Quedarse en cama

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Seguíamos desnudos, medio tapados por la sábana. Estaba recostado sobre ella, ambos encarando el techo, sus piernas me rodeaban de la cintura y mis manos las recorrían con calma, disfrutando cada milímetro, cada roce de su piel con la mía. Ambos respirábamos pesadamente, aún recobrándonos y algo sudorosos.

-Esto me recuerda a algo -murmuró pegando sus labios contra mi cuello, repartiendo pequeños besos y suaves mordiscos juguetones.

-Yo ahorita no puedo pensar en mucho -confesé ladeando un poco la cabeza en un intento de verla.

Sus manos se deslizaron a mi pecho, abrazándome con ternura.

-No sé dónde la escuché... era una frase -continuó, pensativa -creo que era en una serie... decían que... que el amor es un sentimiento muy bonito...

-¿Es en serio?

-¡No te burles! -protestó y pude sentir su sonrisa contra mi piel -No me dejaste terminar de hablar. La chica que decía eso era... medio... ¿inocente? Lo que me fascinó por algún extraño motivo es lo que le responde él.

-¿Qué decía? -pregunté en realidad, más concentrado en lo cómodo que estaba, demasiado como para sentir curiosidad.

-Que sí. Que el amor era un sentimiento muy bonito. Ese que te inunda. Que el amor era justamente sentirse bien. El estar piel con piel sin saber dónde termina la propia y dónde inicia la del otro... El amor es piel con piel.

Suspiré tomando una de sus manos en la mía y llevándola a mis labios para depositar un beso en su muñeca.

-Tengo que admitir que estoy de acuerdo.

Regresamos al silencio, disfrutando de la presencia y cercanía del otro. Me sería imposible decir cuánto rato estuvimos así pero no pareció mucho antes de que notáramos a través de la poca luz que entraba entre las persianas cerradas que había empezado a oscurecer, haciéndose de noche. Valerie intentó deslizarse de debajo de mí para alcanzar la lámpara de la mesa de noche y encenderla antes de que el cuarto quedara a oscuras.

-¿A dónde crees que vas? -me giré para tomarla de la cintura y abrazarla contra mí.

Ella soltó un chillido por la sorpresa.

-Déjame -rió intentando soltarse.

-Ya te quedaste atrapada conmigo, angelito -su sonrisa era contagiosa.

De pronto pareció quedarse pensativa, como cuando dudaba sobre si decir algo o no. Ambos nos enderezamos. Me recosté contra la cabecera de la cama mientras ella se sentaba en posición "indio" delante de mí, cuidando de cubrirse con la sábana.

-¿Qué pasa? -pregunté.

Ella frunció ligeramente el ceño, mordiéndose con suavidad su labio inferior. Intenté no fijarme en lo tentador y delicioso que se veía eso.

-¿Valerie? -probé una vez más.

-¿Estuvo bien? -se animó a inquirir tras unos instantes.

Más que nerviosa, parecía de repente curiosa.

-¿A ti qué te pareció?

-Increíble, perfecto... -se quedó sin palabras bajando la mirada.

-Pues porque lo fue, angelito. Quizás no haya sido... -dudé sobre lo que estaba diciendo pero preferí ser sincero -...quizás no fue, físicamente hablando, la mejor del universo. Estabas nerviosa, yo también, aún no nos conocemos en ese aspecto, no terminamos de coordinar... -intercambiamos una sonrisa -...aún. Era tu primera vez. Era nuestra primera vez. Ya nos iremos adaptando al otro. Nos diremos que nos gusta y todo eso. Sentimentalmente ha sido perfección absoluta. De mi vida, ha sido definitivamente mi vez favorita. Ya iremos mejorando. Te prometo que eso no fue verdaderamente un orgasmo... puede ser bastante mejor.

The Real Bad Boy (PUBLICADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora