Mis Hermanos

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CAPITULO IV

Pasado:1882

Marcus:

Camino a casa notaba a mi madre muy feliz y guardaba silencio, estaba muy confundido porque invito a unos humanos a comer primero, «como unos humanos se van a sentar en la misma mesa que sus depredadores» y no creo que se tomen muy bien que tomemos sangre y que... no rayos las tres esposas de mi padre para los humanos eso es malo pero realmente ¿será malo?

—¿No te parece linda la hija de la señora Bifer? — me sonríe yo siento que mi cara arde

—Emm no lo sé, tal vez si— mi madre ríe

—Que bien que tengas una amiga... ahora no solo somos tú, yo y los hijos de Sianna— respondió mi madre esperanzada

—¿Por qué no te gusta que juegue Adrián y Daniel? — pregunte pensando en el por qué ellos son tan malos

—Porque su madre es cruel, además tú sabes que la señora Cyra es mala y no quisiera que aprendieras una mala maña de ellos —pude notar algo de tristeza o quizás rabia en su rostro.

—Pero... ellos no son como su madre, puede que sea divertido jugar con ellos— espeté

—Marcus... Daniel tiene actitudes que Cyra quiere corregir a los golpes y eso hace ellos la odien — mi madre se puso de mi tamaño— le demostraremos a ella lo bueno que puedes llegar a ser y no solo a ella a tu padre también ¿entiendes? —yo asentí, ella se pone de pie y volvemos a caminar rumbo a casa

—Madre... ¿Por qué trataste así a esos humanos? —la verdad yo no tenía idea ¿por qué? ¿Por qué no simplemente no hizo como los demás vampiros de matarlas en acto?

—Porque son viejos amigos de tu padre y míos— sigo sin entender, pero no preguntaré más del tema, al llegar a casa esta Cyra sentada de un banco del jardín de la entrada del castillo con su hijo Daniel lo obligaba a cantar para ella mientras de seguro obligaba a estudiar a Adrián.

Mi madre le laza una mirada lasciva, en respuesta a eso Cyra ríe, la pasamos de largo, entramos al vestíbulo de castillo caminamos hasta las escaleras principales que llevan a dos pasillos la ala oeste que llevaba a las habitaciones de mi padre, Sianna, sus hijos y la de mi madre y la mía ah... si... las miles de habitaciones vacías , la este que llevaba a la biblioteca, al laboratorio de pociones de Cyra, la habitación de Cyra quedaba en la torre Noreste, nunca supe porque ella prefirió estar ahí, ambos pasillos conduce al gran comedor. subiendo las escaleras mi madre me dijo que me fuera a jugar que ella tenía algo muy importante que hablar con padre, yo obedecí, pero ahora que me pongo a pensar... prefiero jugar solo, es mejor guardar distancia con ellos, si algún día pienso abandonar este lugar no quiero que me duela separarme de ellos.

Al llegar al jardín del Ángel de Sianna pude oír que Cristofer tenía un cachorro si mal no recuerdo en el libro que leí de especies de animales, era un pastor alemán, a lo lejos se acercaba Cristofer corriendo y más atrás el cachorro, una parte muy grande de mi quería... yo quiero... pero realmente no estaba de ánimos, pase de largo y me dirigí a la torre sur, es la torre más antigua del castillo, mi madre me dijo que fue lo único que mi padre no mandó a remodelar, en la torre sur hay una hiedra pegándose a la torre y subiendo hasta la ventana como si fuese una enredadera, este es un lugar muy tranquilo ya que nadie viene aquí en años.

A lo lejos escucho a Vicent recitando un poema es como si se lo memorizara, caminaba muy concentrado en lo que leía, a veces veía a mis hermanos muy concentrados en lo suyo yo me siento tan... solo... a veces quisiera desobedecer a mi madre y jugar con todos mis hermanos.

Luego de un rato de vagar por la zona de la torre Sur me fui a mi cuarto, y como no tenía sueño, lo que hice fue dibujar, dibuje a mi madre y la estatua de ángel que está en el jardín de Sianna, veo mis dibujos y por alguna razón recordé a mi hermano Daniel, a él le encanta la pintura de una manera que a veces me da miedo, prefiero no pensar en eso.

Quiero largarme de aquí con mi madre para así algún día podamos llevar la vida que siempre quisimos, sin peleas, competencias, rangos Clanes, manadas, odio. eso tal vez es lo que odio por la manera que he visto a mi madre sufrir las humillaciones del consejo, algún día.... Pero ahora me preocupa la cena que tendrá lugar mañana, miro la estrellas y me imagino corriendo a los brazos de mi madre, en un prado... soñar es tan hermoso... y no cuesta nada.

—Tarde o temprano la vida cumple tus deseos tal vez no es de la manera que lo sueñas, pero lo hace así que trabaja duro por alcanzarlos

—SiannaMarconi

El Clan Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora