Capítulo 31

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Una vez finalizamos la grabación, como de costumbre me encaminé a mi vestidor para bañarme y limpiarme apropiadamente. Suelo tardar más de lo usual cuándo debo limpiarme su corrida, por ende, trataba de apresurarme para no tener oportunidad de encontrármelo en los pasillos.

Sé que quizás él tenga razón, cometí un error al decir que no me importaba que se fuera con aquella actriz, no obstante, no fui el único que cometió errores.

Él también debió oponerse cuándo le mencionaron aquella grabación, literalmente estuvo con otra persona frente a mí, ¿cómo espera que me sentiré con respecto a eso? Si bien fue debido a una grabación, es obvio que me afecta.

Cuando terminé de alistarme y salí del vestidor, caminé a paso veloz hasta la salida donde creía que conseguiría escaparme, pensaba que había sido lo suficientemente rápido como para irme sin verlo antes, el único problema es que, cuándo las puertas de vidrio se abrieron, lo vi apoyado en la pared con los brazos cruzados y mirando como los autos pasaban.

Sus ojos no me miraron directamente, sé que me miró de reojo y casi de forma automática, en sus labios se formó una sonrisa burlona, de aquellas que me irritan justamente porque es su forma de decirme "Fallaste"

Ya no había forma de retroceder, él obviamente me vio y por lo mismo, en un microsegundo tomé la decisión de seguir caminando e intentar seguir con mi camino sin emitir palabra.

Tomé el camino contrario a donde él estaba, creyendo que no me detendría, pero lo hizo y lo peor es que, de cierta manera, me emocionaba que lo hiciera, incluso debo reconocer que cuando me apoyó contra la pared, me sentía como aquellos personajes de películas románticas donde acorralan contra un muro al o la protagonista.

—Dejamos un tema pendiente— me recordó manteniéndome acorralado.

Chris tenía apoyadas sus manos contra el muro, justo a la altura de mi cabeza, esperando a crear una barrera que impidiera escaparme, incluso quizás para mantener su rostro y el mío a una altura más cercana.

—Nosotros no tenemos nada de que hablar— le dije desviando la mirada con orgullo.

—Claro que sí, debes pedirme perdón— soltó e inmediatamente lo miré con enfado.

—¿¡Qué?! —solté indignado, pero comprendí que había dicho lo anterior simplemente para llamar mi atención y besarme.

Él aprovechó que lo miré y que abrí mis labios para besarme con aquella pasión que lo caracteriza, incluso me tomó de las mejillas acercándome un poco más, como si la corta distancia que ya teníamos no fuese suficiente.

Odié el beso.

No porque fuera malo, Chris nunca me ha dado un beso mediocre, sin embargo, lo odiaba justamente porque era capaz de estremecer mi piel y crear aquel cosquilleo que la gente suele nombrar como mariposas.

No es justo, no puedo enfadarme cuándo me besa así de rico, ni tampoco puedo recordar por qué estaba enfadado.

—Lo siento...— susurró sobre mis labios, buscando mis ojos para verme atentamente— actué mal, aunque igualmente lo mío fue por trabajo.

—No lo estropees— le dije recordando mi enfado nuevamente.

—Busquemos otro sitio, podemos ir a mi casa y...

—No quiero ir a tu casa— lo interrumpí.

—Entonces vamos a una cafetería— proponía, pero en realidad, su brazo derecho se pasaba por alrededor de mi cintura obligándome a seguirlo.

Quería sonar cortante e indiferente, incluso oponerme a su propuesta, el único problema es que mi cuerpo lo seguía y lo escuchaba atentamente.

Lo peor es que, una vez llegamos a la cafetería, él pidió para mí un batido de arándanos, junto a un delicioso postre de Tiramisú que me mantenían lo suficientemente feliz como para no querer irme.

Un final feliz [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora