEn un mundo de lobos, vampíros y humanos ¿Que tan malo será una profecía? Una que haga a las razas mas poderosas pelear, una por obtenerla y otra por evitarlo. Después de todo, lo que hace a los vampíros superiores es su inmortalidad. Si los lobos...