TREINTA Y CINCO: ES POR AMOR / LO SIENTO...

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Hannah

Las risas de la familia resonaban por toda la casa, ahora hasta mi hermana estaba riendo de una forma jamás antes vista. Y todo por un malísimo chiste que había dicho Asher.

-Tus chistes son malísimo, amor - le dijo mamá.

-Si pero te hacen sonreír - dijo Asher con una sonrisa, tomo la mano de mamá y la sobo con su dedo pulgar.

-¡Oh no, mis ojos! - se quejó Aurora y mi mamá rió.

-¿Qué te ha dicho la doctora sobre el embarazo? - pregunto Harold y siguió comiendo.

-Todo está bien, me ha dicho que la alimentación que llevo está favoreciendo de muchas formas al bebé - explicó y siguió comiendo.

-Me alegro que sea así.

La puerta de la entrada se abrió y Layla llegó con bolsas de comida.

-¡No puede ser!, ¡Otra vez se me adelantaron! - se quejó y dejo las bolsas en la cocina.

-Lo siento hija - dijo Cinthya - pero ya teníamos hambre - explicó.

-No se preocupen, tiene razón, llegué demasiado tarde - se disculpó.

Cuando terminamos de comer ayude a secar los trastes mientras que Layla los lavaba; los chicos fueron a hacer planes para ejecutar el plan que teníamos hecho hace meses para terminar con todo de una vez. Mientras que las chicas fueron a dormir.

-Hannah - habló Layla en voz baja.

-¿Mandé? - la voltee a ver mientras seguia secando los trastes.

-¿Te dijo algo Harold después de que te entregué la carta? - me miró nerviosa, fruncí el seño.

-¿De qué hablas?, ¿Cuál carta? - pregunté confundida.

¿Acaso Harold le había platicado de mi sueño y esto era una burla?

-De la carta de en la mañana... - la interrumpí, ahora ella estaba más confundida que yo.

-¿Harold te platico de mi sueño?, Creeme Layla no es nada gracioso - dije con molestia.

-¿Sueño?, Si eso paso realmente - insistió - ¿Cómo carajo hizo que...?

-Hannah, ya es hora de dormir - hablo Harold detrás nuestro, lo voltee a ver, claramente algo aquí estaba muy raro.

-Si, ya voy - forcé una sonrisa y empecé a avanzar hacia él, moviendo las llantas de la silla con mis manos.

-Buenas noches - me despedí de Layla.

-Igualmente - siguió haciendo lo que estaba haciendo anteriormente.

Harold me cargo y subimos juntos las escaleras.

-¿Ahora que te estaba metiendo en la cabeza? - negué.

-Nada, solo le platicaba sobre mi sueño - mentí, pude notar molestia en su rostro. Antes de que entraramos al cuarto lo detuve - necesito ir al baño - pedí, él solo asintió y me llevo hasta este.

Obscuros Secretos #1 Astrid Donde viven las historias. Descúbrelo ahora