Capitulo 3

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Abrí mi taquilla y saqué mi cuaderno azul con mariposa. Siempre las odie. Es decir ¿Cómo algo tan feo puede tener tanta suavidad y sutileza desde lejos?

Sentí unos golpecitos en mi hombro y volteé para ver.

Tenía a Adrien frente a mí. Con una camisa de mangas arremangadas y pantalones negros apretados. Me extendía los 3 dólares.

-Creo que los olvidé en tu bolsillo por obligación, Adrien.

-No puedo guardarlos, ya lo sabes.-Dijo él. Tenía una mano en el bolsillo y el anillo le quedaba fuera.

-No, por eso lo dejé ahí. Vamos, ¿qué clase de trabajadora y repartidora de pizza sería si no te hubiera pasado estos hermosos 5 dólares?-Apoyé mi espalda en las taquillas y comencé a mirarme las uñas-¿Sabes cuántas cosas puedes comprar con 5 dólares?

-Creo que una buena repartidora no da un 50% de descuento en una pizza de 10 dólares a un chico que acaba de conocer-Su voz sonaba apenas y cuando habló miraba hacia el suelo. Llevaba botines color oscuro.

-Uh, oye, tranquilo ¿eh?-Espeté y él rió-Pero creo que no eres un asesino serial ¿O si lo eres?-Miré hacia atrás y me llevé las manos al cuello-Dime que no, soy demasiado joven para morir.

-Chloe, no...-Empezaba a decir él mientras él sonreía cuando un brazo apareció tras su cuello.

-Mi amigo Adrien, veo que ya te has robado a la chica nueva, muy inteligente de tu parte-Dijo Luka. Sus ojos me hicieron recordar a las mariposas de mi cuaderno. Casi lo suelto.

-Luka-Susurró Adrien.

-Y ¿Ya te ha ofrecido salir al cine o algo así, Chloe?-Luka era un poco más pequeño que Adrien, pero se las empeñaba para no parecerlo. Me miraba intensamente y quise apartar la mirada.

-En realidad no, Luka. Y la verdad es que ahora solo estoy enfocada en los estudios-Tomé la puerta de mi taquilla y la cerré-¿Nos vamos, Adrien?

Él sonrió y con sumo cuidado se despegó de la extremidad de Luka. La cara de este se desarmó de inmediato y cuando comenzamos a alejarnos de él, pegó una patada a las cajas de metal.

-Wow-Murmuró él-Tienes, tienes...Carácter.

-Solo sé defenderme de esos malditos tipos-Alcé una ceja y el timbre sonó-Y ¿Qué dices? ¿Compañeros otra vez?

Adrien sonrió y asintió con la cabeza. Lo tomé por el hombro y lo empujé hasta el salón de matemáticas.

-¿Pedirás pizza hoy?-Le pregunté.

Estábamos caminando fuera del colegio. Adrien se había reído toda la clase de matemáticas por mi falta de cerebro ante ellas. Al parecer, él tiene su cerebro y también el mío. Es muy inteligente.

-¿No era que solo los jueves habían descuentos?-Preguntó.

Dentro de todos estos días, había notado que tenía cierto tipo de tics o hábitos.

Por ejemplo:

Se pasaba la mano por el pelo unas diez veces al día, o por hora, lo más probable. También, cuando estaba nervioso o tenía que hablar en clase, marcaba el paso del tiempo con el pie o simplemente se sacaba y volvía a poner los anillos que adornaban sus dedos.

Ahora, estaba pasando la mano por su pelo.

-No necesariamente debes comprar una pizza porque hay descuentos, Adrien-Espeté. Me paré frente a él y le tendí mi mano-Entonces, nos vemos el lunes, camarada.

Él tomó mi mano cuando meneaba su cabeza y sonrió. Se dio media vuelta y emprendió su camino. Se volteó para mirarme y noté que seguía sonriendo.

-No te vayas a perder ¿sí?-Me monté en mi bici y pasé a su lado-Creo que eres mi cliente favorito.

Y me fui a mi casa.

Cuando entré vi que mi mamá estaba durmiendo en el sofá. Fui hasta el armario y saqué una manta. Ella misma la había hecho. Tenía un bordado de una flor roja en la esquina roja. Sonreí al recordar la toalla rosa.

Mi madre se estremeció cuando la toqué.

-Cariño, hay comida en el microondas si quieres.

-Gracias, pero no quiero, mamá.

Ella se acomodó y cerró sus ojos. Subí a mi habitación procurando no hacer ruido. Me saqué los zapatos y me lancé en mi cama.

-Veamos que tenemos aquí-Dije abriendo mi computadora. Abrí mi e-mail y no tenía nada. Luego vino el turno de Facebook.

Había un número 1 en las notificaciones.

Lo pinché y leí que decía.

Adrien Agreste ha aceptado tu solicitud de amistad.

Déjame sin palabras (Adrichloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora