Bong-Cha corrió a través del barco agarrándose de las cuerdas que estaban sueltas. Un chico que estaba a punto de caer del barco se agarró de la orilla. Bong-Cha lo ayudó a subir al barco de nuevo y le dijo que se mantuviera lo más arriba posible. Otras dos chicas sostenían una de las velas para que no cayera. Otros sujetaban las cuerdas para mantener las velas lo más estables posibles. Bong-Cha estaba completamente confundida. El viento soplaba con mucha fuerza y el agua del mar se sacudía con si estuviera lleno de ira. Los enormes rayos eran lo único que iluminaba el cielo, y la intensa lluvia estaba inundando la nave.
Bong-Cha bajó un momento a la parte baja del barco. Todo estaba lleno de agua y la mayoría de las cosas rotas. Subió de nuevo y estuvo a punto de caer cuando se recargó en la orilla del barco y esta se rompió. Por alguna razón el barco ya estaba averiado y empezaba a quebrarse por la mitad. Los mástiles se partieron y cayeron estrepitosamente al agua. Algunos tripulantes también cayeron con estos. Se escuchaban gritos en el agua. Bong-Cha subió lo más alto que pudo para tener una mejor vista, pero lo único que pudo ver fue una enorme ola en camino. Ella se sostuvo de una cuerda cuando la ola llegó al barco, sumergiéndolo en las terribles aguas. Bong-Cha cayó al mar perdiendo la consciencia. Escuchó el grito ensordecido de un hombre, pero no pudo entender lo que había dicho. Sus ojos se cerraron cayendo en la profunda oscuridad.
Bong-Cha se despertó de golpe en exceso agitada.
—¿Qué fue eso? —susurró para ella misma.
Se agarró el cabello con las manos, estaba sudando y sentía los latidos de su corazón por todo el cuerpo. El suelo había sido tan real, pero supuso que eran solo todos sus pensamientos con respecto a Hisako. Se vistió con una chaqueta de cuero color vino y un pantalón negro. Puso su cuchillo y su pistola en su cinturón y el hacha en otra cinta que le cruzaba el torso. Abajo saludó a Astrid.
—Buenos días, querida. ¿Cómo dormiste? —preguntó la mujer, quien ya le había preparado algo de desayunar y se lo estaba llevando a una mesa.
—Pudo haber sido mejor, pero bien —respondió Bong-Cha —¿Y Agatha? —añadió al ver que era un poco tarde y su amiga todavía no llegaba.
—Vino aquí hace un rato. Le dije que aún estabas dormida, así que fue al mercado de nuevo. No tardará mucho —le explicó Astrid.
Bong-Cha asintió y empezó a comer. Astrid había preparado camarones y algo de ensalada. Y además había hecho un jugo de uva.
—Oh, casi lo olvido. En los próximos dos días, la gente empezará a mandar a hacer su ropa para el festival. Les sugiero que vayan cuanto antes para que tengan los mejores trajes. Esa parte le emociona mucho a Agatha —le dijo Astrid antes de entrar en la cocina.
—Gracias. Iremos cuando venga —Bong-Cha contestó.
Cuando estaba terminando de desayunar, Agatha entró enérgica.
—¡Bong-Cha! —exclamó y fue directo a abrazarla —Ay que ir a escoger nuestros trajes para el festival ¡Es tan emocionante! Hace mucho que no pasaba un festival de estos aquí. Corre.
Bong-Cha terminó de beber su jugo de uva y tomó a su amiga de la mano. Esta la llevó hasta la sastrería, la cual estaba vacía. Una mujer castaña con algunas canas las recibió.
—Oh, vienen por el festival —habló.
Agatha asintió y la mujer las llevo al piso de arriba, donde había otras dos chicas más jóvenes. Estas les tomaron medidas, les mostraron algunos tipos de telas para que eligieran y después se decidieran por algún color. Cuando terminaron, ya era mediodía. Bong-Cha recordó que tenía que encontrarse con Orvyn en el muelle.

ESTÁS LEYENDO
Mar Arcano
Приключения[Primer libro de la saga Mar Arcano] Una jóven se despierta en una isla desierta sin recordar quien es ni cual es su pasado. Ella sola con su determinación jura descubrir cual es su historia y hacerse notar, sin embargo su travesía da un giro inespe...