Capitulo 52

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Sus ojos no son del mismo verde esmeralda que tanto me gustaba. Estaban envueltos en llamas oscuras, volviéndolo todo frío y negro. Escalofriante. Sus músculos se marcaban mucho más de lo normal y creía que su mandíbula se iba a terminar gastando hasta que sus dientes se volvieran polvo. He pasado la última media hora tratando de explicarle, excusarme, calmarlo o lo que sea para tratar de que algo funcione, pero no.

-Por favor, Adrien, no sé qué decirte-Vuelvo a excusarme-De verdad, perdón, si escuchaste lo que dijiste, está bien. Pero no es nada malo, digo, es solo un sueño y sabes que mis sentimientos por él no van a cambiar ni en sueño.

Él rueda los ojos y comienza a caminar hacia el rincón de la habitación, entre la puerta y el mueble de sus libros. Noto como su espalda se tensa mientras respira, cada vez más fuerte y rápido. Empuña los dedos y esconde la cabeza entre sus hombros apoyándola en la pared. Miro hacia el suelo y tomo un gran respiro antes de poder dar el primer paso.

Cuando llego hasta él, estiro la mano para luego posarla en su hombro, él se tensa y está a punto de lanzarla por los aires peor de pronto su mano aparece en su hombro y me toma suavemente de los dedos. Apoyo mi rostro en su espalda y cierro los ojos.

-No, perdóname a mi, Chloe, es solo que...-Comienza a decir pero se detiene justo en el medio y aprieta con más fuerza mis dedos. mi corazón comienza a romperse en pedazos con su voz-Sabes lo que él significa para mi y ya te dije que el hecho de que esté o en mis sueños o en los tuyos, me hace sentir que está más cerca.

Tiene razón, eso ya me lo había dicho una vez. Los sentimientos que tiene Adrien por Luka, son extremadamente grandes y negativos, que se ciega, bloquea de inmediato ante si quiera el nombramiento de su persona. Suspiro y le tiro de la mano para que se giré hacia mi y él pone un poco de resistencia hasta que cede.

-Mírame-Le digo cuando una vez parado frente a mí, lo veo con los ojos cerrados. Los abre en unos segundos pero mira hacia el suelo, entonces le doy un golpecito con los dedos en la nariz y alza la mirada de inmediato-Sabes que yo solo te amo a ti, que no te dejaría por nadie y no arriesgaría lo nuestro por un puto sueño. No ha significado nada, te lo juro.

Adrien mantiene la mirada en mis ojos y pareciera como si se los estuviese devorando entero. Se relame los labios, toma mi cintura entre sus manos y me empuja con delicadeza hacia su cuerpo uniendo nuestros labios en un beso. Siento toda la amargura que siente por ese hombre y todo el amor que siente por mí. Nada puede vencer lo que siento por el hombre al que estoy besando ahora mismo.

Nada.

Levanto mis manos y las enrosco alrededor de su cuello para poder intensificar el beso. Su lengua se abre camino en mi boca y lucha por encontrarse con la mía, hasta que por fin y lo hace. Me aferro aún más a su cuello al sentir el tacto suave de su lengua a lo que él también parece reaccionar. Adrien comienza a caminar hacia atrás pero tropieza con algo y casi cae, pero yo lo empujo hacia el fondo y ambos chocamos con la pared que se une con la ventana. Ambos reímos al son de nuestros corazones agitados por el beso y la acción de hace un rato, y Adrien me vuelve a abrazar para mantenernos unidos.

-No quiero perderte, eso es todo-Dice con la boca apoyada en mi hombro.

-Y yo tampoco a ti.

Alzo mi cabeza y le deposito un suave y breve beso en la comisura de sus labios finos. Él sonríe como respuesta y vuelve a abrazarme. De pronto, escuchamos un alboroto en la calle de afuera, gritos y demás. Adrien alza una ceja y toma mi mano para correr escalera abajo para ver que sucede. Mientras vamos por el pasillo del segundo piso, mi mente no para de inventar parámetros de lo que estaría pasando abajo, mis ojos vagan por todo el lugar y si no estuviese mi chico tomándome de la mano, no podría seguir. Ha sido un ruido demasiado brusco, algo así como un golpe seco. De pronto, un llanto desconsolado brota en los silencios de la casa.

Todo sucede en segundos y de pronto aparecen recuerdos en mi memoria, cosas que me hacen pensar de que esto ya ha pasado con anterioridad. Y en verdad es así, algo así. Cuando llegamos al inicio de la escalera, deseo no haberlo hecho. Adrien suelta mi mano para poder llevársela a la boca y omitir una expresión. La mía no sabe que hacer y en respuesta va directamente al mango de la escalera para poder evitar que caiga al suelo.

Frente a nosotros, yace la señora Agreste de rodillas, llorando sobre el pecho de su esposo quien esta de espaldas en el suelo.

-Oh por dios-Murmura él.


Déjame sin palabras (Adrichloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora