Proteger

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El camino para poder conseguir lo que tanto querían, aun era largo pero ya no era difícil como desde un principio creían que sería. Una vez que sus corazones se encontraban bastante tranquilos es que podían relajarse, es que podían bajar los hombros, soltar un pequeño suspiro y volver a empezar. El viaje lleno de algunas platicas nostálgicas, algunas otras cosas más que vieron en su viaje por separado, era al final que todo estaba completamente arreglado cuando ambos eran capaces de soltar pequeñas risitas. Era ese ambiente tan tranquilo y nostálgico el que tanto extrañaban que ahora, simplemente no querían dejarlo ir. Aquel largo camino con Happy sentado en la bolsa de Natsu comiendo pescados, el muy maldito logro comprar su silencio para evitar que le diga las cosas de más a Lucy y aunque a la maga celestial no pudo evitar sentir que algo más estaba pasado, simplemente alzo los hombros y pensó que simplemente se trataba de una pequeña discusión de ellos como siempre se forma que solo lo dejo pasar en lo que miraba su mapa e ignoraba aquella risita traviesa del gato azul.

Caminaron un poco más y entraron a un pueblo cercano al gremio de Lamia, cada vez estaban más cerca y aunque sus piernas dolían un poco, tenían que llegar antes de que anocheciera y pudieran pasar esa noche en un hotel, Lucy realmente necesitaba un baño por tanto sudor. Mientras que Natsu estaba tan aburrido porque en el camino no encontraron a tipos malos, había entrenado todo ese tiempo para poder enfrentarlos que ahora no se encontraban como antes era. Soltó un pesado suspiro que llamo la atención de sus dos compañeros.

-Estoy tan aburrido -Murmuro cansado mientras se cruzaba de brazos.- Creí que iba a encontrar más aventura en este viaje ¿Por qué no se pueden encontrar tipos malos con los que luchar?

Fue un corto silencio. Lucy guardo su mapa con mucho cuidado, subió su mano a su mentón y empezó a pensar hasta que sonrió.

-Entonces si estas aburrido -Le sonrió a Natsu para llamar su atención.- ¿Porque no entrenamos un poco?

-¡Me agrada la idea! -Natsu sonrió completamente feliz.- Pero ¿Estás segura de ello?

-¡Claro! -Lucy bajo su mano completamente segura a la cartera donde tiene sus llaves.- No creas que todo este tiempo me encargue de estar con la revista, también he preparado a mi cuerpo para poder pelear, soy más fuerte de lo que pueden llegar a imaginar

Eso fue lo que entusiasmo un poco más a Natsu y aunque podía sentir que su brazo vendado estaba ardiendo, sabía que tener que bajar un poco la intensidad de su magia, tenía demasiado miedo de lastimarla, lo que menos quería, era eso. Estaba a punto de ponerse en modo de pelea cuando algo logro escuchar, algo apestaba en ese lugar y no era justamente él, algo peor estaba por suceder. Y sin poder evitar tuvo que soltar un rugido de fuego, el cual paso entre las piernas de Lucy y que en el proceso alzara la falda de la misma aunque Lucy quería bajarla, sabe que fue imposible.

-¡Pero qué diablos! ¡Natsu!

Sus instintos le dijeron que alguien estaba en peligro y fue lo único que pudo hacer para poder detener a esos malvados que intentaban salirse con las suyas, una vez que escucho que todo estaba en su lugar, es que pudo relajarse, estaba dichoso de haber golpeado a unos malditos ladrones y devolverle su carro de mercancía a ese señor. Simplemente dio la vuelta, subiendo sus brazos a su nuca y alejarse de aquel lugar, dejando a una sorprendida Lucy.

-Ya no tengo ganas de pelear -Soltó un pequeño bostezo.- Ya me dio flojera

-¡Qué diablos fue eso!

Siguió caminando, ignorando el reclamo de Lucy como soportando aquellos pequeños golpes que la misma le daba por alzar su falda, era una suerte que la maga celestial estaba tan concentrada en ello en lugar de un leve sonrojo que apareció en su rostro. Sin querer, había visto la ropa interior de Lucy y estaba más que seguro que era nueva y más atrevida, nunca había visto aquella nueva pieza, se encargaría de observar un poco más la ropa que Happy había metido a su maleta en el momento que huyeron de la guardia real, carraspeo un poco al mirar a su alrededor para olvidar aquel evento hasta que se dio cuenta que algo era demasiado llamativo y más por la cantidad de personas que se encontraban en ese momento. Había demasiados puestos de comida que su estomago no dudo en rugir un poco por aquella apetitosa comida, veía a los niños correr apresurados hacia algo. No sabía que era, no había logrado escuchar por el ruido que se podía escuchar en ese momento