Capítulo 8: Adolescente

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...Años más tarde...

...Narra Jack...

Hoy parecía ser un día normal, mis hijos ya tienen 12 años, así que no debemos estar constantemente cuidándolos, ya que no se caerán ni corren el riesgo de meterse cosas pequeñas a la boca, por ende, yo aprovechaba de juguetear con mi esposo quien de forma coqueta saltaba sobre mi pene haciéndonos sentir bien.

Son las cuatro de la tarde, es sábado y nuestros hijos juegan en la habitación de Lilith, nadie puede interrumpir el momento más glorioso de mi día, aquel que me permite ver su expresión llena de placer a medida que tiembla con cada embestida que él mismo crea, de todas formas, yo únicamente me dedico a sostener sus caderas.

–Ah... Jack... me voy a correr...–me avisa, no puedo evitar sonreír, a pesar de los años que llevamos haciendo este tipo de cosas, siempre parece avergonzado cuando observo detenidamente como se humedece por culpa del placer.

–Me encantas– le dije viendo su sonrisa.

Noah no tardó en besarme y a medida que se movía, ambos terminamos corriéndonos con un gemido que fue ahogado en la boca del otro, esto era excitante, sin embargo, nos metimos al cuarto de baño y como él acabó de estar listo primero, fue a ver a nuestros hijos.

Todo iba bien, era un día tranquilo hasta que empecé a escuchar gritos y llantos cuando salí de la habitación que comparto con Noah, como las paredes son insonorizadas, no podía oírlos hasta que salí de la habitación. Por supuesto que entré casi corriendo a la habitación de mi pequeña, Chris lloraba asustado mientras Lilith gritaba a medida que lloraba.

¿Y Noah? Este disfrutaba del momento, hay pocas veces en las que quiero golpearlo y hoy es una de esas veces.

–¡Papá mi hermana se va a morir! –decía asustado Chris.

–Noah– dije con cansancio viendo el terror de mi pequeña, quien llevaba un lindo short blanco que ahora mismo tenía sangre.

–No pude evitarlo– me dijo Noah riendo.

Entiendo a Noah, yo varias veces he asustado a mis hijos bromeando, pero ahora mismo mi pequeña estaba tan asustada que no pude evitar abrazarla y a medida que acariciaba su largo cabello le explicaba que no se iba a morir, simplemente acaba de llegarle su periodo.

–¿No me voy a morir? –me preguntó con la voz quebrada.

–No mi amor, es algo natural– le respondí con dulzura.

–¿A mí también me pasará? –preguntó Chris aterrorizado.

–No hijo, solo les ocurre a las mujeres– le respondí.

–Ya mi amor, no llores– le decía Noah acariciándola– te prepararé un baño y hablaremos más sobre esto después ¿ok?

–Está bien papi– respondió nuestra pequeña secando sus lágrimas.

Noah caminó con ella hasta el cuarto de baño mientras que yo iba en busca del "botiquín especial" que preparamos para este día, allí pusimos muchas cosas, no sabemos cuál es la más cómoda, pusimos de todo un poco, así que llevé el botiquín hasta la habitación de Lilith y Noah le medio enseñó cómo debía ponerse una toalla higiénica.

Luego bajamos al sótano los cuatro para informarles a través de un vídeo lo que estaba ocurriendo con el cuerpo de Lilith, ella escuchaba atentamente y gracias a que estábamos los cuatro, recibimos la misma información hasta ver como se usaba todo lo que tenía el botiquín que le preparamos.

–Hija, no es necesario que uses todo, si te asusta ponerte un tampón o usar la copa menstrual, puedes usar cualquiera de las otras cosas que hay en el botiquín– le decía Noah a medida que acariciaba a nuestra pequeña quien apoyaba su cabeza en el pecho de Noah.

–Ok papi– dijo de forma dulce.

–Yo también quiero amor– soltó Chris observando a su hermana quien estaba recibiendo todo el cariño ahora mismo.

–Oww– solté burlón tirándolo del brazo con tal de poner a ambos en medio de nosotros y darles cariño– ¿y si comemos pizza hoy? –les prepuse viendo como los rostros de mis hijos se iluminaban.

–¡Sí! –dijeron ambos con alegría.

–Ok, pero antes de eso, es momento de hablar sobre sexo– comentó Noah seriamente, mientras nuestros hijos lo miraban incómodos.

–¿Ahora? –pregunté.

–Sí, no quiero ser abuelo tan joven, además ambos son adolescentes, es el momento perfecto–me respondió Noah.

Esto se tornó divertido, a ambos le explicamos por igual, no hicimos separaciones, así que ellos nos escuchaban atentamente mientras Noah y yo hablábamos sobre sexo y sus consecuencias, incluso les enseñamos a poner un condón poniendo énfasis en no jugar con él, no queremos verlos convertidos en globos o algo parecido, es lo típico de adolescentes, así que ambos nos pusimos serios con esa parte.

Por supuesto que hablamos sobre relaciones heterosexuales y homosexuales, queríamos mantener a ambos informados sobre el tema, así que ellos como veían que era una conversación en donde podían sentirse seguros, preguntaban de todo hasta quedar conformes con las respuestas.

–Ustedes saben que confiamos en ustedes, si algún día necesitan comprar condones y no tienen dinero, pueden perfectamente pedirnos dinero– les fui diciendo.

–Sí, ya saben que pueden contar con nosotros ¿los vamos a molestar? Seguramente, pero saben que no les haríamos nada que los perjudique– agregó Noah.

–Lo sabemos– dijeron ambos al mismo tiempo con una sonrisa.

–Ah– suspiró Noah quitándose una lágrima imaginaria– me siento un padre responsable– agregó.

–Pero no lo eres– le aseguré caminando hasta la cocina con tal de pedirle al chef que nos preparara una pizza para cenar.

Hoy fue un día raro, al principio comenzó siendo muy aburrido, pero con el transcurso del tiempo se fue mejorando hasta que se hizo muy tarde y luego de darle las buenas noches a nuestros hijos, Noah y yo nos fuimos a dormir, bueno, esa era la intención, sin embargo, comenzamos a hablar sobre nuestra pequeña.

Ambos sentíamos que habían crecido demasiado rápido, incluso extrañábamos tener a dos niños en casa, solo que no íbamos a tener otro hijo, con dos es más que suficiente, además no tenemos mucho tiempo para cuidar de un bebé y no es justo dejar a nuestros hijos a cargo de su hermano mientras nosotros trabajamos, por ende, solo nos quedaba recordar aquellos días en donde nuestros pequeños llenaban de adorables risas esta casa, ahora ya son adolescentes, de hecho, con Noah quedamos de acuerdo en que pueden involucrarse en el negocio familiar únicamente al ser adolescentes, este me prohibió hablarles sobre trabajo o mostrarles armas, así que se supone que les puedo hablar sobre ello con más énfasis ahora, sigo sin querer que se involucren, pero sé que Chris quiere hacerlo y debo enseñarle sobre este trabajo.

Este trabajo es complicado, primero debo enseñarle a ocultar sus sentimientos e ignorar el dolor que pueden llegar a sentir otros, también tendré que enseñarle a usar armas y a no dudar cuando tenga a un enemigo delante, después de todo, ellos nunca dudan.

Un final feliz [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora