Capítulo 17

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Pov Mayra

Cuando salí del baño el ya no estaba. Cambié las sabanas y me metí bajo las nuevas buscando tranquilizar mi estupido corazón.

A mi mente llegó mi vida, la que vivía antes de todo esto. El desastre en el que me metió mi antigua pareja y el porqué acepté esta nueva vida en este lugar tan apartado.

Viviré, pero ¿A que costo?

Debo vivir bajo la sombra del amor que siente por Dulce, debo vivir con su eterno rechazo por ser quien lo apartó de a quien quería.

Veo eso en sus ojos, lo hago cada vez que me mira, cuando la ve a ella. -Ven a comer algo.

-Quiero dormir.- no salí de mi escondite. -Dulce... ¿podrías quedarte en su cuarto mientras mi cuerpo se recupera?

-¿Te sientes mal?

-No. Pero quisiera descansar. ¿Me dejas sola?- preguntó otras tres veces pero no respondí, no quería hablar.

Quería llorar.

Pasaron las horas, horas en las que me quedé dormida. Sentía mi cuerpo arder, como si mil fiebres pasaran a través de él.

Las voces de Segundo y Dulce taladraban mis oídos como si estuvieran a mi lado. Recordaban viejos tiempos. Como la pasaban todos estos años en los que vivían juntos.

Un nudo tomó todo mi pecho y me refugié entre las sabanas para llorar. Si intentaba algo con cualquiera de los dos el resultado sería el mismo. Ambos estaban enamorados del otro.

Volví a dormir sin siquiera notarlo y desperté con Dulce al lado. -No has comido nada en horas, desde ayer para ser exactas.

-Quiero dormir- seguía con mucho sueño.

-¿Te sientes mal?- negué pero tanteó mi frente. -Estás ardiendo. Vamo... debes ir a la clínica. Pregunta por Segundo el...

-No iré allá. Menos con el. Dame algo para tomar aquí.- ninguna quería ceder pero esta acabó dándome una pastilla y volví a dormir. Las horas pasaron y no me sentía mejor. Al contrario, aún así no me quejaba, de verdad no quería ir a la clínica.

La noche llegó y con ella escuché sus voces en la sala, parecían hablar en susurros pero lograba escucharlos como si estuvieran a mi lado, esto es demasiado extraño.

Ambos entraron, sus ojos negros me observaban con detenimiento, luego se acercó y me tomó en brazos, no tenía ánimos de refutar pero lo hice. -Estoy bie...- la inconsciencia llegó a mí.

...

-Al fin despiertas- estaba rodeada de blanco, tenía un suero en las manos. Me tendía agua. -Hace mas de 24 horas que estás aquí.- la bebí -¿Cómo te sientes?- asentí, no quería hablar con el. ¿De pronto se preocupa? No le creo nada.

-Quiero irme de aquí.

-Lo harás cuando...

-Quiero irme ahora.

-Cuando yo diga que te vas lo haces- dijo severo -Estás rechazando mi lazo. ¿Porqué mierda haces eso? ¿No sabes que puedes morir?

-¡No se que es eso!- grité pero comencé a toser. Volví a tomar agua.

-Nos unimos, ya está hecho. Pero lo rechazas no se si adrede o de manera inconsciente. Mi mordida casi te mata.- toqué mi cuello, ardía. -No dije que la tocaras.- suspiró

La puerta fue tocada cuando planeaba decir algo y por ella entraron Primero y su pareja. Esta miraba todo menos a mí. -¿Como estás humana?

-Viva- tampoco es que le importe, se rió

-Segundo- lo llamó fuera.

-Ya regreso

-Si quieres no lo hagas- aquel veneno salió solo de mi, ambos hombres salieron del cuarto dejándome con ella. -Lárgate tu también.

-No estoy aquí para verte. No te hagas ilusiones.- miró tras ella. -Se que está viva.- se acercó más -La vi, la vi en una de mis visiones.

-¿Planeas chivarte?- negó

-Quiero ir a verla.

-Ve, tampoco es que sea mi casa.- yo solo soy una aparecida.

-Aprovecharé hoy en la noche, los demás irán al bosque que da con el mundo de los Vampíros, así que tendré tiempo. Dijeron algo como que los portales estarán abiertos toda la noche así que deben verificar que nadie entre o salga.

¿Porqué de pronto es tan comunicativa?

-Nena- la llamó su pareja. -Vamos- salió del cuarto y en su lugar no entró nadie, no se porque sentí tanta decepción.

Me acomodé para dormir pero el sueño se había esfumado.

Ella dijo que los portales estarían abiertos toda la noche, quizás si...

La puerta fue abierta, por ella entró una enfermera cual ni siquiera saludó. Dejó una bandeja y salió en silencio.

No me apetecía comer nada pero me obligué a hacerlo. Mientras masticaba las palabras de la pareja de Primero se repetían en mi cabeza. Luego escuché las palabras de algunas enfermeras.

Estaban fuera de mi puerta. -Yo no quise atenderla. Viene aquí y planea que la tratemos como de la realeza cuando por su culpa murió Dulce.

-No sabemos si así fue.

-Claro que si. Dicen que fue el mismo Segundo del Auspicio que lo hizo, para librarse de ella.

-Fue la noche del ataque vampíro.

-Si, pero que coincidencia de que el mismo la enterró y partió por su mate al día siguiente. Es obvio lo que pasó.

-Tienes razón. De todos modos no la saludé. Solo le llevé la comida.

Debía irme de aquí. Dejarles el camino libre a Dulce y a Segundo, evitar todo este tormento de una vez y por todas.

Pero ¿cómo lo haría? ¿Cómo salgo de aquí?

-¿Comiste algo?- entró sin tocar.  -Mañana te llevaré a casa.- asentí, si quería irme debía hacerlo esta noche. -Estás...

-¿Distante? Nunca fuimos cercanos, ni siquiera tolero tu presencia.- lo vi sonreír ladino.

-Vendré a ratos para ver cómo estás, mi turno acaba en la noche y quiero ir a ver a Dulce antes de ir a mis rondas.- no se porque me informa. Que se largue de una vez, así puedo hacer lo mismo.









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