EPÍLOGO

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UN AÑO DESPUÉS

Nick

—Lara —dije mientras cogía en brazos a nuestra hija.

Apenas había cumplido dos meses desde que nació. Miré a Maira que hablaba con Perla y luego se acercó a mí para felicitarme por el partido.

—Lo has hecho genial —dijo dándome un beso.

Acabábamos de clasificarnos para jugar la Super Bowl, era un sueño y la íbamos a ganar.

—Te dejo que lo celebres con el equipo, he quedado con Perla y Austin —así se llamaba el hijo de nuestros amigos —vamos a ir a por Kendric que viene de Seattle.

—Esperarme en casa despierta —susurré y ella asintió antes de acercarse a mi oído.

—Estaré desnuda.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar, después del embarazo su cuerpo había cambiado un poco, ahora tenía las caderas ligeramente más grandes igual que los pechos y solo la hacía aún más excitante de lo que ya era.

Después de la cena benéfica nuestros amigos se casaron en enero, porque querían casarse antes de que naciese su hijo. Austin nació el veintitrés de febrero, y Maira y yo somos sus padrinos.

Luego Maira preparó nuestra boda. En la que fue mi padre quien llevó al altar a Maira porque su padre ni si quiera se molestó en responder a la invitación.

Mi madre y su madre estuvieron celebrando nuestra boda dos semanas según me contaba Noah por teléfono mientras nosotros disfrutábamos de una luna de miel en Kenia a recomendación de la madre de mi mujer.

En octubre nació Lara, la llamamos así porque Maira me suplicó que la pusiéramos así, cuando le pregunté el porqué, me recordó esa noche en la que me dijo que me quería por primera vez, la chica que le animó a que lo hiciese se llamaba así y unas semanas antes de que naciese nuestra hija Maira iba a ir a hacerse un tatuaje y cuando llegó a la tienda le comunicaron que Lara había muerto en un accidente de tráfico.

Cuando nació Lara se convirtió en mi mundo entero, ella y Maira.

Ahora Maira organizaba desfiles, en muchos de ellos seguía apareciendo Perla, pero ahora como la diseñadora de dichos desfiles. Los hoteles de Kendric no podrían ir mejor, incluso se estaba empezando a instalar en Europa.

—Enhorabuena Nick —miré a la reportera —¿Qué se siente ganar este partido? ¿lo vas a celebrar con tus seres queridos?

—Es una emoción constante, hemos trabajado mucho —hice una pausa para mirar como Maira y Lara se iban por el túnel de vestuarios —sí, ahora estaremos con el grupo, pero en cuanto llegué a casa lo celebraremos en familia.

—Maira es una de las organizadoras de eventos más importantes, pero se rumorea que ya estuvisteis juntos hace muchos años y no os conocisteis cuando organizó la cena benéfica del año pasado. ¿Es cierto?

—Sí, nos conocimos hace ocho años y desde el primer momento en que la ví algo en mi supo que iba a ser mi mujer y ahora lo es, y también la madre de mi hija.

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora