CAPITULO TREINTA: Un Pequeño Cambio De Rutina

2 0 0
                                    

Bajé con cuidado las escaleras, seguro que Harold estaba en el patio. Así que lo fui a buscar.

-¿Qué haces? - le pregunté cuando lo ví sentado en la silla café.

Lo rodeé por detrás con mis manos, creando un abrazo.

-Pensando - respondió

-¿En qué? - le dí una sonrisa de boca cerrada y él me volteo a ver

-En muchas cosas, pero en especial, me ti - sonrió.

-Mentiroso -arrugue mi nariz - te va a crecer la nariz - sonreí dejando ver mis dientes.

Me dió un beso.

-Te amo mucho, y lo sabes, haría cualquier cosa por tenerte a mi lado, a salvó Hannah, no me importa quien se interponga, siempre lo quitaré de nuestro camino - dijo serio.

Por un momento temí por mi vida, pensé que me iba a decir que nos había visto a Niall y a mí, pero no, su rostro seguía viéndome, así que no tenía que actuar diferente o sospecharía.

-Tu bien sabes que yo haría lo mismo por ti, - lo volví a besar - por favor, jamás te alejes de mí.

Él palpo su pierna, dando a entender que quería que me sentará ahí. Así que lo hice. Recargue mi cabeza en su hombro y el me abrazo por la cintura.

-¿Por qué hueles a hombre? - pregunto molesto.

Levanté mi cabeza.

-Porque estoy contigo - voltee los ojos, fingiendo estar tranquila aunque oía el latido de mi corazón en mis oídos.

-Así no huele mi perfume - fruncio el seño - espera un momento - se enderezó - ese perfume ya lo he olido en otra parte, lo he olido... En... - abrió los ojos, me levanté y él imitó mi acción - ¿estuviste con Niall? - pregunto molesto

-No - respondí firme

-¿Entonces por qué hueles a su perfume? - insistió

-¡No lo sé, Harold, no estoy con él, deja de ser tan paranoico!- dije molesta, le pase por un lado y trate de abrir la puerta pero me negó la entrada, parándose enfrente mío.

-No, no, tú no te vas de aquí hasta que expliques que mierda esta pasando -

-Explicar ¿qué?, Harold no hay nada que explicar, no me acerqué a él, deja de insistir, si sigues haciendo esto lo único que harás es terminar todo - tome su rostro entre mis manos - jamás haría algo que nos dañe.

El frunció el seño y negó.

-Jamás serás de él Hannah, nunca, ¡no soy estúpido! Los ví - unas lágrimas empezaron a correr de sus ojos, jamás lo había visto llorar - Mierda, no me mientas.

-No tuvimos nada, Harold por favor - empecé a llorar - no hagas esto.

- Él merece morir - tomo su cabeza - si, lo hará - negué

-No,no,no - repetía una y otra vez - ¡Mírame Harold! - él veía hacia otro lado, yo seguía teniendo su cara entre mis manos pero no me hacia caso - ¡Harold, mírame! - y al final conseguí que me viera.

Obscuros Secretos #1 Astrid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora