Amor de Verano +18 ©JJK

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— ¡Bienvenidos a Yandong! —sonrío viendo a aquella multitud de niños de distintas edades correr por las instalaciones del campamento— Soy la directora Lee, la encargada de la comunidad —miro hacia ambos lados viendo que aún éramos pocos ahí— Aún faltan personas por llegar, pero por diversos motivos llegarán la semana que viene —comienza a entregarnos unas bolsas— Ahí tenéis horarios, tareas y las llaves de vuestras cabañas, si tenéis alguna duda podéis encontrarme en el edificio principal.

Aquella mujer se marcha junto a varias personas más. Miro los documentos que había en mi mano, también había normas que cumplir en este sitio.

— ¿No se puede fumar este año? —miro a un grupo de tres chicas— Esa mujer está loca —rope el documento de las normas— Vamos a inspeccionar este lugar, encontremos un sitio para fumar —sus amigas y varias personas más le seguían.

Mis ojos chocan con otra chica que se acerca al lugar donde estaban para empezar a agarrar los papeles que había tirado al suelo. Me acerco a ella para ayudarla.

— No se cómo vienen aquí para hacer esto... —parecía triste— Este tipo de personas solo causan problemas en la comunidad —me mira— Gracias —le doy una sonrisa.

— ¿Has venido más veces aquí? —asiente mientras caminábamos hacia la basura.

— Vengo todos los veranos desde hace cinco años —elevo mis cejas— No vengo por obligación como el resto, me gusta esto —sonrío— ¿Cuál es tu excusa?

— Castigaron a una amiga y he venido en su lugar —comienza a reír— Lo se... pero tenía otros planes.

— Soy Dal —estira su mano— Kim Dal.

— Kang _________ —la estrecho— ¿Y cómo es este lugar? —la sigo mientras caminaba hacia los niños.

— La mayoría del tiempo somos monitores de los campamentos que viene aquí —asiento— Pero también ayudamos a los habitantes del pueblo a conseguir cosas que necesitan, y les damos comida... es increíble la cantidad de pobreza que hay por los alrededores —miro hacia todas partes.

— Y yo creía que vivía en condiciones malas... —ella sonríe.

— Eso es lo bonito de esta experiencia —la miro— Que te darás cuenta de que somos privilegiados en realidad —asiento— Pero estos hijos de ricos que viene aquí lo estropean todo —miramos el grupo de aquellas personas que reían a carcajadas en todo lado— Cada año acaban expulsando a unos cuantos por saltarse las normas, pero a ellos les da igual, solo vienen a molestar.

— Espero que ustedes dos no estén hablando de los demás —nos giramos para ver a un chico alto con una sonrisa burlona— ¿Os gusta ser chismosas? —mira a Dal— Nos volvemos a encontrar.

— ¿Cuánto durarás este año? ¿Dos semanas? —Dal le hablaba con odio.

— Creo que aguantaré un poco más —me mira— Este año será más interesante —me da una sonrisa— Nos vemos —comienza a caminar hacia el grupo.

— No te acerques a él —la miro— Es Chul, un imbécil al que traen cada año porque su padre no lo soporta —cruza sus brazos— Es la peor persona que alguna vez he podido ver, siempre está haciéndole la vida imposible a los que queremos ayudar aquí —vuelvo a mirarle, él me miraba fijamente— Y al parecer tú serás su nuevo pasatiempo.

— ¿Yo? —le muestro mi puño— Puedo arreglarlo rápido —ella sonríe.

— Le has gustado... pero ten cuidado, el año pasado expulsaron a la chica con la que estuvo porque les pillaron teniendo sexo en una de las cabañas —señala el papel de normas— Y eso está prohibido.