Lagunas Mentales

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CAPITULO XIX

Presente: 2002

Verona.

Estaba muy molesta desde ayer, quería destruir todo el castillo, no puedo creer que estuve tan cerca de estar con mi hija y llega la maldita serpiente roja no sabe cuánto la odio en este momento, Cristofer me recomendó no salir a buscar a mi hija porque mi mente no estaba en condiciones sin embargo el me prometió que se encargaría de ello, mañana será el juicio de Cyra solo espero que le den condena de muerte.

Iba camino al pasillos de los cuadros de la familia Marconi hay algo que de esos cuadros que me ha hecho pensar... al llegar me detengo frente a un gran cuadro donde están Aniano, sus 3 esposas, los 6 hermanos y una niña siempre me ha llamado la atención esa niña nunca he visto o he oído que Aniano tenga una hija, al verla con más detalle cruza por mi mente un pensamiento fugaz "Tal vez la niña podría ser yo" al pensar eso siento un gran dolor de cabeza provocando que me maree, mis piernas se doblen y finalmente me desmaye.

"Debes portarte bien..."

"Serás la próxima líder, debes saber comportarte"

"Una princesa humana en un clan de vampiros Já ¿Eso es un chiste?"

"Cuida a Marcus"

"Marcus.... Marcus.... Marcus..."

«Adrián... Je t'amie» 

Cuando abro mis ojos ya no estoy en el castillo estoy en una habitación de paredes blancas, me levanto y a los lejos veo una mesa dorada, a medida que me acerco noto que encima de ella había un collar de plata y este tenía un dije con una piedra preciosa azul cuya forma era de corazón de corazón, lo tomo y detrás del dije en la parte de plata estaba grabado algo en italiano... lo más extraño es que sé que dice "l'amore per te è più reale del cielo che vedi tutti i giorni e più puro della neve bianca che cade ogni bufera di neve invernale" lo que se traduce como "Mi amor por ti es más real que el cielo que vez todos los días y más puro que la nieve blanca que cae cada ventisca de invierno ".

Tomo el collar entres mis manos, un fuerte viento hace que cierre los ojos, era tan feroz que revolvía mi cabello de forma muy brusca, cuando deja de soplar abro mis ojos y estoy en una especie de fiesta antigua donde las mujeres usaban esos vestidos más o menos de los años 1890, muchas telas y encaje, sombreros, incluso sus peinados eran de una época muy lejana, se puede notar que la sala esta iluminada por muchísimas velas y que a un lado del salón hay una pequeña orquesta.

—La verdad no esperaba menos de la familia Marconi si algo sabe hacer el rey de Black Rose son muy buenas fiestas — Oigo voz chillona de una mujer que estaba hablando con otras ambas estaban junto a mí, al parecer no me ven.

—Si... quisiera ser su cuarta esposa, no importa que tenga que estar en este clan con los rechazados —Dice la otra mujer.

—He oído que el acepta a los rechazados para sus experimentos —dijo la mujer de voz chillona, esa voz ya me estaba empezando a hartar sin embargo mi mente la ignora ¿cómo llegué aquí? ¿Por qué sigo escuchándolas hablar?... tal vez lo que dicen no es cierto, de repente la música para y todos comienzan a retroceder forman un cirulo y allí pude ver al Señor Aniano y a una mujer de cabellos rubios y ojos azules, era hermosa parecía un mismísimo ángel.

—Hoy queridos invitados, familia y mis protegidos celebro como todos ya saben el aniversario del Clan el día de la Rosa Negra así que quiero aprovechar este día para otorgarle un pequeño presente a mi esposa más querida Sianna Marconi la única mujer que realmente llegó aquí— se toca el pecho mientras la mira a ojos — Realmente te amo... muchos me juzgaron cuando dije me voy a casar con la humana, ahora les digo que ella ha sido la mejor reina y líder que se haya conocido— un hombre vestido de traje azul rey le entrega una caja negra al señor Aniano —Por muchos siglos juntos amada mía — le entrega la caja a la señora Sianna está la abre y allí es cuando noto que ya no tengo el collar en mis manos porque está contenido en esa caja.

—Una hermosa joya... muchas gracias amor mío, desde hoy en adelante siempre la usaré y llevaré conmigo aun en el día de mi muerte...— empiezo a escuchar las voces a lo lejos y mi vista se empieza a nublar hasta ponerse negra y allí no supe mas nada de mí.

«Adrián... Je t'amie»

(...)

Siento un olor muy familiar... ¡Adrián!, abro los ojos y despierto sobre saltada al girar mi cabeza el estaba allí sentado en una silla junto a mi.

—¿Me extrañaste preciosa? — dijo sonriéndome.

—Nunca te sientas segura niña y menos en esta mansión porque siempre hay depredadores merodeando la sangre fresca y deliciosa como la tuya, así que te aconsejo siempre estés en guardia porque hasta yo si algún día si se me antoja puedo matarte de una forma muy fea así que cuida esa vida que por ahora tienes.

—Cyra Marconi

El Clan Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora