Capítulo XIV

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Bong-Cha casi no pudo dormir esa noche, soñó muchas cosas sin sentido, también se repitió el mismo sueño del barco naufragando, y extrañamente con Jang-Seo. Lo veía a él en su barco a la luz de la luna con el cielo rodeado de estrellas que se reflejaban en el agua del mar azul. Su cabello oscuro volaba con el viento y sus ojos amarillos resaltaban en la oscuridad.

Ella se despertó de nuevo. El sueño había sido muy extraño, ¿porqué con él? Tenía una mezcla de sentimientos en el interior, no podía pensar con claridad. Ya que el sol empezaba a asomarse por el horizonte, se cambió de ropa y salió de la casa. El amanecer era muy hermoso en esas islas. Pero algo más llamó su atención. Jang-Seo estaba recargado en un árbol no muy lejos de ahí. Ella no dudó un momento en ir con él.

—Hola —le dijo.

Él se volvió hacia ella. Por sus ojos se notaba que no estaba bien, había llorado.

—Bong-Cha... hola, no te vi —habló con voz cortada.

—¿Qué tienes? —preguntó ella.

—Nada... —Jang-Seo se apresuró a responder.

Bong-Cha se acercó más y lo agarró del brazo.

—¿Fue por algo que dije ayer?

—No, no, claro que no. Nada de lo que dices podría lastimarme —él la tomó de las manos.

—¿Entonces que pasa? No puedes ocultármelo, lo veo en tus ojos —insistió ella.

Jang-Seo bajó la cabeza.

—Ven, caminemos —dijo después.

Los dos empezaron a andar por las calles empedradas. Todo era muy silencioso. Jang-Seo empezó a hablar.

—Yo... eh... no esperaba que me preguntaras por la magia...

—Lo lamento.

—No tienes que disculparte. La realidad es que... si la tengo... pero... nunca pude usarla, jamás aprendí, la reprimí toda mi vida.

—Está bien, no tienes que explicarme si no quieres, entiendo si es un tema delicado.

Jang-Seo la detuvo y se puso frente a ella. Evitó mirarla a los ojos, pero se sentía tan bien de tenerla cerca.

—Cuando yo tenía unos doce años... Stepshell fue atacada por piratas. Mis padres no sobrevivieron, y... esos piratas se llevaron a muchos niños... incluyendo a mi hermana y a mí —empezó a contarle —Fue la peor etapa de mi vida. Después de tres años logramos escapar gracias a Jang-Mi. Desde ahí decidimos que empezaríamos una nueva vida. Pero el daño estaba hecho. Esos hombres eran ravneanos, y cuando supieron que los dos teníamos magia... Nos trataron peor que al resto y nos obligaron a casi desaparecerla. Y yo siempre protegí a Jang-Mi, ella era lo único que me quedaba. Todos los gritos, los golpes, la tortura... tuve que soportarlo, pero nunca me arrepentí de haberla defendido. Y lo volvería a hacer. Esa también es una razón por la que no quise enfrentarme a Ravnensland con James... tengo miedo... y mucho.

Bong-Cha llevó su mano hasta su mejilla y la acarició.

—No he intentado usar la magia desde entonces... ni siquiera sé si sigue ahí —él cerró sus ojos y sintió las caricias de ella.

—No pueden quitarte tu magia, Jang. Y créeme, podrás usarla de nuevo cuando estés listo.

Escuchar su voz decir esas palabras, fue tan reconfortante para Jang-Seo. Nunca hablaba de eso con nadie, ni siquiera con su primo, aunque era el único que lo sabía en el barco. Pero se sintió tan liberado al decírselo a Bong-Cha, que era como si esa cadena de su sufrimiento que tenía que cargar todos los días, al fin se hubiera roto. Bong-Cha le limpió una lágrima de su ojo e inesperadamente, le dio un abrazo. Jang-Seo podía sentir su comprensión y su cariño, quería que ese momento nunca terminara. No se había sentido tan acompañado desde hacía tanto tiempo.

Mar ArcanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora