Amor de Verano +18 ©JJK

017

— Dímelo, por favor —sonrío mirando hacia la carretera— ¿Más de cien millones?

— No te lo voy a decir —responde Jungkook conduciendo con una sola mano. La otra sostenía la mía.

— ¡Por favor! —Dal golpea sus hombros desde el asiento trasero— ¡Es un diamante, tiene que ser carísimo!

— Yo se cuanto vale —mira a Taehyung— Te lo digo a cambio de un beso.

— Te puedo partir la cara, que es mejor —frunce sus labios— ¿Cómo lo sabes?

— Algún día heredaré varias minas de diamantes —abro mi boca— La mayoría de las joyerías del país me pertenecen.

— Ni se te ocurra decir cuánto ha costado —habla Jungkook.

— Lo se, lo se.

— ¡No, quiero saberlo!

Sonrío. Llevo mi mano libre a aquel diamante en forma de corazón. Era precioso y estaba segura de que era muy caro. Yo también le había insistido en saber el precio, pero se había negado. Estaba segura de que llevaría en el cuello lo necesario para comprar mi barrio entero.

Vuelvo a dejarlo en mi cuello escuchando como todos peleaban con Dal. En este momento íbamos siguiendo el coche que manejaba Minjoon para ir a ver unos caballos. Jungkook dijo que veríamos algo interesante allí, así que aceptamos a acompañarles.

¿Todos sabían montar a caballo? Yo ni siquiera a había visto uno en persona.

— Yo tengo seis caballos en mi finca —alardea Jimin.

— Yo doce, y todos pura raza —Taehyung sonríe. Dal le da una mirada fría— Soy el mejor partido que encontrarás, Dal, yo no me dejaría escapar.

— Cállate.

No sabía las intenciones de Taehyung con Dal, pero ella le rechazaba una y otra vez, aunque a él no parecía importarle. Le vendría bien conocer a otra persona, pero se negaba a hacerlo.

— ¿Minjoon también es una persona con dinero? —todos quedan en silencio— Es curiosidad.

— Yo tampoco lo sé —habla Dal pensativa— Aunque parece humilde.

— Pues vuestro humilde es el heredero del puesto de Juez del Tribunal Supremo Coreano —ambas abrimos nuestra boca— Estudió leyes como su padre y su abuelo... y su bisabuelo... es un linaje.

— ¿Juez? —me giro a mirar a Jungkook, él asiente.

— También tiene una gran fortuna —habla Jimin— Lo que no se es porqué siempre viene aquí.

— Porque es un imbécil que ayuda a todo el mundo... —miramos a Jungkook. Él parecía conocerle bien— Su tía, la directora Lee, es la hermana de su madre, y ni siquiera su familia se habla con ella... pero Minjoon jugaba en este lugar de pequeño, por eso lo cuida —nos adentramos a una parcela— Su tia se aprovecha de que es una buena persona, pero aquí no entra dinero de su familia, no se soportan.

— Cierto... la directora siempre es cortante con él —Jungkook asiente hacia Dal— ¿Lo conoces de hace mucho?

— Se podría decir que él me preparaba el almuerzo cuando tenía once años —sonrío— Nos cuidaba para que no nos quedáramos solos.

Abrimos las puertas para salir. Había un establo pero parecía haber alguien. Un grito femenino se escucha y luego vemos a Jia apartarse rápidamente del caballo que me había mordido su gorro.

Dal abre su boca antes de estallar en una risa malvada. Así que esta era la razón por la que querían que viniéramos. Nos acercamos. Todos caminaban delante mientras que yo y Jungkook íbamos atrás.