Nunca fue Real

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CAPÍTULO XLV

Presente: 2002

Marcus:

Regresé a la Mansión, buscando a Verona quería saber cómo le había ido en la estúpida prueba de ADN, aunque este resignado aun no estoy preparado para su reacción al recordar...

No puede ser...

Todas las pinturas donde aparecía Verona aparecieron, subí las escaleras rápidamente, fui al pasillo donde estaban las pinturas familiares y mi cara se desencajó al ver el cuadro del día de la fiesta de compromiso de Verona y Adrián, quería destruir ese cuadro, recordar ese día es como si me dieran un golpe en la boca del estómago, todos estaban felices por ellos, todos mis hermanos, incluso Cyra quería tanto a Verona.

—Tendrás que asumir las consecuencias de haber obligado a una buena mujer a amarte —dijo Cristofer que estaba a mi lado.

—Tu que vas a saber, de necesidad de amor —dije mirándolo con ira como si el tuviese la culpa —Eres Cristofer Marconi, el mejor estudiante, amigo, hermano, hijo incluso diría que el próximo rey, todos te han amado —dije recordando como todas las personas a mi alrededor adoraban al ejemplar hijo mayor.

—Marcus.... A ti también se te dio amor ¿no lo recuerdas? —dijo con su tipa mirada de lastima y su típico tono de voz de hermano mayor —Todos te queríamos, solo que tú siempre estuviste encerrado en tu caparazón, tanto que nunca te diste cuenta de lo que pasaba a tu alrededor y jamás te tomaste el tiempo de conocer a tus hermanos realmente.

—No los necesito, yo no tengo hermanos ni familia, ustedes siempre, no quiero se príncipe ni muchos menos pertenecer a una familia donde todos van por su lado —dije haciéndome un lado y encaminándome a buscar a Verona.

—Querido hermano menor, si deseabas irte solo, y no pertenecer a esta familia pudiste hacerlo y aun puedes, pero tu mayor pecado fue encontrar a Verona sin memoria y a provecharte de eso, sabiendo que tu hermano Adrián sufría día a día buscándola además ella nunca te amó como tú siempre lo quisiste —dice Vicent quien cargaba un cuadro donde todos jugábamos en el jardín y ahí se encontraba Verona, cargando el cachorro de pastor alemán que tenía en ese tiempo Cristofer.

—Ella era para mí, era mi Tua Cantante —dije sin mirarlo y con simpleza a lo que Vicent apoya la pintura en su zapato, diría que ese cuando mide alrededor de 80 centímetros de alto con una mano sobre la parte superior y con su mano líbreme me da golpecitos en el hombro.

—Lo fue mientras era humana, pero ya tu perdiste esa conexión porque tú la rechazaste tantos años, rompiste el lazo que los unía —Es cierto Adrián fue quien la convirtió en vampiro realmente el lazo que yo tenía con ella ahora Adrián lo posee y tal vez por eso y muchas cosas más me detesta, guardé silencio ambos tenían razón y eso me enfurecía más.

(...)

Encontré a Verona con Adrián estaban en el comedor riendo, fue como volver muchos años atrás, por un momento la vi con sus típicos vestidos azules, una que otra joya y su sonrisa radiante y a Adrián con sus trajes desaliñados y arrugados, pero aquí estaban de nuevo no sé si ya lo recordó todo.

—Verona —la llamé a modo de saludo, cuando dirigió su mirada a mí era seria y podía sentir su frialdad.

—Marcus... ¿Qué sucede? —dijo seca, era pocas y simples palabras que bastaban para incomodarme.

—Nada, solo quería saber que tal te fue con la prueba de ADN —dije lo mejor que pude.

—Bien... y con referente a eso... Tuve una lluvia de recuerdos al salir del laboratorio la mayoría de mi infancia donde tu perfectamente sabias quien era yo —dijo claramente molesta, Adrián se levantó y nos dejó solo.

El Clan Black RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora