XXXV

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Notita antes de empezar el cap:
Cuando tuve la idea de hacer esto, fue porque leí una historia antigua japonesa donde los protagonistas nunca pudieron estar juntos por x o por y, luego uní eso con mis creencias budistas y pum, aquí estamos: un fic de vidas pasadas y reencarnación.
En el budismo, la reencarnación es infinita, aunque no necesariamente se reencarne en humanos, también puede ser en otras especies, eso depende de cuáles hayan sido tus acciones en el pasado, regresarás a la vida con tal de arreglar tu karma o vivirlo tal y como te mereces, otros vuelven únicamente a sanar con su yo interior y así.
El capítulo anterior no quiere decir que todos murieron a la vez, solo Isagi murió en esa ocasión, pero para eso es este cap, para explicar a detalle.

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Lo que vió Isagi:

Detrás de toda la conmoción, de las despedidas y llantos y gritos y sirvientes tratando de salvarle la vida, Isagi logró ver más allá. No era de extrañar que Kaiser estuviera gritando como loco, pues él no tenía la culpa de lo que estaba pasando.
Ness había resbalado al momento de tirar del arco, la flecha salió disparada con tanta fuerza que lo arrojó al suelo, cayendo de culo contra la tierra mojada, se levantó, tomó su arco y flechas y salió huyendo de ahí, tenía ventaja, nadie repararía en él porque estaban ocupados encargándose de Isagi, así que no miró atrás.

Eso fue lo que quería decir que tampoco pudo, quiso decir "Ness" pero exhaló su ultimo aliento antes de poder hablar.

Lo qué pasó después:

Isagi había muerto, Kaiser había desistido de hacerle cualquier cosa a Rin, no quería matarlo ya, ni hacerlo sufrir de ninguna forma, de por si la muerte de Isagi era suficiente para llenarlos a ambos de dolor y sufrimiento.

Había ordenado cargar con el cadaver hasta el castillo, ahí le realizaría una despedida como era debido y después lo enterrarían en el cementerio de la familia.

— ¡Me lo llevaré a Japón!

— ¿A qué? ¿Vas a cargar con su cuerpo más de una semana en barco, llegarás allí y le entregarás un cuerpo putrefacto a sus padres?

Rin estaba de pie en el salón de Kaiser, daba vueltas como loco porque todo eso le parecía irreal, ¿cómo puede estar alguien vivo y al siguiente día sabes que no volverás a verlo nunca más?

— ¡Es tu culpa! — espetó Rin. — lo mataste.

— ¿Mi culpa? — Kaiser se puso de pie, se veía demacrado, tenía la misma ropa que el día anterior. — si tú no hubieras aparecido de la nada y no lo hubieras llevado al bosque, nadie habría empezado una persecución.

— ¿Para qué empezar una persecución de todos modos?

— ¡Para matarte, idiota! ¡Tú debías estar muerto, no él!

— ¿Y también se lo ibas a ocultar? ¿Ibas a dejar que viviera con mi asesino?

— Ya no se acordaba de ti. — escupió el rubio. — todo iba perfecto, Rin.

— ¡Ya cállense! — La reina entró al salón, su presencia se hacía notar a kilómetros, el grito hizo que ambos desviaran la mirada y mostraran sus respetos. — Rin, ¿es digno de alguien casado estar aquí, peleando por otra persona y peor aún, por alguien muerto? — La reina se dirigió a Kaiser. — y tú, ¿así es como demuestras tu amor por Isagi? ¡Déjalo descansar en paz! ¡Déjenlo en paz! ¿Está bien que sigan peleando y odiándose mientras Isagi sigue ahí afuera, muerto? Parecen idiotas.

— Madre...

— Cállate Kaiser. Rin, ¿cuáles eran las creencias de Isagi?

Rin no entendió muy bien la pregunta hasta que recordó su estancia en el templo.
— budista. Era budista.

El hijo del emperador y yo [Rinsagi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora