Adrien pone el freno de mano, saca las llaves del conducto y las guarda en el bolsillo de su pantalón. Suspira y hecha la cabeza hacia atrás, apoyándola en la cabecera del asiento con los ojos cerrados.
El foco que está justo a un lado del gimnasio de nuestro instituto, frente a nosotros, hace que las sombras más pronunciadas. Las partes más angulares de su rostro se vuelven más marcadas y de algún modo hace que parezca alguien más.
Todo cambia desde otro punto de referencia distinto.
-Está bien, hagámoslo.-Suelta de la nada haciendo que de un pequeño salto en mi lugar que él no nota porque está bajando del auto.
Veo como rodea el auto pasándose una mano por su cabellera. Tiene una mueca extraña en la cara que me oculta su cabello otra vez. Abro la puerta justo cuando él la abre desde afuera. Sonríe mientras menea la cabeza y tira de ella para que pueda salir. Pone los ojos en blanco.
-Lo siento-Me disculpo ante él. Adrien se encoge de hombros, restándole importancia al asiento y pone su mano en la parte baja de mi espalda para hacerme avanzar.
Su tacto tibio traspasa la capa de tela hasta mi piel fría. Me ha dado un escalofrío en cuanto tocó mi piel. Él parece notarlo y la aparta de inmediato, alejándose un poco de mí. Caminamos hasta la puerta doble de entrada al gimnasio y él la empuja para que entremos.
Todo el lugar está decorado de tal manera, que parece que estuviésemos en un set de película. El piso flotante brilla por la excesiva cantidad de luces que hay en el techo, de esas de Navidad, mezcladas con más de las normales.
-Wow, es...-Comienza a decir.
-Perfecto-Completo yo. Ya está la mayoría del instituto en el recinto y cuando ven que la puerta se abre, algunos voltean hacia nosotros. Mis mejillas suelen teñirse de rojo en situaciones así. Adrien ríe tiernamente al notarlo-¿Qué?
-Si me permite...-Dice haciendo caso omiso ante mi comentario. Camina hacia mí e inclina su brazo hacia el mío. Me mira de reojo con la cabeza levemente inclinada y sonrío al ver que parece un caballero de esos de hace mil años.
Ojalá la vida fuera quizás incluso del mismo modo, quizás más fácil, que la de antes.
Engancho mi brazo con el de Adrien y entramos juntos al recinto. Allí dentro suena música de baile, creo que se llama Change de Mapel. Los demás estudiantes comienzan a darse cuenta de nuestra entrada, y nos saludan con unas sonrisas. Algunos, incluso, apuntan a Adrien. Unas chicas, por ejemplo, están sentadas en las mesas redondas a un lado de las gradas del gimnasio, y no dejan de susurrarse cosas al oído mientras no apartan la mirada de Adrien.
Mis mejillas vuelven a teñirse de rojo, pero esta vez no es por vergüenza. Me acerco aún más a Adrien y él gira su rostro para verme. Me pongo de puntillas y le susurro al oído:
-Creo que has atrapado a alguien con esta fachada, Adribu.
Él sonríe de medio lado y me un pequeño empujón hacia un lado, pero sin soltarme, de modo que caigo en su pecho de forma inmediata. Él me mira a los ojos aún sonriente.
-No me importa, sé que es momentáneo.
Sus ojos brillan y no dejan de estar quietos al igual que la otra vez. Pensando en todo lo que ha pasado, se me hace imposible seguir mirándolo a los ojos. Debo apartar la mirada de inmediato y para hacerlo más ''normal'', apoyo mi rostro en su pecho.
''Dios, si supiera lo que está en mi cabeza ahora...''
Adrien me da un apretón entre sus brazos y me indica con un toque en mi hombro que sigamos avanzando hasta encontrar alguna mesa. Ya hay gente bailando aunque solo lleven unos minutos luego de haberse iniciado el baile. Adrien se detiene frente a una mesa cubierta con un mantel de color piel y saca una silla y la estira para que me siente. Le sonrió y tomo asiento. Siempre ha sido tan considerado.
ESTÁS LEYENDO
Déjame sin palabras (Adrichloe)
FanfictionHistoria Adrichloe. PROHIBIDA LA COPIA Y ADAPTACIÓN. Los personajes no son míos son del creador de la serie de Miraculous lady bug, Thomas astruc.