Tres.

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—Estamos preparando todo para mañana. –Escucho a Takanori por encima del audio de la radio; Él sigue en la cocina mientras yo estoy tendido en el sofá más grande de la sala– Faltan cosas de empacar y mucha basura que tirar, ya sabes. Cosas que ya no servirán ni me puedo llevar. Necesitamos ayuda, pero la gente de la mudanza no es precisamente el tipo de personas a las que puedes decirles ''Eso no lo empaques'' porque toman todo parejo.

El olor de pan recién tostado y algún desayuno cocinado por Taka me invade la nariz, haciéndome rugir fuertemente el estómago. Dios mío...realmente agradezco que viniera hoy. Me revuelvo en el sofá, de modo que pueda verlo. Está de espaldas a mi moviendo la sartén de atrás a adelante, como la mala imitación de chef que es.

—Si bueno, ¿Y que esperas después de todo? Tendrían que subir el precio si esperas una atención personalizada como esa.

—Si bueno, yo sé. –Apaga la estufa, saca un par de platos de la alacena y los coloca sobre la barra para comenzar a servir– Pero me frustra que tengamos que hacer todo esto así.

Va por la sartén, y ante mi vista comienza a servir un omelet perfecta. Me ruge el estómago sonoramente y él se ríe sin contenerse ni un poco. Regresa la sartén a la estufa y toma el pan que acaba de tostar, de dentro del mini horno que casi no uso, y lo coloca en el otro plato. Rápidamente toma los platos y camina hacia mi. Antes de que pueda poner objeción coloca todo lo que necesito frente a mí. Tomo asiento, y él me indica que espere un momento. Regresa a toda prisa a la cocina y le escucho servir algo. Regresa con un vaso de jugo en mano y lo coloca frente a mi. Ah...vale. Este tipo merece el paraíso. Comienzo a comer, sin pensarlo. Aún no sé cómo lo hace, pero cocina delicioso. Toma asiento justo frente a mi.

—Deberían pedirle ayuda a algún amigo, o al equipo que trata los casos de acumuladores que salen por la tele. –Takanori se ríe, y yo sigo metiéndome comida en la boca– Dios, no tenía nada en el estómago desde ayer. Eres la gloria Taka.

—Gracias pues. –Hace una reverencia a juego, riéndose– Pero eso no quita el que me llamaras acumulador.

—¿Y no lo eres?

Takanori pone los ojos en blanco y no puedo evitar reírme. Claro que es acumulador, aunque no llegado al extremo de los casos que pasan por televisión. Takanori tiene un problema con la ropa, tiene demasiada. No digo que sea malo tener ropa de más, pero su nivel es un tanto exagerado, así que comprendo de más que esté tan frustrado por la mudanza.
Cuando se mudó al que ahora es su departamento me pidió que lo ayudara a empacar, y fue todo un desastre empacar su ropa. Terminó regalándome cosas que, a día de hoy, sigo usando.
Me meto otro trozo de pan a la boca y él se ríe. Debo parecer hámster, pero no me importa.

—¿Podrías ayudarme? –Me suelta sin más, y tengo que hacer un esfuerza para tragar, ahora siento que esto es más bien un chantaje– Ya me has ayudado, sabes cómo es todo el lío de guardaropa que tengo.

Me tomo un momento y tomo un sorbo del jugo que él me ha traído. Bueno, si vino a avisarme que se va con Takashima, era obvio que me pediría esto. Suspiro y dejo el vaso sobre la mesa. Takanori me mira expectante, suelto una mueca. No es que me agrade del todo la idea, pero tampoco puedo negarme. Seguramente seré la única ayuda que tengan.

—Vale...–Murmuro; A Taka se le iluminan los ojos– Acepto, sólo si vas a regalarme ropa a cambio.

Se queda mirándome seriamente un instante y después simplemente estalla en risas. Remanga las mangas de la camisa roja a cuadros que trae puesta y suspira casi resignado.

—Trato hecho. –Dice al fin– Cuento contigo mañana.

Asiento, metiéndome el último trozo de omelet a la boca y él sonríe. Está a punto de decirme algo pero el estruendoso tono de su teléfono nos interrumpe. Rueda los ojos, y articula un Kou. Se echa atrás, recargándose en el respaldo del sofá y saca el móvil de su muy ajustado pantalón. Sin decirme nada contesta.

Because I'm Stupid (Reituki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora