WE ARE MANIACS

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14 de septiembre de 2020
22:30

Un gemido se escapó sin previo aviso de los labios de Jisung. Minho se encontraba masturbando el miembro del menor mientras que Hyunjin se preparaba para penetrarlo, pero no de manera suave, no, sería de una manera que hiciera gritar a Jisung. Tomaron como pretexto lo sucedido aquella noche para "castigarlo". Pero Jisung no sabía si tomarlo como premio o castigo. A decir verdad, él pensó que a lo mejor lo torturarían o lo maltratarían, pero no fue así, cosa que lo alivió un poco.

Minho aprovechó para meter dos dedos en el agujero del peli azul, consiguiendo que este soltara esos gemidos que tanto les gustaban. Minho supo que tocó el punto débil de Jisung cuando este se estremeció.

— M-más... —Gimió el menor.

— No pequeño, es un castigo, y sentirás placer solo si nosotros queremos. —Y trás decir eso, sacó sus dedos.

Jisung protestó pero fue en vano.

El peli rojo lo volteo boca abajo, para facilitar su penetración.

Hyunjin frotaba su miembro en la entrada del menor, cosa que hacía que Jisung se desesperara más rápido, y protestara una que otra vez, moviendo sus caderas de un lado a otro, busacando el toque del mayor.

Cuando Hyunjin sintió que Jisung estaba listo, lo penetró sin previo aviso. Jisung soltó un gemido suave pero fuerte. Mientras Minho observaba, mastubando su propio miembro, apreciando la escena.

Hyunjin aceleró sus movimientos, logrando que Jisung se retorciera de placer, y arrugara las sabanas, soltando uno que otro gemido.

— Hy-Hyunjin~ —Gimió.

El nombrado se encargó de tapar su boca con su mano derecha.

— Shh... —Dijo.

De repente, se sumaron los gemidos roncos de Minho, el cual había llegado al orgasmo después de un tiempo de estarse masturbando.

Al cabo de unos segundos más, Hyunjin se vino adentró de Jisung, y este también se vino, manchando las pocas sábanas que tenían de aquel líquido blanco.

— Esto apenas empieza, bebé. —Dijo Minho, acomodando a Jisung boca arriba, vendándo los ojos del menor con un pañuelo que tenían a la mano.

Jisung quedó confundido, pero confió en que no le harían nada malo.

— Tienes que adivinar quien te esta tocando. —Explicó Minho.

— Si fallas, tendras un castigo. Si acertas, tendras un premio.—Concluyó Hyunjin.

Jisung solo asintió, esperando a que iniciara el toque de cualquiera de los dos mayores que tenían en frente.

De repente, sintió una boca chupando uno de sus pezones, para ser más específicos, el izquierdo. Jisung gozó del toque hasta que se detuvo.

Entonces decidió hablar.

— ¿Minho...?

El mencionado rió y se acerco a su oreja.— Incorrecto, bebé. —Y tras decir eso, Jisung sintió como alguno de los dos mordía lo suficientemente fuerte para que el peli azul soltara un quejido.

Lo siguiente que sintió fue unas manos agarrar su miembro, moviendolo de forma rápida. Lo primero que Jisung pensó, fue en Hyunjin, era el que más le gustaba ir rápido.

— Hyunjin. —Dijo seguro.

Supo que no había acertado cuando sintió una mordida considerablemente fuerte en su cuello, dejando una sombra roja y los dientes marcados del que la hizo.

Despúes sintió que alguien metía dos dedos en su entrada, jugando, tocando el punto débil de Jisung, a lo que el menor se retorcía de placer.

— ¿Hyunjin? —Cuestionó.

Entendió que había acertado cuando los movimientos fueron más rápidos y se enfocaban en su punto débil.

— Correcto. —Dijo Hyunjin.

Al poco tiempo, Jisung estaba a punto de correrse,y Hyunjin lo sabía, por lo que se detuvo, dejando a Jisung al borde del orgasmo, sin que este llegara a él.

Jisung se retorció como protesta, pero los dos contrarios solo lo ignoraron.

Segundos después, sintió una lengua traviesa recorriendo su abdomen, dejando un camino húmero lleno de lujuria.

— Minho. —Afirmó.

— Felicidades pequeño, vas bien. —Dijo el mencionado.

Luego sintió como agarraban su miembro y lo masturbaban, de arriba a abajo, dejando que el placer recorriera todo su perfecto cuerpo. De repente sintió una lengua dando pequeñas y tiernas lamidas en su miembro, en especial, en la punta. Para después sentir como lo introducía en su boca, subiando y bajando. Logrando que al poco tiempo, una gran ola de placer recorriera el cuerpo completo del peli azul.

— ¿Quién fue? —Preguntó uno de ellos.

Jisung supo, por los leves sonidos que produció el contrario, quien había sido.

— Minho. —Dijo finalmente.

Y rapidamente sintió el miembro de uno de los chicos adentro suyo, en una estocada brusca y llena de lujuria y calor. Debido a los suaves y graves gemidos que emitía la persona penetrándolo, supo que era Minho. El cual aceleraba sus movimientos con cada estocada, haciendo que Jisung soltara gemidos descontrolados.

Pudo sentir como Hyunjin dejaba besos húmedos que recorrían desde su abdomen hasta su cuello, y luego en sus labios.

Todo iba de maravilla hasta que escucharon unos gritos desgarraores que provenían de aquel cuarto donde yacían Chan y Ryujin.

— ¿Es en serio? ¡Mierda! —Dijo Lee Know.

— Será mejor que vayamos a ver. —Dijo Hyunjin.

Los tres se pusieron sus prendas de ropa correspondientes y fueron a ver que sucedía en la habitación de a lado.

Cuando entraron, vieron a Ryujin gritanda, a Chan sangrando y a un... ¿lobo?

¿Qué hacía un lobo ahí?

— ¿Qué pasa? —Preguntó Hyunjin.

— ¡Se ha metido un lobo por la ventana! ¡¿Acaso no lo ves diiota?! —Gritó la chica, recibiendo una cachetada por parte del peli rojo debido al repentino insulto. La chica se quejo pero no dijo nada más.

Jisung se dedico a atacar al lobo, o eso hubiera querido, cuando este salió disparado por el mismo lugar donde había entrado.

Los tres chicos se giraron hacía Chan, tenía una mordida profunda y esta sangraba sin control.

— ¿Vas a curar a ru presa, o dejaras que se infecte su herida? —Le pregunto el peli rojo a Lee Know.

— Quiero que sienta el dolor, quiero que sufra. —Y tras decir eso, los tres chicos salieron de aquella habitación, dejando solos a sus dos presas.

Jisung se preguntaba constantemente "¿Qué haría con Ryujin?", pero siempre que pensaba en que hacer con ella, no se le ocurría ninguna muerte no tan dolorosa como la que le darían a Chan o le habían dado a Felix. Era un tema que lo mantenía preocupado, y con la culpa de haberla traicionado. Eso era lo que más le dolía. La traición.