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DESCONODIDOS ¿O NO?

Nick

—Vamos a la fiesta de Dexter Collins —me dijo Kendric por teléfono.

—¿Quién es ese?

—Iba con nosotros a la universidad, creo que la dejó porque le salió bien un negocio en una empresa y ahora vive bien, además de todo eso, es el vecino de Maira.

—¿Te ha dicho Perla que va a ir?

—Sí, y he unido hilos, y me he dado cuenta de que era Collins, el chaval era majo, así que le he llamado y le he preguntado si podía ir, me ha dicho que sí, es esta noche.

—Se dónde, ayer llevé a Maira a su casa después de comer en casa de mis padres.

Él me preguntó cómo me había ido con ella, y la verdad es que no había ido, ella había construido un muro entre nosotros, me quería lo más alejado a ella posible.

Pero tenía algo que me obligaba a acercarme, por lo menos ver que estaba bien, aunque ella no me quisiera cerca.

Cuando apareció ayer en las noticias, fue mi madre quien me llamó preocupada y enseguida llamé a Maira, pero ella aclaro que todo estaba bien y simplemente colgó, de nuevo levantando un muro entre ambos.

—¿Qué pretendes hacer?

—No lo sé Kendric, pensaba que no sentía nada ya por ella, pero saber que durante tres meses va a estar moviéndose por el campo cerca de mí me mata.

—Deja que pase lo que tenga que pasar, no fuerces la cosas —oí a Perla por detrás y solo acepté —y ahora cuelga dúchate y ponte guapo.

Reí y como un niño al que había regañado su madre hice exactamente lo que me pidió. Me puse unos vaqueros junto a una camiseta y dejé el pelo tal y como había salido de la ducha.

Cogí el todoterreno que me había comprado hacía dos años y fui hacía la casa de Perla y Kendric. Él se encargaría de traernos después, así que Perla y yo teníamos vía libre para beber, aunque tampoco podríamos irnos muy tarde, porque por la mañana tenía entreno.

No necesitamos descubrir en que piso era la fiesta, porque nada más bajarnos del coche, las luces de colores y el sonido de la música nos indicaba que era en el último piso, el ático.

En cuanto entramos en el piso la gente nos rodeó mientras seguían bailando y bebiendo, había mucha gente y aun así había espacio suficiente, se notaba que era una casa grande.

No tardé en localizar a Maira, iba con un vestido blanco y unas botas del mismo color que le quedaba de infarto, su pelo estaba recogido en una trenza blanca y hablaba animadamente con el que pude reconocer como Dexter.

Le di un codazo a Kendric y señalé con la cabeza donde estaban, así que él asintió y nos fuimos los tres hacía ellos.

En cuanto Maira me vio miró a Perla con los ojos entrecerrados y pude ver a Perla encogerse de hombros, intentando aparentar que ella no sabía nada.

—Dexter —dijo Kendric estrechando su mano.

Dexter nos miró a ambos y luego a Maira, iba a presentarnos y ninguno de los cuatro quiso salir de su error, así que sonreí hacia Maira sabiendo que íbamos a jugar a los desconocidos.

—Maira, ellos son Nick y Kendric, íbamos a la universidad juntos —dijo mientras ella nos sonreía, Kendric me miró extrañado, pero no comentó nada.

Perla se presentó a ella misma y con la excusa de conocerse se la llevó lejos de nosotros tres. A pesar de que nos conocíamos de la universidad y nunca nos habíamos llevado mal apenas cruzamos dos palabras más antes de que se fuese a buscar a más gente.

Amor de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora