WE ARE MANIACS

*.·:·.☽✧ VII ✧☾.·:·.*

9 de julio de 2021
23:28 pm

¿Qué es lo máximo que harías por sobrevivir? Eso mismo se preguntaba Sungmin mientras caminaba en el solitario y oscuro bosque. "¿Cuánto duraré vivo en este bosque?" se preguntaba a cada rato.

"Seguramente no mucho." le contestaba su subconsciente. Aunque, no obstante, a las condiciones en las que se encontraba, no estaba asustado en absoluto.

Había estado caminando -al parecer en círculos- por más de 5 horas. Su estómago rugía como el león de un circo. Sin importar que apenas había comido parte del cuerpo de sus secuestradores, seguía con hambre.

El bosque parecía ser infinito. Mientras más caminaba, más árboles aparecían, hubo un momento donde pensó que todos los árboles eran exactamente iguales. Pero no era así. Solo era su desesperación al no llegar a ningún lado en concreto.

La desesperación se juntó con el hambre, luego se unió el aburrimiento, para al final, sentir una combinación de emociones y sensaciones que definitivamente no le gustaba sentir.

El chico tenía la esperanza de encontrarse algún tipo de ciudad o incluso pueblo, lo más mínimo. Pero no fue así. Su cuerpo, nuevamente se empezaba a debilitar, volvía a sentir esos mareos constantes, su piel fría, y pálida. Sus ojos rojos y su respiración pesada y entrecortada.

Un crujido se oyó en el piso. Sungmin se llenó de alegría, al fin alguien venía para rescatarle. "¡Por fin!" pensó. Sin embargo, su felicidad se esfumó en cuanto volteo hacia la dirección de donde el sonido provenía. "Un maldito conejo." Dijo para su interior.

De repente...

—¡Mierda! —Gritó, como si alguien pudiera oírle.

Y seguido de eso, estaba tendida en el frío y mojado suelo del bosque.

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10 de julio de 2021

2:00 am

Mientras Sungmin caminaba por aquel espeluznante bosque, soltó un aullido de dolor. Tal vez no solo era de dolor, era una combinación de dolor, frustración, desesperación y odio. Odio hacia aquellas personas que lo habían llevado a aquella tortura. Constantemente se preguntaba, ¿qué hubiera sido peor, vivir con esos secuestradores, o morir de hambre? Nunca lo sabría.

No estaba asustado, pero morir de hambre no era precisamente la manera en la que le gustaría morir.

Hace apenas unas pocas horas, se había caído al suelo debido a una rama, se ha raspado la rodilla con un raspón considerablemente profundo. Le dolía, le ardía. Le costaba caminar, pero tenía que hacerlo, le gustase o no.

La ira se apoderó de su cuerpo, y en el árbol más cerca, empezó a golpearlo. Simplemente lo golpeó.

Una, dos, tres veces. Cuatro, cinco, seis. Y así sucesivamente hasta que notó como la sangre se resbalaba por sus nudillos. Las heridas cada vez se volvían más profundas, pero no le importaba. No pensaba bien, no razonaba la situación, no entendía qué le pasaba, solo quería desquitarse.

El olor metálico se incrustó en su nariz, y la sangre color escarlata, se filtró en su boca, pues esta salpicaba por todos lados. El sabor metálico se hizo presente en su boca, cosa que no le molestó, pues ya había experimentado y descubierto que le agradaba aquel sabor.

Lo que Sungmin estaba experimentando, era un ataque de ira, el cual se trata de episodios de enfado en los que la persona reacciona de forma repentina y violenta ante algo que le ha molestado, como una injusticia, una ofensa personal o una situación que le incomoda. Y sí, eso era. La injusticia de haber perdido a su tan querido hermano menor, Seunghoon. La injusticia de estar en esa situación gracias a dos secuestradores que ni siquiera pudieron manejar bien su camioneta. ¡¿Cómo no iba a estar enojado?!