Capítulo 4

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Hola hola.

Aquí van los tres capítulos del fin de semana.

Espero que los disfruten.

-Dime Nela- responde Poché su celular al salir de la casa de su padre en el upper east side de Manhattan, vecindario donde creció pero que nunca se sintió como parte de, a diferencia de su hermana Valentina que ama todo ese estilo de vida ostentoso.

- ¿Qué tal va todo con tu padre? ¿le pudiste mencionar sobre el edificio? –menciona Nela del otro lado de la línea.

-Sí, menciona que enviará a una cuadrilla a revisarlo, solo que tiene que coordinar agenda con Peter, pero lo hará en corto, de hecho acaba de salir a su oficina- Juan Carlos Garzón era un habilidoso agente de bienes raíces quien había heredado algunos edificios de renta gracias a su padre quien también se dedicó a lo mismo, y que en su larga vida laboral había logrado forjar un emporio sobre ciertas zonas de la gran manzana y los estados vecinos, Nueva Jersey uno de ellos y en específico el edificio donde Nela tenía su café y Poché su apartamento- por lo que yo ya me estoy preparando para volver a Nueva Jersey ¿ocupas algo de Manhattan?

-Si, a ti- responde rápidamente- Daniela fue llamada por la asistente del médico pidiéndole que acudiera a una consulta para poder entregarle los resultados que arrojaron sus pruebas, de preferencia acompañada y como la niña no quiere hablarle a su novio pues me pidió que la acompañe, ¿crees poder llegar al café pronto? No quiero dejar a Juan David solo o que tengamos que cerrar porque es hora de almuerzos.

-Descuida, voy saliendo hacia allá- despega el teléfono de su oreja, pone el altavoz y comienza a buscar la mejor ruta de regreso- si cruzo por el túnel Lincoln haré cerca de treinta minutos así que lo mejor será que me apresure ¿a qué hora tiene cita con el médico la niña?

-En una hora, pero esta niña se me está muriendo de los nervios así que en el momento en que llegues nos vamos- responde Nela.

- ¿las pasarán antes si llegan temprano? Porque de ser así cuenten 25 minutos y váyanse, yo estaré llegando para ayudar a Juan David, así no pierden tiempo, llegan antes y se desespera menos.

-Va, me parece buena idea, solo no te vengas matando por la autopista, que te quiero viva María José- Nela habla con autoridad y cuelga la llamada dejando claro una cosa, lo importante no es que llegue rápido a atender el café, lo importante es que llegue con bien.

-Por supuesto que no tía Nela ¿por quién me tomas? - dice para sí misma Poché con una sonrisa en el rostro a sabiendas que esos 35 minutos que marcaba la aplicación del tráfico ella los podría reducir fácilmente a 25.

Durante el camino de regreso al restaurante de la mujer a quien consideraba tía por haber sido amiga de su difunta madre, en su mente repasaba la conversación que tuvo con su padre momentos atrás.

-No tienes idea de lo mucho que te eché de menos- Juan Carlos se separaba del abrazo que le daba a su hija solo para tomarla de la mano y guiarla al sofá que hay en su pequeño estudio- sobre todo cuando perdiste el teléfono y no tuvimos manera de comunicarnos contigo, si el teléfono que dejé en tu apartamento no es de tu agrado puedes ir a cambiarlo, aún tengo la garantía.

-Descuida papito, el teléfono está perfecto, yo también los eché de menos, aunque he de confesar que encontré refrescante el no estar pegada al teléfono, lo único que de cierta forma eché de menos fue la cámara y la música, pero para eso me conseguí un mp3 y una cámara digital de la cual tengo cientos de tarjetas de memoria por revisar.

-Eres sorprendente, tu hermana moriría sin su teléfono, es más ahora lleva dos por si acaso uno falla- comenta Juan Carlos mencionando a Valentina- en ocasiones pienso que ella se toma todo demasiado en serio, cuando tu madre murió pensé que serias tu quien lo pasaría peor- suspira- sobre todo cuando decidiste marcharte, pero ahora que analizo las cosas puedo ver como tu encontraste la forma de procesar tu duelo a tu manera y tu hermana lo enterró debajo de libros evitando confrontar sus emociones de dolor.

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