TREINTA Y SEIS: El final de tus malditas mentiras (FINAL DEL LIBRO 1)

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-¡Apúrate! - insistió Layla

-Voy, ya voy - grite desde mi cuarto.

Termine de ponerme los zapatos, salí del cuarto y baje las escaleras con cuidado. Al parecer mis piernas estaban mejor hoy, y que casualidad de que no tome el almuerzo de Harold y mi salud estaba mejorando.

-Ya - sonreí victoriosa una vez que termine de bajar las escaleras, Layla sonrió.

-Bien. Ahora vamos - señalo la puerta de la entrada con su cabeza y camino hacia esta.

-¿No iremos a la puerta de la cochera? - negó.

-Hace tiempo que no la abrimos, desde que enfermaste - explicó.

-Espera, algo se me olvida - ella se quejó.

-¿Ahora qué? - pregunto molesta y se volteo para verme.

-Ese algo está dentro de la cochera - sonreí traviesa, Layla entrecerró los ojos.

-No, no iremos ahí - fue hacia mí y me tomó del brazo para llevarme a la puerta de la casa, como niña pequeña que le hacía berrinche a su madre.

-Necesito ir, necesito llevar eso conmigo - insistí y me zafe de su agarre, tome las llaves del cajón café que se encontraba a un lado de la entrada de la cochera y abrí la puerta.

Prendí la luz y baje las escaleras cuidadosamente para no caer. Mis piernas seguían débiles y sentía que en cualquier momento caería, Layla se percató de esto y me ayudó a bajar. Dentro de la cochera estaba un coche cubierto con una tela grande negra pero que dejaba al descubierto las llantas; estás tenían tierra en plastas, como si no lo hubieran limpiado en meses o años.

-Pensé que la cochera estaba vacía - explicó.

-¿Por qué lo pensaste? - pregunté confundida.

-Porque poco después del accidente, la señora Bolsón saco cualquier cosa de aquí, como puedes ver - señaló a su alrededor - las herramientas, la manguera para regar las plantas, no están no hay nada.

Era cierto, los estantes estaban vacíos y no se encontraba siquiera el perchero para las chamarras.

-¿Y si descubro el coche? -dije y Layla abrió los ojos de par en par ante tal idea.

-¡No!, ¡¿Acaso estás loca?! - pregunto con miedo y me tomó del brazo - es suficiente investigación por ahora, ahora sube - me zafe de su agarre bruscamente.

-¡No!, Me quedaré aquí - escuchamos que la puerta principal se abrió, seguro habían llegado las chicas.

Encontraron la puerta abierta y la primera en hablar fue Hayley:

-¿Chicas dejaron la puerta de la cochera abierta? - todas respondieron 'no' al instante.

-Mi mamá dijo y ordenó que nadie podría abrirla - dijo Aurora.

Trato de bajar las escaleras pero Hayley la detuvo.

-Espera, yo voy primero - le dijo y entonces bajó las escaleras -¿Hannah? - pregunto confundida al verme.

-Hayley - pronuncie con voz temblorosa - ya llegaron - fingí sorpresa.

-Y ustedes estan en donde se supone no deben estar - explico confundida y volteo a ver a Layla - ¿Acaso no le explicaste lo que la señora Bolson ordenó? - Layla asintió

Mi hermana apareció detrás de Hayley y me miró con el ceño fruncido, claro era extraño verme caminar considerando que era un invalida.

-Layla me explico todo pero digamos que yo me resistí; lo siento fue mi culpa - agache mi cabeza.

Obscuros Secretos #1 Astrid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora