Capitulo 27

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Adrien ha estado callado durante todo el día.

Desde que me saludó mientras hablaba con el profesor, no ha dicho ni una palabra más. En matemáticas, me senté a su lado para que trabajáramos juntos, pero se sintió como si estuviera sola.

Sé, con mucha razón, que no debo culparlo. Su padre está bien dentro de lo mal que se encuentra pero eso no quita la alarma de lo que pueda pasar más adelante. Pero se supone que todo estaba bien...

-Adrien-Lo llamo cuando él se apresura a salir del salón de historia luego de almorzar callados. Él se voltea, sin embargo, no deja de caminar-Para-Le ordeno.

Él baja la mirada y detiene el paso. Se lleva la mochila hacia la espalda y suspira sin levantar la vista.

-Sé que no te sientes bien, pero debes hablar conmigo...Quizás te haga mejor-Comienzo a decir pero él levanta las manos para que me detenga.

-¿Qué hable contigo?-Suelta una risa-Chloe ¿Quieres que te hable de mi padre, quien tiene recientes problemas al corazón y que probablemente lo que vimos el otro día fue solo lo mínimo que puede suceder?

-No tiene porque ser así, solo trato de ayudarte-Me quejo rápidamente. La gente se ha detenido a mirarnos mientras ''discutimos''. Sin Luka merodeando por los pasillos, todos andan en busca de algo emocionante.

Avanzo y tomo a Adrien del brazo pero él trata de zafarse. Lo obligo de todos modos, y lo empujo en un pequeño pasillo.

-¿Ayudarme?-Sigue él. Estamos a solo unos centímetros y él está enojadísimo que no se atreve a tocarme-Me ayudarías al dejarme solo por una puta vez.

-¿Por qué me tratas así?-Digo mientras comienzo a subir el tono-Sabes perfectamente que no te he hecho nada. No puedo hacer nada como si lo del otro día no haya pasado. Estuve ahí, contigo. Ahora trato de ayudarte y me tratas así ¿Qué te pasa?

-¿Que qué me pasa?-Sigue él alzando la voz. Mira hacia fuera y se da cuenta de que la ha alzado y baja el tono-Estoy harto. Estoy harto de todo ¿Qué no puedo ser normal y estar tranquilo un día?

Sus ojos vuelven a estar cargados de furia, odio, tristeza e impotencia. Sus puños están fuertemente cerrados y ahora rueda los ojos al percatar que lo estoy observando.

-Solo deja de hablar de eso ya-Me ordena. Yo suspiro y me apoyo contra la pared tras de mí. Está fría y nunca había tenido tanto frío antes. Él también se recarga contra la pared de su lado y suspira-Lo siento.

Se pasa una mano por la cara y se la restriega con rabia. la descansa sobre el puente de su nariz.

-Púdrete-Le digo y trato de sonar ruda pero empiezo a sonreír. Adrien se da cuenta de eso y rueda los ojos para sonreír también-En serio, Adrien.

-Ven aquí-Susurra.

-No.

-Mhmm-Murmura volviendo a exigir. Me toma por los hombros y me estrecha contra si. Recargo mi cabeza contra su pecho y él acaricia mi cabello-Me pudro si te pudres conmigo.

Alzo la mirada y veo como sonríe ampliamente.

-Púdrete.


-Tu madre empezará a pensar que soy una especie de mal augurio. Creerá que soy como el gato negro en las supersticiones-Comienza a decir Adrien.

Estamos en su auto. O sea, en el de su madre. Se ha ofrecido a llevarme a casa y yo lo he invitado, ha estado negándose y poniendo excusas desde hace unos minutos.

-No digas eso. Le has caído bien.

-Tiene que pasársele algo por la cabeza. No cualquier chico lleva a su hija a salir, como lugar recurrente al hospital-Dice él mientras mira al frente. Aún no se acostumbra del todo a menear y cada vez que frena, lo hace muy bruscamente.

-Eres un chico especial-Le comento y le toco el hombro con una sonrisa pícara. Él me mira de reojo y sonríe.

-Sí, si-Responde rodando los ojos.

Luego de unos minutos de bromas y chistes sin sentido, Adrien estaciona el auto frente a mi casa, aunque no frente a frente. Un auto lo obstaculiza.

-¿Qué no saben que aquí ya hay gente con auto?-Reclamo a viva voz. Me llevo las manos a la cara para tapármela.

-Más de alguna vez has hecho lo mismo que ese conductor-Me reprocha él. Le doy un codazo en las costillas y él se reprime en el asiento del conductor-Ahí se está bajando-Dice cuando la puerta del lado del conductor empieza a abrirse.-Prepárate.

Abro la puerta lentamente y me bajo de manera silenciosa. Adrien se queda en el asiento y se parte de la risa mientras me ve esperar fuera del auto.

Del auto negro, sale una zapatilla de color blanco. Luego aparece la siguiente y consigo unos pantalones ajustados negros.

Y luego, aparece Luka.

Déjame sin palabras (Adrichloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora