—¿Quién eres? —Bong-Cha preguntó a la mujer.
—No se los diré, piratas —la otra respondió y se lanzó a pelear contra ellos.
Los capitanes blandieron sus espadas contra la de la mujer, quien evidentemente intentaba matarlos. Jang-Seo se dio cuenta de que la espada que utilizaba la misteriosa dama, llevaba grabado el símbolo de Ravnensland y portaba una especie de armadura con un escudo en la espalda, el cual decidió utilizar al poco rato, pues peleaba contra dos contrincantes ágiles y experimentados en batalla. Sin embargo, Bong-Cha no tardó en hacerle una rajada al escudo con su hacha y posteriormente se lo arrebató con un giro en el aire seguido de una patada brusca. La mujer pareció sorprendida con la agilidad y ligereza de la Capitana. Aprovechando su distracción, Jang-Seo le lanzó un cuchillo que esta logró esquivar. La encapuchada gruñó antes de apoyar sus manos sobre la tierra, levantando raíces del suelo. Estás hicieron caer a los dos piratas, después se levantaron y golpearon contra el suelo. De no ser porque se movieron a tiempo, las raíces los habrían dejado gravemente heridos, pero no pudieron evitar que un temblor recorriera todo el bosque, incluso llegando al campamento.
—¡Ya basta! ¡No venimos a buscar problemas! ¡No queremos hacerte daño! —exclamó Bong-Cha, pues sabía que, con ese poder, corrían mucho peligro.
La mujer ignoró sus palabras y continuó defendiéndose. Con las raíces logró agarrar la pierna de la chica, quien utilizó su hacha para cortarlas. En ese momento, la otra se abalanzó sobre ella, disparando un par de flecha que estuvieron a punto de herir a la chica. Bon-Cha rodó sobre la nieve para alejarse un poco y poder levantarse. Las dos forcejearon ya estando de pie, tratando de derribarse la una a la otra. Para soltarse, la oriental empujó con fuerza a su oponente y saló hacia atrás, dando una vuelta en el aire. Una vez más, la otra mujer corrió hacia ella, pero esta vez, Bong-Cha estaba preparada y la agarró de la capa para arrojarla contra un árbol. La capucha se deslizó de su cabeza, mostrando a una castaña con una trenza. Ambas volvieron a pelear con sus espadas hasta que terminaron apuntándose mutuamente al cuello. Se miraron con hostilidad, hasta que la pirata sonrió un poco.
—Baja la espada —la voz de Jang-Seo sonó detrás de la castaña.
Este sostenía también su espada contra el cuello de la mujer, obligándola a ceder y soltar su arma.
—No queremos hacerte daño —Bong-Cha trató de sonar calmada.
—¿No? Son piratas, ¿qué más querrían hacer? —repuso la castaña.
—No sabíamos que había alguien aquí, solo buscábamos leña. Pasaremos la noche aquí con nuestros compañeros —explicó Bong-Cha.
—¿Cómo sé que no mienten? ¿Cómo sé que no los enviaron aquí para capturarme? —la otra seguía mostrándose hostil y desconfiada.
—Para empezar —habló Jang-Seo —No seguimos órdenes de nadie, y segundo, ni siquiera sabemos quién eres.
La castaña se relajó un poco, aunque aún seguía a la defensiva, al menos ya no tenía intenciones de pelear. Los otros dos bajaron sus espadas.
—Tu espada es de Ravnensland —el joven Capitán continuó mientras le entregaba el arma dorada y roja —¿De dónde la sacaste? —preguntó después.
—No te interesa —se apresuró a decir la mujer.
—Si no me interesara no lo preguntaría —él insistió.
—Es mía, ¿entiendes? No tengo que decirte nada.
—Buscamos a alguien cerca de aquí. Tal vez puedas ayudarnos —Bong-Cha le puso una mano en el hombro a él para que no empezara a discutir.
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Mar Arcano
Adventure[Primer libro de la saga Mar Arcano] Una jóven se despierta en una isla desierta sin recordar quien es ni cual es su pasado. Ella sola con su determinación jura descubrir cual es su historia y hacerse notar, sin embargo su travesía da un giro inespe...