Capítulo 37

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¿Quién lo hubiese pensado? Yo no esperaba que una persona podría llegar a gustarme tanto como Matthias, en mis planes no estaba perder el sueño y desvelarme hasta altas horas de la noche sólo para asegurarme de que él está bien.

Cuando lo conocí creí que me divertiría molestándolo, quería destruir su orgullo como supuesto hombre heterosexual, sin llegar a pensar que él se convertiría en alguien especial en mi vida.

Nunca pensé enamorarme de él, simplemente sucedió y ahora a pesar de haberlo alejado, me mantengo cerca para protegerlo.

Ha pasado un mes desde que terminamos, las cosas parecían estar tranquilas luego de que mi padre junto a un grupo de hombres atacaran al bando enemigo, consiguiendo que viviéramos un par de días en paz. El problema es que nuevamente estamos bajo ataque y a pesar de que él no lo sabe, han intentado lastimarlo más veces de las que puedo recordar.

Sé que todo esto es mi culpa, si yo no me hubiese enamorado de él, los enemigos de mi familia no estarían tratando de usarlo como carnada.

La situación es compleja, pero dejar de custodiar su casa mientras duerme, no es una opción, de hecho, me mantengo oculto entre la oscuridad de la calle, permaneciendo en mi auto hasta el amanecer, vigilando con atención cualquier movimiento sospechoso.

Desde mi auto pude ver como abría la ventana, él estaba semidesnudo debido al calor de la noche. Mis ojos no pudieron controlarse a la hora de mirarlo, incluso mis labios crearon una sonrisa y sentí ganas de verlo aún más cerca.

Ya son las cuatro de la madrugada, estaba cansado, pero no pude controlar aquel estúpido impulso de escalar por la pared para llegar a su ventana.

Fue más sencillo de lo que parecía, aunque me sentí nervioso cuando lo vi dormir tranquilamente en su cama. La puerta de la ventana estaba abierta, como llevaba guantes negros aproveché de abrirla y me adentré por su habitación sintiéndome un asqueroso acosador.

Sabía que no debía, pero me quité el guante de mi mano derecha y acaricié su suave cabello antes de sentir lo húmedas que estaban sus mejillas. Es obvio que no podía encender la luz para verificarlo, aunque definitivamente había llorado.

Me lastimaba saber que sufría, de hecho, sentía ganas de decirle "Amor, mentí, en realidad te amo tanto como tú lo haces" pero esas cosas no pasan en la vida real, la probabilidad de ser perdonado es nula.

—Lo siento...—susurré a la altura de su oído antes de depositar un beso en su frente, cuidando de no despertarlo.

Poco después cerré la ventana por dentro y con sigilo salí por la puerta principal. Sabía que existía la posibilidad de que él se diera cuenta de que durante la noche alguien estuvo en su habitación, sin embargo, dejarle la ventana abierta y desprotegida, no era una opción.

Un poco después, durante el amanecer me marché, buscando un motel cercano a su casa para dormir un poco. Hace poco descubrí que hay uno con buenas reseñas, no es uno exclusivo, pero está dentro de los mejores y se podría decir que me hice amigo de un chico que trabaja allí.

—¿Otra vez tú por aquí?— me dijo aquel chico mientras tomaba con antelación una llave.

—¿No es tu trabajo recibir clientes? —le pregunté con cierta diversión, aunque estaba cansado como para reírme.

—Sí, pero mis clientes normalmente me hablan a través de la máquina que está afuera— me respondió— por tu culpa me ilusiono al pensar que llegará el amor de mi vida.

—Le diré a tu jefe que me estás echando— le dije tomando la llave que dejó sobre el mostrador, mientras que él tecleaba en la computadora, supongo que estaba registrando la habitación.

Un final feliz [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora