6

348 15 0
                                    

4 DE JULIO

Nick

Había llegado el día de la independencia, desde pequeño recordaba celebrarlo con mis padres haciendo una barbacoa, y este año no iba a ser menos.

Así que mientras mi madre Nia y Maira se arreglaban porque mi madre siempre sacaba a pasear su mejor gala por la ciudad esa noche, mi hermano mi padre y yo nos dedicamos a preparar la cena.

Cuando Maira bajó me fijé en esos pantalones, llevaba las rodillas rotas y le quedaban un poco anchos pero su culo se ajustaba perfectamente así que cuando se paseó de un lado a otro para ayudar a poner la mesa no pude evitar fijarme, hasta que recibí una colleja de mi padre.

—Nick te conozco, deja a Mai en paz.

—No busco nada con ella es una cría —me mentía a mí mismo y lo sabía desde la fiesta de Kendric cuando me dejó en piscina un buen rato de más pensando en lo cerca que habían estado nuestras bocas.

Mi madre y mi hermana bajaron y después de unas alabanzas por parte de mi padre nos sentamos los seis a cenar. Notaba a Maira algo distraída, tardaba en contestar a las bromas que Noah siempre le hacía y no reía de una manera sincera como otras veces, así que con algo de miedo a que me clavase el tenedor en la mano, puse mi mano en su pierna.

Noté como se tensaba y después me echó una mirada rápida, por primera vez la sonreí con la intención de tranquilizarla y ella solo asintió antes de seguir cenando. No quité la mano de su muslo en ningún momento hasta que se levantó para empezar a recoger. Ella tampoco hizo ningún gesto para que la apartase, así que no me pareció mala idea.

Cuando terminamos de recoger, mi madre nos obligó a hacernos una foto juntos para enviársela a la suya y después nos dejó libertad para irnos. Kendric y Perla habían cenado juntos, también con sus padres, según le entendí a mi amigo, quería que sus suegros no le viesen como alguien peligroso ni nada de eso.

Perla se había puesto atrás dejándome de copiloto y durante el trayecto entendí que era porque se estaban maquillando.

—Vale antes de ir a la playa, escuchad esto —dijo Kendric con una sonrisa. Los tres le miramos impaciente —mis padres me han regalado diez noches en el hotel que tienen en el cabo de San Lucas. Para cuatro personas

El cabo de San Lucas estaba en baja california, tenía unas playas increíbles, y la única vez que había ido con Kendric y algunos del equipo la fiesta también eran muy buenas.

—No jodas —dijo Perla emocionada, él negó y ella no tardó ni tres segundos en lanzarse para darle unos besos por toda la cara.

—Gracias Kendric —oí a Maira y yo le di un pequeño manotazo en agradecimiento.

Diez días al lado de Maira podía provocar una guerra continua entre los dos, o que intentásemos llevarnos bien. Cuando bajamos, ella y Perla se adelantaron y Kendric me frenó antes de que fuese a algún sitio o me fuese con alguien.

—Oye no sé qué tipo de relación tienes con Maira, pero por favor no la jodas. Perla y yo estamos genial ahora, y ella ha encontrado una amiga lejos de todo el circulo de modelos y futuras actrices.

No le contesté, solo aparté su mano de mi camino y fui directamente hacia las neveras pequeñas donde había cervezas. Cogí una y miré el ambiente, estaban los de siempre. Pude localizar a Kala charlando con unas amigas, y ella me sonrió coquetamente, así que le alcé la cerveza como invitación a que se acercase a mí cuando quisiese. Y lo hizo.

—¿Vamos a acabar la noche en mi apartamento? —me dijo mientras su mano se enredaba en mi cabello atrás. Sonreí mientras me acercaba a ella para besarla, pero se alejó un poco y me hizo un puchero —¿O me dejaras por esa rubia de la fiesta de Kendric?

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora