Capitulo 30 (1)

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Todo lo que siguió a ese momento, fue totalmente raro e inesperado.

Adrien comenzó a sacar las cosas para cocinar lo que sea que haría pero yo dije que tenía que irme, excusándome al decir que tenía que ir a cuidar a Peter, ya que mamá saldría.

Cosa que es totalmente mentira porque Zoey siempre estaba en casa.

Él lo comprendió completamente o eso espero, la verdad; y me acompañó hasta la puerta sin ningún tipo de expresión en su cara. Monté mi bici sin ningún problema hasta que prácticamente, al salir del campo de visión de Adrien, mis piernas comenzaron a formarse gelatina y me tuve que detener para no caer.

¿Qué estaba pasándome?

Oh.

No.


-Es que no me importa, mamá. Él ya debería estar aquí hace al menos un año-Digo en voz alta mientras termino de alisar mi vestido por enésima.

Son las 9 menos cuarto lo que significa que Adrien debería haber estado aquí hace al menos, unos diez minutos para poder llegar bien al instituto. Me paro frente al espejo y observo mi silueta.

Mi cabello cae perfectamente a un lado de mi cuello. He decidido, bueno, más bien he sido obligada a dejarlo suelto por mi madre e insistencias particularmente raras de mi hermana. El vestido ha resultado encajar perfecto en mi cuerpo y la verdad es que me siento conforme.

Unos golpes en la puerta de entrada me hacen volver a la realidad de inmediato.

Me quito los tacones negros en un segundo que estoy a punto de caer unas tres veces cuando bajo corriendo por las escaleras con los tacones en una mano. Ya frente a la puerta, me pongo lentamente los tacones y me paso una mano por el pelo antes de abrir la puerta.

Adrien aparece delante de mí, vestido con el maldito terno negro, una camisa blanca, junto con una corbata delgada negra. Sonríe alegremente y antes de que pueda decir algo, lo tomo por el cuello de la americana y lo hago entrar.

-El hecho de que te veas lindo hace que no pueda desquitarme contigo. Pero quiero que lo sepas. Estoy furiosa, Adrien-Le digo cruzando los brazos.

Adrien frunce el ceño y vuelve a sonreír cuando posa sus ojos en mi. Levanta su mirada hacia mis ojos y se pone serio. Su ceño se frunce lentamente para luego dar a una expresión fatalmente desconocida. Se pasa una mano por su cabello y luego vuelve a mirarme.

-Te ves hermosa, Chloe-Dice con una voz suave y más rasposa de lo normal. Dentro de mi, algo hace que corran escalofríos al escuchar semejante tono en su voz. Pongo los labios en una línea recta pero estos me juegan una mala jugada y hace que sonría.

Pero desafortunadamente, mamá sale de su habitación en el momento perfecto.

-Oh por Dios ¡Pero si parecen unos ángeles caídos del cielo!-Comenta alegremente. Adrien se echa a reír guardando ambas manos en los bolsillos de su pantalón. Peter aparece detrás de ella y saluda a Adrien con la mano. Este le sonríe y mi hermano se pone a un lado de mamá-Cariño ve a buscar la cámara que dejé sobre la cama.

-Oh, no. Mamá, eso si que no-Comienzo a protestar pero Peter ríe como un bebé mientras corre hacia la habitación de mamá. Tomo nota mental para enviarlo a China en cuanto llegue a casa.

Peter regresa corriendo y enlaza su mano con la de mi madre al entregarle la cámara digital en su otra mano. Ella sonríe ampliamente y deja ver lo feliz que esta. El hecho de que por una vez, cuando no esta trabajando, esté relajada y feliz, hace que yo esté bien.

-Ya. Júntense un poco, chicos-Murmura. Adrien me mira de reojo y ambos nos acercamos un paso hacia el otro, dejando las distancias. Lo que pasó ayer de algún modo u otro, ha marcado la diferencia.

Su traje hace que se vea más esbelto. Su cabello está, si bien no ordenado, tiene aún su toque diario. Su ceño está fruncido mientras escucha algo que le dice a mi hermano. Se agacha para escucharlo mejor y suelta una carcajada haciendo que saque las manos de sus bolsillos. Sonrío mientras lo observo.

-Más. Vamos, niños. Por favor-Ruega mi progenitora nuevamente.

Adrien y yo nos miramos de frente y no puedo evitar sonreír a la cara que tiene. Él da un paso, llegando a tocar mi cuerpo con su costado, pasa un brazo por mi hombro y se estrecha contra mí. Puedo oír su corazón desde aquí. Baja su boca hasta mi oído y mi cuerpo se tensa.

-Te dije que me odia, Chloe-Murmura. Me alejo rápidamente y lo golpeo en el pecho. Él suelta una risa y vuelve a voltearme para que quede a su lado. Ahora baja su mano para posicionarla justo en la curva de mi cintura. Siento que suspira y no puedo evitar hacerlo yo también. Mamá carraspea y ambos miramos hacía la cámara.

-Dios, se ven tan lindos-Chilla.

-Iugh, no, mamá-Protesta Peter sentándose en la escalera. Yo lo miro y le saco la lengua cosa que él contesta de la misma manera.

-¡Sonrían!-Dice. Y todo lo que viene después, es cegado por la luz brillante del aparato.


En el auto, ya de camino a la escuela, nadie ha dicho una sola palabra en el corto trayecto que llevamos. Me he sentado atrás porque he dado la excusa de que quiero estirar mis pies para que descansen previamente antes de la eterna noche.

Pero me he dado cuenta de algo. Si bien siempre creí, que el espejo retrovisor era una especie de adorno inútil en el auto para quienes viajaban y no manejaban; ahora creo que es bastante útil.

Pero lo único que quiero es que desaparezca.

Aquí vamos, y él no puede dejar sus ojos salvajes quietos en la carretera.

Déjame sin palabras (Adrichloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora