Arrastrada por el Fénix a la Luz

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Presente: 2002

Cyra.

Note por el rabillo del ojo a Verona y a Marcus, me sentí tan feliz al verlos como una familia, pero eso no duró mucho cuando sentí las miradas de resentimiento, siempre soñé que mis hijos me pudieran mirar con amor, que mi esposo me pudiera amar más de lo que la amaba a ella, pero no entendía que mis decisiones me llevaban a cavar el pozo sin fin donde yo misma me quede atrapada. Ya no tenía nada que hacer en Black Rose, ahora solo me voy a dedicar a enmendar mis errores y tal vez irme a un bonito país, me agradan los países del caribe donde la población de vampiros es baja pero la de brujas es alta en comparación a Europa y Norte América.

Sé que no son países tan avanzados, pero suenan a un gran plan de retiro y al que se pase de listo conmigo no le quedaran ganas de meterse con nadie más. La limusina me dejo frente a las puertas de Innavoig sonreí cuando me dieron una bienvenida, brujas y vampiros me veían con respeto y era algo que jamás tendría en mi antigua casa, Thomas y su hija Melissa, ella es muy diferente a su difunta madre que era una perra, ella heredó todas las bondades de su padre mientras iba en la limusina hice unas llamadas no quiero tener inconvenientes con los príncipes, y sé que Innavoig es el refugio donde van todas las brujas y los vampiros sangre sucia o más bien todos los vampiros sangre mágica, también estaba Donia sentía su espíritu enojado y con deseos de venganza yo no la mate no era mi culpa aunque indirectamente tal vez si tenga algo de responsabilidad pero yo no controlo lo que puedan hacer otros entes.

—Siempre humillándome haciéndote ver superior a mí. Por ser un asco de mujer; tus hijos jamás te van a amar de nuevo —oí el susurro de su voz fantasmal yo sonreí en grande.

—Bienvenida Cyra, espero que te puedas sentir cómoda mientras te quedes aquí —dijo Melissa dulcemente.

—Gracias me siento muy horrada de que me reciban y algo apenada dada las circunstancias no traje un buen presente —respondí igual de amable, por alguna razón podía ser libremente amable con las personas de aquí, me sentía totalmente yo misma

—Para nosotros eres parte del Clan además eres la suprema hija del fuego como no ayudarte —él hablaba mientras me miraba a los ojos me sentía tan tranquila, ahora sentía que había llegado a casa.

Cristofer.

Clarisse había mejorado muchísimo, aunque aún le costaba controlar su fuerza, Arabella y yo tenemos planificado que Adrián y ella se encuentren este fin de semana puesto que las niñas saldrían con sus padres humanos, tenemos que resolver este inconveniente ante que estalle otra guerra de mil días, no conocemos lo suficiente a Clarisse para saber cómo va a reaccionar tampoco sabemos cómo será la reacción de Adrián. Clarisse practicaba con latas de refrescos vacías, Arabella las regresaba a su estado original porque Clarisse las aplastaba.

—¿Adrián ya regresó de su viaje? Realmente lo extraño —se expresó en un tono triste, no pude evitar sentir pena por ella.

—No, el regresará el fin de semana con seguridad —le comunicó Arabella, sus ojos se iluminaron a oír esa noticia.

—Seremos una familia Isabella, Adrián y yo —dijo con ilusión —Reinaremos juntos Black Rose —Arabella y yo nos dimos una mirada rápida de no saber si decirle la verdad o esperar que él se la diga.

—Aún no se sabe quién va a ser el heredero —ella puso cara seria — Adrián tiene 6 hermanos cualquiera podría heredar la corona.

—Adrián es un príncipe... se supone que a él le correspondería un Ducado —ambos negamos, ella nos dedicó una mirada pensativa —supongo que cualquier lugar donde estemos juntos estará bien —dijo estaba fingiendo tener el ánimo que antes tenía, su reacción me hizo pensar.

El Clan Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora