Diario de Minjun
Mis manos tiemblan mientras escribo estas palabras, tratando desesperadamente de dar voz a las emociones tumultuosas que me consumen desde que escapé de casa. Cada respiración es un esfuerzo agotador, cada pensamiento una batalla contra los demonios internos que amenazan con devorarme vivo.
La angustia y la preocupación me consumen como un fuego voraz, consumiendo todo a su paso y dejando solo cenizas y desesperación en su estela. ¿Qué he hecho? ¿Cómo pude pensar que escapar de casa sería la solución a mis problemas? Ahora me encuentro perdido en un mundo desconocido, sin dirección ni rumbo, y el peso de la responsabilidad recae sobre mis hombros con una fuerza abrumadora.
Y luego está la preocupación por aquellos a quienes dejé atrás. ¿Cómo están? ¿Me extrañan? ¿Me están buscando desesperadamente o han decidido dejarme ir para siempre? Me atrevo a pensar que, de una manera justificada, se habían cansado de mí y ahora, tenerme lejos es lo mejor que pudo haberles pasado. La incertidumbre es como un puñal clavado en mi corazón, cortando profundamente con cada pensamiento y cada recuerdo de los que dejé atrás.
Pero incluso en medio de esta tormenta emocional, una cosa es clara: no puedo volver atrás. No puedo regresar a la prisión dorada que alguna vez llamé hogar, donde las apariencias eran más importantes que la felicidad y la libertad era solo una ilusión fugaz. No, debo seguir adelante, enfrentar los peligros del mundo exterior y encontrar mi propio camino hacia la redención y la paz interior.
Cada minuto es una batalla interminable contra los delirios y las alucinaciones que invaden mi realidad. Los susurros en mi cabeza son como cuchillas afiladas que cortan mi cordura en pedazos. A veces, me encuentro hablando en voz alta con voces que solo yo puedo escuchar, tratando desesperadamente de encontrar un sentido en medio del caos.
Es agotador vivir en un mundo donde la línea entre lo real y lo imaginario está constantemente borrosa. La gente me mira con extrañeza cuando me atrapan en medio de una conversación con mis propios demonios, sin entender la tortura que estoy experimentando en cada momento.
La soledad se ha convertido en mi única compañera constante, ya que temo compartir mi verdad con los demás. ¿Quién podría entender el tormento que habita en mi mente? ¿Quién podría aceptar a alguien tan roto y confundido como yo?
A veces, me pregunto si alguna vez encontraré la paz que tanto anhelo. Pero por ahora, me aferraré a la esperanza frágil de que algún día, quizás, pueda encontrar una salida de este laberinto oscuro y encontrar la luz al final del túnel.
Las terapias y los medicamentos ofrecen un respiro temporal, una tregua en la batalla contra mi propia mente. Pero incluso en los momentos de calma, sé que el monstruo está esperando en las sombras, listo para volver a atacar en cualquier momento.
Intento encontrar consuelo en la escritura, en expresar mis pensamientos y emociones en estas páginas como una forma de liberar la presión que amenaza con aplastarme. Pero incluso aquí, en estas palabras, siento la sombra del miedo acechando en cada esquina.
Quizás algún día, cuando encuentre el coraje para enfrentar mis demonios de frente, pueda encontrar la paz que tanto anhelo. Pero hasta entonces, seguiré luchando en esta batalla solitaria, aferrándome a la esperanza de un mañana mejor, aunque a veces esa esperanza parezca tan frágil como una hoja en el viento.
Cada mañana, me despierto con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho, preguntándome qué horrores me esperan hoy. A veces, los delirios son tan vívidos que me resulta imposible distinguir entre lo que es real y lo que no lo es. Me encuentro atrapado en una realidad distorsionada, donde las sombras toman forma y las voces susurran secretos oscuros en mis oídos.
La gente a mi alrededor no entiende mi lucha. Me miran con compasión, con lástima, pero nunca con verdadero entendimiento. No pueden comprender el tormento que es vivir con la esquizofrenia, el constante miedo a perder el control, a perderme en las profundidades de mi propia mente.
A veces, me pregunto si alguna vez podré encontrar la paz que tanto anhelo. Si alguna vez podré escapar de esta prisión de locura en la que estoy atrapado. Pero la esperanza es esquiva, un destello fugaz en la oscuridad que apenas puedo alcanzar.
La medicación me ofrece un respiro temporal, una pausa en la tormenta que azota mi mente. Pero siempre hay una voz en el fondo de mi cabeza que me recuerda que el monstruo sigue ahí, esperando su momento para atacar de nuevo.
He perdido amigos, familiares, amores, todos incapaces de soportar el peso de mi enfermedad. Me siento como un paria, un marginado en mi propia vida. La soledad es mi única compañera constante, la única que me entiende verdaderamente.
Pero a pesar de todo, sigo luchando. Sigo aferrándome a la esperanza de que algún día, de alguna manera, encontraré la paz que tanto anhelo. Que podré liberarme de las cadenas de la esquizofrenia y vivir una vida normal, libre de miedo y dolor.
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WE ARE MANIACS
Misteri / ThrillerCapítulos entre 800-1800 palabras. No se permiten adaptaciones de este fanfic. ≫ ──── ≪•◦ ❈ ◦•≫ ──── ≪ ¿Crees en el amor? La mayoría de las personas te dirán que si, o tal vez no. Es cuestión de cada uno. Pero, ¿crees en el amor de locos? Ese amor d...
