-27-

108 12 1
                                    

A pesar de que el pequeño Happy había volado ya varios metros de donde había dejado a Natsu, era imposible no sentir aquella gran fuente de calor que se encontraba a sus espaldas. Sabía que su compañero se encontraba peleando pero también sabía que aquel calor, era sofocante, no era nada parecido al fuego que conocía del mago de cabellos rosas. Quizá era la ira que sentía contra Zeref lo que provoco que sus llamas cambiaran. No lo sabía, era la primera vez que veía a Natsu tan preocupado y apurado de terminar con toda aquella guerra que se le hacía algo misterioso pero no dudo sobre ello porque si acababan con el personaje más fuerte, era probable que todo terminaría más rápido.

Ese era su pensamiento.

Cansado y completamente acalorado se detuvo un momento, tomó un poco de aire y al fin miró detrás de él, el miedo lo invadió en ese momento. Su pequeño cuerpo tembló y pequeñas lágrimas salieron de sus ojos.

Había volado, tratado de alejarse de aquella pelea pero era la primera vez que las llamas alcanzaban esa distancia. Había estado más concentrado en volar con Lucy que nunca miro a su alrededor, dio varias vueltas fijándose en su pelaje azul pero no veía que se hubiera quemado.

Iba a reanudar su vuelo hacia el gremio pero algo más lo detuvo. Quizá Natsu se encontraba tan enojado que iba a ser capaz de quemar todo y a todos para que al fin acabe con Zeref. Aunque también pensó en aquella otra posibilidad en la que su mejor amigo resultó herido y necesitaba de su ayuda para regresar al gremio y pensar en un segundo plan.

No, sabía que esa segunda opción no era la correcta. Natsu era fuerte, era un mago muy poderoso, ha visto con sus propios ojos como se ha hecho fuerte para proteger a su familia, para proteger a los que ama. Sabía que no iba a perder, sabía que iba a ganar. Estaba completamente seguro que no tenía porque dudar. Natsu había entrenado mucho para ese día.

Pero ahí estaba otra vez ese terrible sentimiento que escalo por su pequeño cuerpo hasta llegar a sus bigotes. Había algo que no le gustaba, había algo que no le parecía correcto. Lucho muchas veces contra su sentido, le había hecho una promesa a Natsu, tenía que regresar al gremio y cuidar de Lucy, alertar sobre la ubicación del mago oscuro y la cantidad de gente que traía consigo pero también estaba primero la amistad, ese cariño tan grande que le tenía al mago de fuego como ese miedo que se encargo de asustarlo cada vez al pensar que algo malo le estaba pasando.

Un pequeño grito salió de él. Era tan difícil pensar, era difícil poder tomar una decisión rápida pero sabía muy bien su respuesta.

-Perdón Lucy -Habló con voz chillona.- No soy capaz de cumplir una promesa a Natsu

Al final, decidió regresar por donde había volado. Natsu era su mejor amigo, era como su hermano quien se encargo de cuidar de él desde que era un simple huevo. Era su familia, era todo para Happy. Acelerando su vuelo con sus pequeñas alas, llegó rápido a donde se encontraba la pelea.

Grande fue su sorpresa al mirar a todos lados, pareciera un gran desierto, todo a su alrededor donde antes se encontraba un bosque, ya no se encontraba nada. Volaba alto con la gran misión de encontrar a su amigo y una vez que se aseguraba que se encontraba bien, podía volar tranquilo al gremio, esa era la idea que tenía en mente. Un gran estruendo escucho que tuvo que cubrir sus pequeñas orejas y con sus pequeños ojos, tuvo que buscar la razón de aquel fuerte ruido.

Vio a Natsu siendo rodeado por sus llamas, aquellas mismas llamas que derretían todo a su alrededor en cada paso que daba. Tuvo que cubrir su pequeña nariz ante aquel fuerte aroma a quemado, incluso tuvo que elevarse mas para evitar que aquel violento calor lo alcanzara. Miraba aquellos puños envueltos que golpeaban con violencia a un sonriente Zeref, las ropas del mago oscuro se encontraban quemadas. Se repartían los golpes y los ataques mágicos. Zeref salía volando pero al rato regresaba para regresar le el golpe a Natsu. Era impresionante, estaban en un nivel superior.

ProtegerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora