Capítulo 22: Placer

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No puedo creerlo, ha pasado una semana y mi padre no deja de insistir en que quiere conocer a Matthias, aun cuando ambos sabemos que tiene su agenda ocupada.

Le dije que se lo presentaría una vez su agenda se liberara, algo que ocurriría dentro de tres semanas, pero parece muy curioso por la idea de conocerlo, ni siquiera sé cómo he conseguido quitármelo de encima cuando se vuelve muy insistente.

Incluso me ha dicho que podría cancelar sus reuniones sólo para conocerlo, algo totalmente innecesario, aunque es lindo saber que mi padre está interesado en conocer a las parejas formales que tengo, a pesar de que es falsa.

También existe la posibilidad de que sospeche que es falsa y por eso es tan persistente, lo que no me sorprendería, ya que, en realidad, no hablo mucho sobre parejas y a veces olvido que debo fingir tener una.

Lo bueno es que, el sexo es bueno, la semana pasada tuvimos que grabar tres veces y le hablé al productor sobre la idea que tuve, algo que también le llamó la atención y me aseguró que se lo mencionaría al director para hacer el desarrollo de esa trama.

Hoy también debemos grabar, aunque hoy es diferente, se supone que estaremos cenando y curiosamente, habrá un pequeño objeto vibrando en su interior.

Todos dijeron que debía ser algo discreto, aunque como sabía que Matthias se pondría incómodo si hacíamos ese tipo de cosas en público, decidí reservar en un restaurante lujoso donde comeríamos en zonas separadas.

Allí había diversos espacios privados, no existía nadie que pudiera vernos y parecía relajado, aun cuando sabía que el lugar donde estábamos, era costoso.

Hasta ahora sólo ha entrado el encargado de traer lo que pedimos, además le pedí expresamente que no nos interrumpiera, ya que hablaríamos de negocios y él, obviamente comprendió asegurándome que vendría sólo si lo llamábamos a través del teléfono que había en la habitación.

Allí dentro sólo había una mesa, además de una sofisticada decoración, incluso había un candelabro de cristal sobre nuestras cabezas, dándole un toque elegante, pero lindo.

Matthias ya tenía el dispositivo en su interior, aunque como aún no habíamos comenzado la grabación, se mantenía apagado.

Hoy abrían dos cámaras, una apuntando sus piernas y otra, apuntando su rostro. No tardamos mucho en preparar todo, incluso busqué el mejor ángulo para que las cámaras simulen que son el espectador.

Se supone que debemos hacer que sienta que el espectador, es quien está en esta situación, por lo mismo, no era necesario ponerme el antifaz, ya que, en realidad, yo no lo tocaría, al menos no aquí.

Como era en un sitio diferente a este, nos dijeron que debíamos irnos a un hotel para terminar con la grabación, aunque también nos sugirieron otras zonas para grabar.

Yo me estaba planteando ir a un hotel, ya que como estamos a solas, no descartaba la idea de hacerlo aquí.

La vista era tentadora, yo estaba a cargo de las cámaras y ver como se ponía casi de cuclillas sobre la silla, me permitía tener una increíble vista de su agujero.

En los primeros minutos, no sabía que estaría así, de haberlo sabido, habría sugerido tocarlo en el proceso, pero como no lo hice, debía simplemente observar mientras fingía que no estaba reaccionando a sus gemidos.

Matthias cuando trata de callas sus gemidos, suenan muy obscenos, además verlo tan empapado me estaba poniendo muy nervioso.

—mmmgh...—gimió tratando de cubrir sus labios, tras acercar sus dedos casi en forma de puño a sus labios, aunque rápidamente los alejó para sostenerse en la mesa, ya que en ese preciso momento aumenté la velocidad.

Un final feliz [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora