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EL BEER PONG ES PELIGROSO

Maira

Habían pasado dos días desde nuestras vacaciones y Nick y yo nos llevábamos bien, muchas tardes íbamos juntos a hacer surf o a ver como Noah lo hacía o quedábamos con Kendric y Perla. Cambié la canción mientras terminaba de maquillarme, íbamos a ir a una fiesta de la universidad de los chicos, y me estaba preparando.

Llevaba un vestido negro simple junto a unos tacones dorados igual que los pendientes. En el pelo me había hecho una coleta alta que me hacía parecer algo más mayor. A través del espejo pude ver la puerta abrirse. Nick apareció con un pantalón corto negro y una Camisa blanca que le quedaba demasiado bien para ser verdad.

—Guau —le sonreí sin dejar de mirarme en el espejo y él se acercó a mí. Su mano rodeó mi cadera y con la otra se peinó un poco su pelo.

—Estás guapo —me atreví a decir, él dejó de mirar el espejo y centró su vista en mi

Yo también me giré quedando enfrenté de él mirándonos a los ojos, esos ojos verdes se volvieron más oscuros mientras bajaban la vista hasta mis labios. Yo noté mis mejillas calentarse y él sonrió mientras se acercaba a mí.

Nuestros labios estaban cerca y quería que me besase, pero sus labios solo se estamparon en mi frente y luego acuno mis mejillas.

—No bebas, porque no quiero controlarte.

—Nick no necesito que nadie me vigile, tira a por las laves del coche.

Le empujé un poco hacia la puerta y después sonreí en el espejo un segundo y cogí los tacones que tenía en el suelo para salir hacia el coche.

Mientras el conducía hacia la puerta, me dediqué a ponerme los tacones y una vez estuve ya preparada nos fuimos hacia la fiesta.

Cogí el primer vaso de la noche después de despedirme de Nick que iba a saludar a unos compañeros del equipo y busqué entre la gente a las únicas personas que conocía. Encontré a Perla hablando con un chico, así que me acerqué a ellos.

—Maira, mira este es el primo de Ken, es un buen partido ¿no? —le miré algo descarada.

Llevaba el pelo rapado, y los ojos azules se distinguían del moreno que al parecer parecía natural en esa familia.

—Perla —dijo él con una sonrisa —no la hagas caso, eres preciosa, pero no eres un chico.

Reí al darme cuenta de lo que decía y luego se despidió de nosotras, Perla rió conmigo antes de agarrar mi mano y hacer que diera una vuelta sobre mí misma.

—Estás preciosa —negué mientras la abrazaba y luego le mostré mi vaso para que bebiese.

Después nos fuimos hacia el salón donde nos hicimos huevo para bailar un rato, aunque no duramos mucho ahí por la falta de alcohol en nuestros vasos y porque nos habían invitado a jugar una partida al beer pong.

Estábamos jugando con dos chicos que por su altura y su cuerpo atlético supuse que estaban en el equipo de baloncesto de la universidad, pero según iba bebiéndome los chupitos se me iba olvidando que íbamos a perder. Solo cuando por fin ellos tuvieron que beber sonreí y choqué las manos con mi amiga.

—Me voy a ver a mi novio —sonreí mientras veía como se tambaleaba de un lado a otro o a lo mejor era yo la que me tambaleaba.

Terminé sentándome en una de las sillas del porche y cerré los ojos unos segundos.

—Mai —los abrí al escuchar una voz conocida.

—Lewis —me levanté y le abracé con demasiada confianza y él me respondió algo incómodo, pero no me importó mucho.

—¿Cómo estás? Aparte de borracha.

—Bien, muy feliz —sonreí muy tontamente a causa del alcohol —aunque me duele un poco la cabeza.

—Si quieres podemos ir a un sitio sin tanta música —asentí dispuesta a seguirle, pero antes ni si quiera de bajar del porche los gritos de mi amiga me hicieron girarme.

—No, Kendric que te alejes de mí —dijo ella soltándose del agarré de su novio, se acercó hasta mí y agarró mi mano.

—Perla déjame explicarte, estamos borrachos.

Ella negó con la cabeza y tiró de mi mano supuse que intentando que Kendric la dejase en paz. Empezamos a andar hacia la carretera, pero antes de llegar a la acera una mano cogió la mía.

Era Nick, nos miraba preocupado, y su mirada fue hasta Perla cuando notó que estaba llorando, luego me miró preguntándome que había pasado, pero solo me encogí de hombros.

—Perla puedes quedarte con Kendric, está sentado en el patio de atrás, le he dejado ahí, procura que no beba mucho. Yo llevaré a Perla a su casa sin que sus padres la vean.

Asentí y le di un beso a Perla en la mejilla antes de andar hacia el jardín. Pasé de algunas personas que me preguntaban qué había pasado, y a otras las esquivaba con dificultades.

Al final del jardín había unas tumbonas, y pude ver a Kendric con una botella de alcohol, fui hasta allí y cuando me senté en la tumbona de enfrente levantó la vista.

—¿Dónde está Perla?

—Nick la está llevando a casa —él asintió y yo me quité los tacones en un silencio bastante más cómodo de lo que podía llegar a creer, aunque cuando vi como una botella se dirigía a sus labios hablé —¿Me dejas?

—Nick me va a matar, pero bebe —sonreí mientras le daba un sorbo a la botella.

—¿Qué ha pasado?

—Estaba hablando con una exnovia, bueno ni si quiera éramos novios, pero se lanzó y justo entró Perla en el salón —le miré a los ojos intentando adivinar si mentía, pero solo encontré sinceridad.

—Seguro que si lo hablas te perdona.

Ambos seguimos bebiendo, él me contaba cuanto lo sentía y todo lo que quería a Perla, y aunque me preguntaba sobre Nick, siempre me mantenía callada, no me atrevía a decir que me gustaba.

—Creo que voy a vomitar —comenté mientras me levantaba para ir hacia unos arbustos. Apenas llegué sentí como todo el alcohol que había bebido salía de mí —joder que asco.

—Ya ves —dijo a mí lado agarrándome el pelo.

—¿Qué cojones le has dado de beber?

Ambos nos giramos y vimos a Nick mirando a su mejor amigo muy cabreado, y yo no pude evitar reír, Kendric también rio enfadando más a Nick.

Genial estábamos borrachos y él se iba a tener que hacer cargo de nosotros.

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora