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QUINCE DÍAS

Maira

Apenas faltaban quince días para irme de nuevo, ya había tenido que mandar un correo al instituto para asegurar mi plaza, y varios de mis amigos ya volvían a Denver en busca de la rutina, pero aprovechando estas últimas semanas había vuelto a mi propósito inicial del verano.

Pasar de ese blanco nuclear a un moreno completamente natural. Así que al despertarme cogí el bañador y un vestido. Nick seguía dormido cuando salí de mi habitación y preferí dejarlo ahí y poder estar un rato en la playa yo sola.

Sabía que me había prometido no sentir nada por Nick, pero cuando pensaba en mi vuelo a Denver, solo podía imaginarme la despedida entre nosotros, me gustaba Nick estaba claro, pero no iba a dar ese paso de llevar una relación a distancia, y menos sabiendo que estaría por aquí Crystal.

Me tumbé y cerré los ojos dejándome al sol durante un buen rato, hasta que oí risas y me di cuenta de que bajaban por las escaleras los tres hermanos Harper.

Nia me abrazó y luego me ofreció ir a surfear con ella y Noah, pero lo rechacé y me centré en Nick, como se acercaba a mí con el bañador solo y dejándome ver esos abdominales bien trabajados por el futbol.

—¿Cuánto llevas aquí?

Nick se sentó a mi lado y me dio un beso yo sonreí entre sus labios.

—No sé, tengo que aprovechar el sol de aquí.

Él sonrió, aunque se le notó algo tenso y se tumbó a mi lado. Ninguno dijo nada, disfrutamos del silencio y del sonido de las olas del mar.

Cuando llegó la hora de comer decidimos cenar en la terraza, no hacía mucho calor así que se estaba bastante bien.

—mañana es el cumpleaños de Noah, y Nia se va a pasar todo el día con una amiga, así que nos toca llevarle al campo de paintball con sus amigos.

—¿Podemos jugar nosotros? —pregunté emocionada mientras levantaba los pies y los colocaba en su regazo ya sentados en el sofá —Y podemos decirles a Perla y Kendric que vengan.

—Bien —me dijo y yo emocionada como una niña me lancé hacía él agarrando su cuello con mis dos manos y besándole emocionada.

Mis rodillas se pusieron a ambos lados de sus piernas y sus manos recorrieron mi espalda hasta que agarraron mi culo. Nia estaba arriba durmiendo y Noah se había ido con sus amigos al centro, así que estábamos solos.

Poco a poco mis manos bajaron hasta su bañador, y se lo quitaron dejándole completamente desnudo, mientras que sus manos me habían quitado la parte baja del bikini.

—No quiero que termine este verano —me dijo entre besos.

Yo preferí no contestar y solo disfrutar del placer que me estaban provocando sus dedos mientras mi mano seguía subiendo y bajando a lo largo de su erección.

—¿No tienes un condón? —pregunté separándome un segundo, él negó, así que decidimos subir a su cuarto y poder terminar lo que habíamos empezado en el salón.

—Vamos nosotras contra vosotros —dijo Perla agarrando una pistola.

Sonreí y choqué los cinco con mi amiga mientras ellos nos miraban con una sonrisa. Los amigos de Noah ya estaban divididos así que solo se fueron ellos con un grupo y nosotros nos quedamos con el de Noah.

—Tened cuidado, quiero ganar —nos amenazó Noah, aunque con una sonrisa en la boca.

La partida comenzó y nosotros nos fuimos a esconder entre el almacén. Al final encontré unos pales colocados para arriba y me escondí a esperar que pasasen algunos del equipo azul.

A lo largo de la partida conseguí dar a tres y seguí escondida. Según sabía íbamos igual, quedábamos cuatro. A Perla y Kendric ya los habían eliminado, así que quedábamos Noah y yo en uno de los equipos y por el otro lado Nick y alguno de los amigos de su hermano.

—Te encontré.

Miré hacía atrás, estaba Nick mirándome con una sonrisa y su pistola apuntándome.

—¿Me vas a eliminar? —pregunté haciéndome la tonta.

Perla y yo habíamos decidido jugar al papel de tontas que no sabíamos usar nada. Al fin y al cabo, en el amor y en la guerra todo vale.

—Es el juego —dio un paso hacía mí y yo decidí dar otro, por detrás pude ver a Noah que me indicó que solo faltaba Nick por ser eliminado.

—Bueno, pero soy Maira —estábamos completamente pegados, tiré la pistola como si pareciese que me rendía y toda mi atención se la llevase él.

Mis manos subieron por sus brazos hasta los hombros y él me miró la boca, iba a besarme estaba claro, así que con disimulo le hice una señal a Noah para que disparase.

Noté como Nick abría los ojos sorprendido y yo sonreía agachándome rápidamente y agarrar una de las pistolas para dispararle otras dos veces, solo porque me apetecía la verdad.

—¿Me habéis matado entre los dos? —nos preguntó mientras Noah y yo nos reíamos y celebrábamos nuestra victoria.

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora