Capitulo 11

81 15 0
                                    

-Chloe...

-Me voy a morir, Adrien-Digo interrumpiéndolo. Estoy acostada en mi cama a las 3 de la mañana mirando el techo brillante. El cuerpo me suda y estoy que me pongo todas las prendas de mi armario para poder hacer desaparecer el frío. Escucho que Adrien se acomoda la garganta y bosteza.

-Yo también lo haré si no me dejas dormir...¿Qué pasa?-Pregunta adormilado.

¿Qué había pasado? Había dejado la ventana abierta la noche anterior y me había quedado dormida en el alféizar de esta.

Resultado: Una gripe.

-Me voy a morir-Repito. Escucho que Adrien ríe al otro lado y me lo imagino recostado contra el respaldo de la cama. Con un brazo cruzado tras su cuello y los ojos cerrados-Es en serio, siento que está habiendo una cremación de mil personas dentro de mí.

-¿Tienes gripe?-Pregunta cambiando su tono de voz.

-No, te he dicho que tengo un incendio dentro...-Empiezo a decir y oigo el reproche de Adrien. Me cambio el teléfono a la otra oreja y me pongo la mano derecha en la frente-Esta bien, esta bien. Si, tengo gripe.

-Deberías decirle a tu madre, si no quieres morir-Responde.

-Lamentablemente, mi madre hoy trabajó hasta tarde y no quiero preocuparla. Hoy serás mi enfermero, amigo mío. Dime qué hacer-Digo asintiendo. Mamá había llegado hoy a media noche con unas ojeras notables. Trabajaba como secretaria en una empresa de contratistas. Tenía que cerrar algunos días y llegaba a esa hora. Sería muy inoportuno de mi parte despertarla en esas condiciones.

-Okay...-Musita él y yo aplaudo frente al micrófono. Él lo escucha y ríe-Cuando estoy enfermo, mi madre me pone trapos o una toalla mojada en la frente para que baje la temperatura.

-Bueno...-Voy bajando las escaleras con el mayor silencio posible-Ahora, tengo el paño-Saco la toalla del armario del pasillo y voy a buscar un balde para hundirlo en agua-Listo ¿eso es todo?-Escucho que él murmura un asentimiento y subí a mi habitación.

Me tumbo boca arriba y pongo el teléfono en manos libres. Estrujo el paño luego de sacarlo del balde y me lo pongo en la frente.

-¿Cuánto debo estar así?-Pregunto. Adrien se demora un rato en contestar y creo que se ha dormido cuando empiezo a escuchar su voz ronca.

-Unos minutos. Recuerda que debes estar lo más...A...libre de calor. Destápate y todo eso-Dice nervioso. Una sonrisa aparece en mi rostro.

-¿Ahora hablaremos sucio?-Le pregunto. El dice mi nombre en modo de regaño y yo río.-Ya, perdón.

-Sí, sí-Dice bostezando. Miro el reloj de mi mesa de noche y veo que son las 4 de la mañana. Es increíble como el tiempo vuela.

-Deberías dormir.-Le digo. A mi también me está dando sueño y no dudaré en quitarme estas cosas en unos minutos.

-No, me quedaré aquí hasta que se te pase.

-Puede durar horas...-Digo cerrando los ojos.

-No me importa-Dice interrumpiéndome-He logrado descifrar que soy más conversador en la madrugada.

-Debería comprobar eso. Cuéntame algo-Lo reto. Me gusta hablar con Adrien. Normalmente, soy muy mala hablando al teléfono porque me matan los silencios que se hace en el. Pero con este chico, es imposible no tener un tema de conversación.

-Está bien...Empezaré por mí-Dice-¿Sabías que tengo una hermana? Se llama Emma.

-¿Qué? ¡Nooooooo!-Me llevo las manos a la cara y las arrastro por ella. Supongo que si Adrien estuviera aquí no pararía de reír hasta el amanecer-Tengo suficiente contigo. No quiero más Agreste.

-Déjate, Chloe.

-Yo también tengo. Dos, de hecho. Uno se llama Peter y una mayor que se llama Zoey.

-Has hecho realidad mi peor pesadilla-Comenta él riendo.

-Créeme que yo vivo en ella igual-Río también. Él suspira y dice luego de unos minutos

-El año pasado tuve un auto que mis padres me regalaron al cumplir los 16. Pero mi hermana se enamoró de el cuando vino la semana siguiente y me obligó a que se lo diera-Toma aire y suelta una risa-No me interesa un auto así que acepté.

-¿Cómo puedes regalar un auto?-Pregunto rápidamente-Digo, si yo tuviera un auto sería la persona más increíble del mundo pero prefiero el aire libre.

-Es que siempre salía solo, entonces no tenía gracia-Dice cortante. Suspiro y me pongo de lado. Me hago una coleta alta y juego con el celular.

-Un día rentaremos uno o robaremos e iremos ¿Está bien?-Le digo mirando la foto que esta en mi protector de pantalla. Es la que nos sacamos el día de su cumpleaños.

-Bueno...

-Bueno...

-Esto me hacer acordar a Bajo la misma Estrella-Dice riendo. Carraspeo y digo.

-''Quizás bueno será nuestro siempre''-Respondo citando el libro de John Green-Cierto, Adriboo.

-No me digas así.

-Te diré como quiera, Adriboo-Le interrumpo. Saco el paño de mi frente y siento que ahora está menos tibia que antes-Creo que tu acción ha funcionado, y al parecer no voy a morir.

-No te hubiese extrañado si te hubieras muerto.

-Te iría a ver a tu casa por las noches, querido Adriboo-Digo riendo. Dejo el balde y los paños en la esquina de mi habitación y me meto dentro de la cama. Dejo el teléfono en la mesita de noche y cierro los ojos.

-Chloe.

-¿Sí?

-Buenas noches.

-Buenas noches...Adriboo-Digo y me voy quedando dormida con la dulce y ronca risa de Adrien en el teléfono.

A la mañana siguiente me levanto sintiéndome mucho mejor. Bajo a la cocina para poder prepararme un desayuno. Decido prepararme un bol con leche y cereal y vuelvo a mi habitación. Me siento en la cama y me llevo la cuchara a la boca mientras saco mi celular. Al desbloquearlo, de inmediato aparecen las notificaciones.

''Adrien ha llamado 10 veces a las...''

Frunzo el ceño y me pregunto porque habrá llamado tantas veces. Estoy a punto de llamarlo cuando aparecen los mensajes.

''Chloe...'' Dice uno.

Cierro los ojos y siento como mi corazón comienza a acelerarse cuando comienzo a leer el otro mensaje. Cierro los ojos y respiro profundamente. No me he dado cuenta de que he dejado caer el bol con cereal y leche.

Tomo aire y abro los ojos. Leo atentamente.

''Chloe, mi padre ha tenido un accidente''

Mierda.

Déjame sin palabras (Adrichloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora