29. Un viaje inesperado

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 –¿La isla de Okinawa? –preguntó Sherry sorprendida.

Generic asintió dando un sorbo a su taza de café, aún no entendía porque al final habían quedado tan pronto en una pequeña cafetería en vez de los laboratorios.

–Hay estudios que constatan la existencia de unas plantas en la región de Okinawa que alargan la vida de la gente que las toman... –explicó observando el rostro de la chica –. Sus habitantes son los más longevos del mundo.

–¿Y crees que una simple planta puede hacer eso?

–Parece ser que uno de los componentes vegetales evita la oxidación de las células –seguía explicando el joven científico –, Prologando la vida de las células, y a su vez, de quienes la consumen.

–No sé Gene, no tengo muy claro si me puede ayudar a avanzar con la droga –movía en un movimiento circular la pequeña cuchara de su café –. El último viaje que pedí fue la Isla de las Sirenas y se descubrió que todo era una gran estafa –aún recordaba como aquel cabello de la flecha que quiso analizar era de una peluca.

–Eso eran rumores de los turistas –animó a la chica con una dulce sonrisa –, te vuelvo a repetir que estamos hablando de estudios oficiales y probados.

Sherry suspiró levemente.

–No creo que esté en condiciones de viajar ahora –el sabor de su café era muy amargo pero no le molestó –, ¿Te recuerdo que estoy encadenada a mi escritorio y vigilada a todas horas?

Además estaban vigilando a su hermana y su pareja...

–A ellos les importa más que avances tus estudios, aunque eso signifique que tengas que pillar un par de días para investigar en una isla –observaba atentamente los ojos de la chica, se la veía bastante cansada, daba por hecho que se había pasado toda la noche despierta estudiando –. Si quieres puedo pedir acompañarte, mis experimentos están casi listos y les llevará tiempo pedirme algo nuevo.

Sherry acarició inconscientemente la zona del brazo donde le inyectaron una de sus drogas, si fuera por ella le felicitaría por su buen trabajo... pero sabía que le traumatizaría profundamente saber que uno de sus experimentos lo habían usado contra ella.

–Si lo pides tú sería menos violento para mí, inténtalo si quieres –se rindió finalmente, cuando Generic quería era de lo más insistente –. Sobre el mensaje de ayer a la noche...

Gene sonrió tristemente.

–Podemos decir que tiene un final algo agridulce –sacó unas fotos del bolsillo para explicárselo mejor, ella lo agradeció, prefería quedar y hablar de ello en la cafetería: Si tenía el ordenador pinchado seguramente también había micrófonos en las instalaciones –. Murió a las pocas horas.

Sherry observó el pequeño roedor de la fotografía cuando aún estaba vivo.

¿Pequeño roedor?

–Oh Dios mío... –empezó a decir incrédula.

–Sí Sherry, rejuveneció –sonrió felizmente, por fin tenía el resultado positivo que tanto deseaba la chica –, Lo malo es que su cuerpo no pudo resistirlo y falleció, pero un paso es un paso, la próxima vez lograremos que sobreviva.

–Gracias Generic, de verdad.

–En absoluto, el merito es todo tuyo –observó el reloj de su muñeca –. Sherry, dentro de media hora vendrán al laboratorio a encadenarte, será mejor que vayamos tirando.

–Sí –no dejaba de mirar la fotografía en ningún momento.

–Se te ve cansada.

–Ni te lo imaginas –sonrió Sherry levemente haciendo que Gene estuviera más confuso.

Los días en la Organización: El error de SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora