Capitulo 22

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-Ese está horrible-Comenta Adrien mirando el vestido verde oscuro sin tirantes.

Está sentado a mi lado, en la esquina derecha de su cama.

Había llegado hace una media hora y Adrien había acordado en que me diría su decisión al final del día. Desde entonces, hemos estado mirando vestidos por internet para comprarlo y que llegue lo más pronto posible. El baile es el próximo miércoles, lo que significa que es en 3 días.

-¿En serio venden toda esta basura? ¡Son horribles!-Grita mientras se lleva las manos a la cabeza. Le doy un codazo en las costillas y él gime-Okay...cambia de página.

-A la orden-Respondo dando click en el número 10 de la sección ''vestidos juveniles''. La verdad, es que no me ha gustado ninguno hasta ahora, espero encontrarlo hoy.

Bajo con mis dedos en el mouse, dejando pasar vestidos de colores, clásicos, demasiados cortos, o más bien, demasiados largos.

-Deja, deja, deja...-Dice Adrien pasando un brazo frente a mí. Pasa a llevar mi nariz con su codo-Lo siento, ¿te dolió?-Pregunta mirándome. Mueve sus ojos por toda mi cara, sin decidir donde posarla. Inclino mi cara y lo miro con una expresión de obviedad él sonríe abriendo ampliamente los ojos-Como sea. Me gusta ese de ahí.

-Veamos que ha elegido el señor con más estilo en todo el país-Respondo burlándome. La verdad es que él no se vestía nada mal, era su estilo.

-Ese de ahí-Murmura más cerca de mí.

Lo miro por el rabillo del ojo y veo sus ojos brillar. Sé que ya lo he dicho, he notado que ha estado muy feliz. Mañana entra a clases pero se nota que está más tranquilo. Se supone que a Luka lo han expulsado.

-¿El blanco?-Le pregunto sin mirarlo. Él asiente sin apartar la mirada de la pantalla de la pantalla. Me quita el computador de las manos y aprieta en el vestido-No lo sé, se ve muy...Angelical.

-Tampoco eres tan diabólica, Chloe. Tienes tu lado angelical-Deja la laptop en sus piernas y acerca sus manos a mi cara. Me aprieta las mejillas entre sus dedos y siento el frío de sus anillos contra mi piel y sacudo mi rostro para que las aparte.

-Déjame.

-Solo si te compras ese vestido-Me soborna sonriendo ampliamente. Está a solo unos centímetros de mí y creo que si me muevo unos centímetros, podría tocar su rostro con el mío.

Por no decir otra cosa.

-Además, tendrás que comprarte ese vestido si o si para que combine con mi corbata. He decidido que será negra-Explica. Atenuando la presión de sus dedos y ahora solo los posa en mi cara. Lo miro extrañada, ya no sé que esta diciendo-Tendremos que sacarnos una foto antes de ir a la sala, estaremos de los mismos tonos.

¿Qué?

-¿Qué?-Le pregunto. Él baja las manos de mi cara y se encoge de hombros aún sonriendo-Oh, por dios-Añado y me lanzo a sus brazos. O en realidad, a su cuello. Él me estrecha abrazándome por la cintura. Me separo solo un poco sin soltarme de él-¿En serio?

-En serio-Responde. Vuelvo a abrazarlo pero él me separa-Pero...Debes prometerme que lo pasaré bien, no me gusta tanto la idea, Chloe.

-No solo la pasarás bien tú, si no que yo también. La pasaremos bien. Lo prometo-Susurro volviendo a su cuello. Apoyo mi frente en su hombro y suspiro.

Será genial.

La mamá de Adrien nos llama para cenar y bajamos juntos las escaleras. Llegamos a la sala y un olor algo rico me invade hasta el alma. Adrien me dice que me siente a su lado y eso es lo que hago.

Su madre llega a los minutos después con una fuente roja de cerámica que posiciona en el centro de la mesa. Se sienta frente a nosotros y nos indica que debemos esperar a que el padre de Adrien baje.

Oigo pasos en las escaleras y los pantalones de vestir del señor Agreste, aparecen. Me acomodo en la silla mientras Adrien ríe porque su mamá está impaciente.

Y cuando el señor Agreste, estira el brazo para arrastrar la silla hacia atrás y poder sentarse. Se lleva de pronto la mano a la cabeza.

-Papá ¿Qué te pasa?-Pregunta Adrien levantándose de la silla. Se acerca a su padre y le pone una mano sobre el codo.

-Mi cabeza...-Alcanza a decir antes de llevarse la otra mano a la cabeza y desplomarse en el suelo.

Me levanto rápidamente y avanzó hasta que llego al lado de Adrien. Emilie llora y corre a la cocina.

Adrien se pone de cuclillas a un lado de su padre y yo lo observo. Levanta la vista y veo que están tan brillantes como hoy, pero ya no de felicidad.

-Se ha desmayado.

Déjame sin palabras (Adrichloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora