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*CAPITULO LIX*

Presente: 2002

Cyra.

Me miré al espejo, y estaba envejeciendo lentamente, pero lo hacia, bufé, mi yo de hace unos años hubiese echo cualquier cosa para verse hermosa, y Aniano seguiría enamorado ella, tal vez me prestaría atención un momento pero la realidad es que el siempre volvería a sus brazos, ella era perfecta, no estaba rota como yo, alta, educada, ojos azules, de buena familia, rubia, blanca como la nieve, su rosto era hermoso y luego estaba yo que siempre fue el objeto sexual de los hombres y después de ser libre deje de ser un objeto sexual para convertirme en un juguete o tal vez un trofeo mas bien un lindo adorno.

Estaba acostada, ya había pagado mi deuda, ahora tenia que buscar una forma de arreglar todos lo errores que cometí el mayor de ellos fue ese maldito contrato, entorchaba mi cabello carmín, alguna vez fue naranja, alguna vez fui inocente, alguna vez fui humana...

El sonido de alguien tocando mi puerta me saca de mis pensamientos y me dirijo a abrirle. Y no pude creer quienes eran, Daniel, Aniano y dos personas mas, la cual reconocí una de ellas, era la viva imagen de Cinthia, mi corazón dio un salto de felicidad.

—Sorpresa madre —dijo Daniel lo que primero hice fue abrazarlo, no lo había echo desde que era un niño, creo que el no sabe cuanto lo quiero y dudo que algún día se enteré.

—¿Qué significa esto? —pregunté con una sonrisa que no podía ocultar.

—Pues como soy buen hijo, y mejor que tu niño amado Adrián te traje a la ultima bruja de tu familia —hizo un gesto con las manos a modo de presentarla.

—Soy Cecilia —se presentó extendiendo su mano, a lo que yo la tomé con una gran sonrisa, el tomarla una línea de fuego rodeo en espiral nuestros brazos, me llené de alegría al saber que si era cierto mis hijos y ella éramos los últimos.

—Cyra Marconi en los bajos fondo, pero para las brujas soy Cyra Van Claus —dije divertida, ella soltó una risita, miré al frente y me di cuenta que Daniel estaba acompañado de Roger nunca me di el tiempo de conocerlo.

—Cumplí Cyra es hora de parar —suplicó Aniano.

—Aun así, si quisiera seguir en ello ya no tengo fuerzas la inmortalidad de vampiro es lo que me mantiene viva, pero mi vitalidad de bruja se fue hace mucho y cada vez siento como la magia se aleja de mi—confesé

—¿Espera... la magia no te acompaña hasta la muerte? —preguntó Cecilia un tanto alarmada a lo que yo sonreí con ternura.

—Tu misma lo dijiste hasta el día de tu muerte, mi parte bruja está muriendo, mi parte vampiro sigue igual que el día que me convertí en vampiro, eso no debería pasar, pero digamos que me metí en problemas y este es mi castigo —le expliqué

—Interesante —me miró con intención por un momento como si me escaneara con la mirada.

—Hey Roger ven aquí déjame saludarte —dije sonriéndole, Daniel y Aniano estaban sorprendidos de mi actitud, lo se, he cambiado en estos años.

—Ho...la...? —dijo extrañado, al principio no le di la oportunidad, quería que mi hijo estuviera con alguien que lo cuidara, era la hija que yo quería tener y nunca lo vi —¿Cómo está?

—Débil esperando el momento preciso para aparecer, aun no quiero morir, quiero conocer a mi heredera —dije un poco emocionada, sabia que Adrián tenia una hija llamada Isabella, yo tenia que verla una vez mas, saber si ella fue bendecida por la Diosa con nuestro elemento.

—¿Heredera? Un momento... el hermano de Marcus... el pelirrojo es su hijo ¿no? —yo sentí con la cabeza —¿Verona y El tuvieron una hija? — antes que pudiese responder algo Aniano se me adelantó.

El Clan Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora