Capítulo XXI

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Pasaron los pocos días que faltaban para la boda. Young-Soon se encontraba arreglándose para ese día tan importante, y Yeong-Seok parecía estar incluso más nervioso que su hermana. El pequeño Tae-Seok irradiaba alegría y corría por todos lados, emocionado.

—Tae-Seok, vas a ensuciarte si sigues así —le advirtió Bong-Cha.

El hermano mayor del pequeño apareció del otro lado y lo cargó. Este ya estaba listo, con un traje tradicional de color rojo oscuro y con el cabello recogido en una media coleta.

—Ya cálmate o no voy a llevarte a la boda —dijo.

El niño hizo una mueca.

—Y Bong-Cha no va a estar aquí todo el tiempo viendo que no te lastimes —añadió Yeong-Seok.

Luego bajó al niño, quien se fue corriendo, pero más calmado.

—Peinate, ¿quieres? A menos que quieras que Hinata te vea así —señaló Bong-Cha.

—Ay, también tú, paren con eso —respondió él, aunque no molesto.

Bong-Cha soltó una ligera risa y volvió a sus asuntos. Tenía que estar lista rápido, pues Young-Soon le había pedido que la acompañara al igual que Asdis y otras amigas.

La ceremonia era una combinación de una boda tradicional de su cultura con algunas nuevas costumbres que había adquirido el pueblo de Stepshell. Para empezar, se realizaría al atardecer una serie de ritos de unión particulares entre la pareja. Después se reunirían con sus invitados para continuar con la ceremonia de manera pública. No era solo la unión de dos personas que se amaban, sino el compromiso de una vida de compañía por parte de dos almas. En la parte privada de la boda, solo podían estar la pareja y los padres. Así fue, y cuando terminó, los dos jóvenes que se casaban se dirigieron al lugar donde sería la gran celebración junto con sus acompañantes. El novio llegó primero para esperar a la novia. Él estaba vestido con un traje blanco y azul con detalles y adornos dorados, mientras que ella portaba un vestido blanco y rojo de mangas grandes y repleto de accesorios.

Finalmente, poco después, llegó la joven sonriente mientras caminaba hacia su prometido. Detrás de ella, venían Asdis y Bong-Cha, y un par de chicas más. El vestido oriental de Asdis era blanco y rosado, combinado con el color de su cabello. Pero Bong-Cha captó inmediatamente la atención de Jang-Seo. Su vestimenta constaba de un vestido y una capa cruzada de color blanco que se degradaba en su mayoría a un verde oscuro, la cual dejaba al descubierto sus hombros. En cuanto a su cabello, este estaba suelto con un pequeño chongo agarrado con dos horquillas, además, llevaba algunos adornos que le caían en la frente.

La ceremonia comenzó. La pareja se encontraba al frente acompañados de sus familias más cercanas. Decían algunos votos, tomaban de una misma copa y hacían una reverencia mutua y también hacia la familia del otro. A continuación, todos se sentaban a cenar alrededor de una mesa grande, la pareja a la cabecera y los demás invitados a los lados. Al final de la cena, brindaron en honor a los recién casados para dar inicio a la parte de celebración. Había comida por todos lados y música tradicional alegre para complementar el ambiente. Bong-Cha y Asdis se acercaron a donde había varias golosinas deliciosas.

—Prueba esto, te va a gustar —dijo Bong-Cha dándole a su amiga un dulce hecho con arroz.

Asdis lo probó y su mirada evidenció que le había gustado.

—Sabe muy bueno —comentó para después agarrar otro.

En eso, Jang-Seo llegó y se aclaró la garganta para anunciar su presencia. Bong-Cha se volvió inmediatamente hacia él y le dio un dulce.

—Tú también come uno.

Él lo tomó.

—Hace tiempo que no comía uno de estos —apuntó.

Mar ArcanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora