Historias de Café

Epílogo

Ahora si, esto se acabó. 

Ha sido un placer darle vida a estos personajes.

Nos leemos en la siguiente historia. 

El tiempo pasa en un abrir y cerrar de ojos, tanto así, que en un suspiro estamos celebrando el primer año de vida de Charlie Calle-Garzón.

En la puerta de entra al café de Nela se lee un letrero que indica que el lugar estaba cerrado debido a que se estaba llevando a cabo un evento privado, todas las persianas estaban abajo dándole privacidad a los invitados de las miradas chismosas de aquellos quienes por casualidad pasaban por el café a pesar de que toda la semana se les estuvo avisando que el fin de semana estaría cerrado.

Al entrar en este se observaban globos en tonalidades rosa gold, champagne y blanco, resaltando un uno gigante en rosa dorado junto a un letrero en blanco con letras doradas donde se leía feliz cumpleaños Charlie. Bajo el letrero una de tres mesas de postres donde se encontraba un nacked cake de vainilla sobre una base de cerámica adornado con flores naturales y la palabra one en dorado coronándolo. En otra de las mesas se podían encontrar cupcakes y mini tartaletas con fruta, con la singularidad de que tenía un marco con diversas fotografías de la pequeña que su madre se había encargado de sacarle a lo largo de este primer año; mientras que en la última mesa había donas de fresa, fuente de chocolate blanco junto con fresas y pretzels para acompañar.

En cada una de las butacas del café, porque para esta ocasión se deshicieron de las mesas de centro para dejarle espacio a la pequeña de caminar en libertad, se encontraba un pequeño lienzo de 8"x10" donde la pequeña había plasmado su arte, siempre bajo la vigilancia de su madre, y en la esquina, en lugar de su firma, una polaroid de la pequeña creando la pieza única.

En una de las butacas tenemos a Abi, quien había terminado sus estudios y encontrado un trabajo relacionado a su carrera por lo que había dejado de trabajar en el café, y, aunque le dolió dejar el lugar, sabía que las amistades que ahí forjó no desaparecerían por nada del mundo. Junto a ella esta Manu, la amante de los caballos y recepcionista de la clínica donde atiende la doctora Lewis, se volvió muy cercana a la graduada, tanto así que en una noche de copas acabaron enrollándose y aunque no había un título como tal en su relación, las cosas iban bastante bien para ambas.

En esa misma butaca, pero en el asiento de enfrente se encontraban Fran y Andrew, el primero había ido de mesa en mesa buscando b el lienzo perfecto, mientras que el segundo se disculpaba con los invitados por las acciones de su esposo. Ambos chicos continuaban enfocados en el trabajo con la galería, sobre todo después de la decepción que se llevaron con ese "hombre de negocios" interesado en llevar sus obras a Europa, lo cual terminó siendo solo un señuelo para sacar a Poché del hospital aquel horrible día. En estos momentos acababan de lanzar la nueva exposición donde las obras de Poché estaban siendo expuestas y junto al resto de artistas se tenían bastantes críticas positivas por lo que pensaban en expandirse y poner una galería más en la costa oeste, aunque aún no encontraban a las personas adecuadas para el trabajo.

Junto a su butaca había una bastante peculiar por el cómo se había dado la historia entre las personas que ahí se encontraban. En primer lugar tenemos a Lala y Nico, la pareja establecida en Chicago y que viajaba a Nueva York en ocasiones especiales, llevaban una muy buena relación con Lucia y Valentina, la pareja de chicas en cuanto tuvieron tiempo libre viajaron a la ciudad de los vientos por invitación de Lala y esta pudo dejar las cosas claras y en el pasado con Valentina, quien por el cumpleaños de las mellizas organizó una pool party para ambas donde Laura se pudo disculpar con Poché y Daniela por todo lo que había hecho contra su relación, además de que pudo conocer a Charlie, quedando enamorada de la pequeñita que en ese momento contaba con cuatro meses y aunque no la podían meter al agua, iba con un traje de baño hermoso a juego con sus madres.