Capítulo 26

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Buenas buenas

Cuantas veces se han repetido ya Calle y Poché sin etiquetas?

Y la canción oficial "otra vez"??

Amo lo creativas que son esas mujeres, en verdad que todo lo que llego a poner en los personajes que ellas inspiran se quedan cortos con todo el talento y la determinación con la que ambas cuentan

Les dejo el primero de dos capítulos, la verdad ya tengo sueñito y no he terminado de revisarle la ortografía pero ya está terminado. 

Nos leemos en corto.


-Nela- un par de golpes en la puerta resuenan- Nela- la castaña vuelve a pronunciar junto con su puño en la puerta del apartamento de Nela.

- ¿Qué pasa Dany? ¿estás bien? - Nela sale en pijama del apartamento de Amalia- ¿te sientes mal? ¿ocupas algo?

-Yo, lo que pasa es que anoche estaba muy cansada y bueno me recosté en el sofá esperando a Poché para que habláramos pero me quedé dormida y acabo de despertar, todo sigue exactamente igual a como lo dejé por la noche, lo que significa que Poché no pasó al apartamento, al ver en el reloj que son las cinco me dije tal vez esté dormida pero me acerqué a su puerta y había una luz encendida y ella nunca deja las luces encendidas, por lo que toqué y al no obtener respuesta intenté abrir la puerta y ¡estaba sin llave! Ella no deja las puertas sin llave ¿tienes idea de las veces que me ha llamado la atención por hacerlo? ¡muchas! - menciona con desesperación y los ojos aguados- entonces bajé porque tengo miedo de que le haya pasado algo malo y no tuviéramos tiempo de hablar lo que pasó ayer.

-Ay Dany, ven aquí- Nela la abraza y la castaña se refugia en su pecho desahogándose un poco a través del llanto y recordando su última interacción con la fotógrafa.

-Poché- una temerosa castaña se acerca a la pequeña fotógrafa que toda la tarde se había mantenido pensativa y que al momento de escuchar su nombre saltó del asombro- lo siento, no quería asustarte.

-No pasa nada- le resta importancia al hecho de casi tirar el frasco de café que tenía en las manos- ¿te puedo ayudar en algo?

- ¿podemos hablar? –dice terminando de limpiar la barra.

-Es lo que hacemos ¿no? –cierra el cajón donde colocó el último frasco y le da toda su atención a la castaña, el día estaba cayendo y ella no había dejado de pensar en los suaves labios de Daniela impactando sus labios y del beso que compartieron, porque, ese beso fue deseado por ambas, trabajado por ambas y finalizado no por falta de ganas sino por tener que volver al trabajo, pero que al estar a punto de terminar su jornada laboral, había tiempo para hablar y quizás retomar lo que dejaron pendiente, cosa que la asustaba en sobremanera al desconocer el terreno que pisaba.

-Tú me entiendes, hablar, hablar sobre el beso que nos dimos- menciona con nerviosismo, no deseaba quedarse sin su mejor amiga solo porque sus hormonas se despertaron al contacto labio con labio y ahora le pedían secuestrar a Poché, encerrarla en su apartamento, amarrarla a la cama y no dejarla salir nunca de ahí.

-Beso que me robaste- menciona Poché sonriendo al observar como la castaña se moría de la pena, al parecer ambas tenían muchos sentimientos encontrados y lo mejor era sacarlos de sus sistemas.

-Sí, bueno, alguien me dijo que besara a la chica que quería besar o de lo contrario otra chica llegaría y se adueñaría de su corazón.

- ¿querías besarme? –cuestiona Poché sintiendo como el corazón se le acelera de pensar en que Daniela, su Daniela, sintiera algo similar a lo que ella siente cada que la ve.

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