Epílogo 2 (a petición del público)

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Lo prometido es deuda.

Lindo jueves. 

Nos leemos pronto con nuevas historias. 


-Recuérdame matar a Valentina- una molesta Daniela sale del baño de la habitación con un vestido de dama que con trabajo le cierra y se coloca frente al espejo de cuerpo entero que había en una de las paredes.

-Amor, no puedes matar a tu cuñada y madrina de tu primogénita- Poché se acerca colocándose detrás de ella y acariciando el vientre de la castaña- además ni ella ni nosotras sabíamos de esta pequeña sorpresa.

- ¿pequeña? Sería una pequeña sorpresa si hubiera sido uno solo como con Charlie y Anto, pero no, a la señora doña potencias se le ocurrió poner dos, dos pequeños dentro de mí y en mis 24 semanas parezco de 38 lista para el quirófano.

-Gorda- menciona con cariño

-No me digas gorda- la castaña se aflige al sentirse mal con su físico.

-Amor, mi vida, bebé, no seas así, no te sientas mal, fue un pequeño descuido que nos dará la más grande bendición de ser madres de dos niños hermosos, idénticos a ti- le deja muchos besos en la mejilla haciéndola reír- además Anto ya tiene cinco años y nosotras nos estábamos quedando cortas de bebés.

-Pero le tocaba a Vale y Lucy planear bebés, no a nosotras-hace un puchero muy tierno que Poché besa.

-Mira lo positivo, los gemelos y el bebé que Lucy tenga el próximo año van a crecer juntos- responde Poché entusiasmada, Lucia y Valentina tenían todo listo para en un par de meses comenzar con su in vitro y poder convertirse en madres a través del método ropa.

-No me mal interpretes- se abraza a la fotógrafa- amo a este par, pero ¿justo ahora? ¿no nos podían esperar a que pasara la boda de sus tías? Me veo como un tamal mal amarrado.

-Si tú dices que te ves como un tamal mal amarrado, déjame decirte que eres el tamal mal amarrado más hermoso que he visto en la vida y justo en este momento me está entrando un antojo de comerme un tamalito- comienza a dejar un camino de besos por el cuello de la castaña.

-Poché-trata de detener a su ya esposa, con la que había contraído matrimonio en el cumpleaños número dos de su hija Antonia en una ceremonia completamente íntima en la casa de Juan Carlos en Nueva York- no empieces algo que no vas a terminar- los besos de Poché habían descendido peligrosamente por el escote del vestido- recuerda que es el vestido para la boda de tu hermana.

-La boda es en dos días- coloca su rostro a la altura del rostro de su castaña esposa- tiempo suficiente para mandarlo a lavar.

-No temo que lo ensuciemos, temo que lo rompamos y no tenga vestido para la ceremonia y yo no me quiero meter con Valentina bridezilla, en verdad que no sé cómo Lucy puede con ella, yo ya la hubiera dejado.

-Tienes razón- baja con cuidado el cierre, quita los tirantes de los hombros de la castaña y el vestido queda atrapado en el vientre de la castaña, el cual era más prominente de lo normal para la cantidad de semanas que tenía- ahora mis pequeños, vamos hacer esto con mucho cuidado- ayuda a bajar el vestido, el cual al salir lo toma del suelo para colgarlo y regresar su mirada a su castaña esposa en ropa interior ocasionando un sinfín de sensaciones en su organismo, si algo ama María José, es apreciar la belleza natural de Daniela, tanto así que la inmortalizo en diversos lienzos, además de aparecer frecuentemente en sus fotografías.

-No me veas así que me da pena- menciona Daniela viendo como Poché se acercaba a ella viéndola cual depredador a su presa.

- ¿así cómo? - la pregunta sale en un tono grueso y sexy.

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